He leído
Los Muertos Vivientes Nº 25.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Es curioso, pero nadie ha comentado nada de la coincidencia, casual o no, de que tanto la numeración USA como la española lleguen a una cifra emblemática. 150 números americanos, por los 25 tomos españoles. Quizá es una serendipia esperable por la estructura de cada tomo, pero no por ello es menos destacable. Pero lo realmente curioso es que después de tantas páginas, la serie mantiene un buen nivel. La lectura de cada tomo me parece siempre entretenida, este no es una excepción, y siempre creo que tiene algo interesante. Habéis hablado de repeticiones de esquemas y de tramas alargadas, y puede que tengáis razón, pero creo que se está obviando una parte muy importante que es el desarrollo y la evolución de los personajes, así como la de la nueva situación de esta comunidad. Se ha criticado muy efusivamente cuando Kirkman parecía que solo era capaz de mantener el interés a golpe de efecto, y cuando realmente deja esa herramienta de lado para centrarse en analizar a la comunidad y dirigirla hacia una dirección, se le vuelve a criticar de pesado y aburrido. Si yo empezase a pensar así, me plantearía seriamente si ha llegado el momento de dejar el barco, o si ya no es una serie que me apetezca leer. Porque con sus más y sus menos, después de meterme entre pecho y espalda 150 números y tras la lectura de un tomo tan pausado como este, prácticamente carente de acción, hay pocos tebeos que lea con tanto interés como este y tenga tantas ganas de ver que les depara el futuro a los personajes. Y es que la clave de todo está en que Kirkman está tan centrado en los protagonistas que consigue que le lector conecte con ellos. Las primeras páginas del tomo destilan emoción por los cuatro costados, transmitiendo esa pena por los amigos perdidos, comenzando un intenso duelo que fracciona a una comunidad presumiblemente unida ante el desastre y que comienza una complicada crisis que parece que podría originar una nueva guerra.
No obstante, a mí me gustaría hacer hincapié en que la guerra en sí no es lo verdaderamente importante. Ni siquiera la ausencia de zombies, ya que, al fin y al cabo, esta serie nunca ha sido una serie de zombies propiamente dicha.
Walking Dead es una serie principalmente destinada a hacernos reflexionar sobre el género humano, situándolo en un escenario postapocalíptico. Y bajo esa premisa, y en ese punto concreto, creo que Kirkman da de lleno en la diana a lo largo de todo este tomo. Rick, ese líder lleno de inseguridad que se ha ganado el respeto de la gente, pero que ha madurado hasta el punto de no iniciar un ataque obcecado por la rabia, mientras la ira, el miedo y la venganza ciegan a muchos de sus compañeros. En este tomo podemos ver al Rick cabal, al líder en el que se ha convertido gracias a su experiencia del pasado pero, sobre todo, al mejor Rick de toda la serie, fruto de una evolución constante a la que lo ha sometido Kirkman. Un detalle interesante es ver esa extraña relación con Negan, que nos lleva ante la duda de quién está manipulando a quién. Tenemos una interesante conversación "de líder a líder", en la que se puede vislumbrar a ese Rick desbordado, buscando soluciones hasta en su propio enemigo, mientras éste intenta buscar el resquicio para sembrar la semilla de la discordia. ¿O realmente es otra cosa? Quizá ese número tan carismático como el 150 no sea espectacular, ni tenga dosis de tensión, ni siquiera nos deje un
cliffhanger cargado de sorpresa, pero nos deja una escena muy importante para entender la esencia de esta serie; la serie de Rick Grimes, el nuevo líder de la humanidad, con sus luces y sus sombras. Lo que nos lleva al Rick Grimes superviviente, al que después de caer siempre se levanta y al que ahora todos aclaman tras un periodo de duda. Por cierto, ante cualquier duda, siempre recomiendo volver al prologo del primer tomo de la serie, escrito por Kirkman. Creo que después de tanto tiempo, la serie sigue siendo fiel a lo que el autor prometió y no se ha separado un ápice de la senda. Desde luego, a mí me parece encomiable, aunque sobre todo es un detalle de autor honesto con el lector.
Aunque el tomo se ha centrado principalmente en el duelo, profundizando en cómo los impactantes hechos del final del volumen anterior han afectado a la comunidad, y especialmente a algunos de su miembros, de forma paralela tenemos el avance en la relación de Carl y Lidya, la cual se ve afectada por los actos de Alpha, pero también creo que sale fortalecida de ello. En esta serie es muy habitual ver como los problemas fortalecen a la personas, sobre todo si permanecen unidas. Posiblemente este sea el mensaje que cala con más fuerza de toda esta saga: unidos, venceremos. O lo que es lo mismo, la importancia de que el grupo no se disgregue por motivaciones personales. Destacar también el papel de Michone, así como el de Andrea, un personaje que cada vez está tomando mayor protagonismo, convirtiéndose en una pieza clave para la nueva familia de Rick, surgida de la necesidad de las circunstancias, pero no por ello es menos sólida, sino todo lo contrario. Después tenemos a Dwight, para el que parece que Kirkman tiene algo reservado y Maggie, que se sigue afianzando en su papel de líder y ganándose el respecto de Rick. Tengo que reconocer que pensé que iba a haber más repercusiones tras lo sucedido en los tomos anteriores, pero creo que se ha visto beneficiada de que hay problemas mayores a la vista.
Finalmente tenemos a Alpha, la enigmática villana que se sigue perfilando como alguien sin sentimientos, aunque como veremos también tiene sus debilidades, un secreto que debe guardar bajo cualquier circunstancia. Una escena que sintetiza muy bien qué es ser líder, dependiendo en el bando en el que te sitúes. En contraposición, tenemos la escena de Rick con uno de sus atacantes. De esa forma, se establecen claras diferencias entre el bien y el mal, quedando patente que nuevo mundo quiere construir Rick, frente al que pretenden conservar gente como Alpha, o incluso el propio Negan. La filosofía del cambio, por así decirlo, mostrada en dos simples escenas que definen a los principales antagonistas de esta saga.
A mí me encanta esta serie, y la sigo disfrutando actualmente. Quizá sea demasiado indulgente con sus repeticiones de esquemas, o esté cegado por el entretenimiento que ofrece. Pero también creo que, en ocasiones, se está infravalorando demasiado el increíble trabajo que está haciendo Kirkman. Más allá de la temática, lo realmente importante es que estos tebeos transmiten muchas emociones. Si en tomos anteriores hemos sido capaces de sentir una terrible tensión temiendo por los protagonistas, ahora estamos en una fase donde prácticamente nos inunda la rabia contenida y una profunda pena. Hay momentos verdaderamente emotivos en este tomo, pasando por las diferentes fases del duelo. Y, sinceramente, creo que ahí está la clave de todo, que la lectura no te deje indiferente. Mientras eso no suceda, yo seguiré fiel a esta serie y si es necesario me camuflaré entre los miembros de esta comunidad para gritar con todas mis fuerzas: ¡Rick Grimes! Mientras, espero con ganas el siguiente tomo.
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Tema: Los Muertos Vivientes de Robert Kirman (los de verdad :P ) (Leído 205124 veces)