¡Booom!
Después de unas Kelly Thompson y Margareth Stohl que bajan el nivel de Generations hasta límites insospechados, firmando las dos peores historias del mismo, viene a rescatar la participación femenina una magistral Willow Wilson (lo que tiene más mérito, porque personalmente, ni me convence siempre, ni me hace tilín como persona. Pero como siempre digo; arte y persona, dos cosas distintas) que firma posiblemente la mejor historia de todo Generations, a falta de Spider-Men y Capis.
Un capítulo desenfadado, bien escrito, con un dibujo realmente bueno (no conocía a este Paolo Villanelli, me lo apunto), que sin embargo tiene unos golpes de lucidez y un subtexto, que son de quitarse el sombrero. Genial relato corto que reconcilia dos apartados aparentemente irreconciliables: la lucha de derechos y el derecho a la frivolidad.
"La gente quiere igualdad de derechos, pero también quiere tener permiso para divertirse y ser frívola a veces. Conseguir derechos no significa convertirte en otra persona, significa no tener que pedir permiso para ser quien ya eres." Si ya me hace una historia sobre la diferencia entre el respeto y la necesidad de ofenderse por todo ("ofendidos del carnaval", se diría aquí abajo), me gana para siempre.
Lo dicho, una gran historia.
En otro orden de cosas, la "otra" historia de Ms. Marvel con el Capitán Marvel, una mierda como un piano.