Merodeadores 1-5Tenía un poco apartado a los mutantes en general y a esta colección en particular, asi que me he lanzado a leerme el primer arco con sus cinco números y vaya, para mi sorpresa, porque no esperaba mucho me ha parecido una colección que se degrada a una velocidad vertiginosa.
Ojo, que tras el mal sabor de boca del anual donde se remodelaba al equipo creativo abría el número 1, sin esperarme nada, pero a pesar de todo los dos primeros números me han parecido que tienen bastante ritmo a pesar de sus cosas. A partir de ahí es una carrera cuesta abajo hacia el absurdo.
Orlando se ha metido de lleno en la lucha por dos premios. El primero el de arrebatarle a Tini Howard el de guionista más confuso, algo que no consigue por muy poco, pero se planta en el podium de guionistas llenos de ideas que son incapaces de plasmarlas con algo de arte en el papel. El segundo el de conseguir las páginas de datos más peñazo que se han escrito desde que comenzamos la etapa krakoana, algo que tiene su mérito porque el nivel general es bajísimo. Aún así, Orlando se empeña en clavarnos sendos tostones, que no solo no aportan poca o nula información sino que incluso en ocasiones se limitan a repetir lo que nos acaba de contar en viñetas. El horror. Es pasar la página, encontrártelas y sentir un deseo irrefrenable de utilizar el cómic como leña.
En cuanto al arte, tengo sentimientos encontrados con el arte de Carlini, donde siento que su estilo cercano al infantil/Young adult no me convence nada pero reconozco que al menos en la acción es dinámica y muchas viñetas me resultan poderosas. La prefiero con todos sus peros al estilo impersonal, neutro y soporífero de Broccardo en el número 5 que es incapaz de transmitirme nada.
El argumento de este primer arco está lleno de situaciones ridículas y decisiones cuestionables, una falta general de emoción derivada de no entender qué está pasando, ni que está en juego y sobre todo una concatenación de eventos tan precipitados que carecen de desarrollo alguno. En resumen, es muy difícil que te importe el devenir de lo que plantea y sus giros si no das tiempo a sentir los conflictos. Esto es especialmente sangrante en su número 5, donde sospecho que la necesidad de llegar a tiempo al evento de VXE le hace llegar a cerrar casi una tramas cada dos viñetas. El descontrol es total.
En medio de semejante confusión he intentado saber que es lo que Orlando nos quiere contar, porque no solo carece de claridad sino que además se empeña en ametrallarnos con datos, nombres y guiños que parecen más destinados a satisfacer su ego y que podamos admirar cuanto sabe que a ayudar a enriquecer su trama.
Más o menos, creo haber entendido que lo sucede es lo siguiente:
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