Cuanta falsedad gratuita, todo el mundo sabe que tengo un hijo y una hija
He enseñado al gato
una carta.
Y juego turno:
Tengo la hipótesis de que
Octopus le mangó al duende las
calabazas explosivas. Obviamente, con la idea de incriminarle. Y no, a UATU no le sacaron los ojos con una cucharilla. De acuerdo con informes del perito que obran en autos, a la sazón mi amigo independiente Barry Allen, la pérdida ocular se debió a sendas explosiones.
Y digo que todo esto tuvo lugar en la
Mansión Xavier, cuando la víctima se dirigía a disfrutar de un picnic en el lago, ahora que Jean había vuelto a dejar el agua en su sitio.
Se trata de una sucesión de hechos plenamente coherente.
Señoría, llamo a declarar al testigo
McCarnigan, para que, apercibido bajo juramento de su obligación de decir la verdad, aporte relato sobre cuánto hay de cierto en estos hechos.