He leído
Moonshine Vol. 2.
Coincido con el resto de compañeros, este tomo está mucho mejor que el anterior, o al menos a mí me lo ha parecido. También tengo la sensación que el dibujante argentino Eduardo Risso se supera a sí mismo en esta serie, realizando un trabajo increíble, sobre todo a nivel narrativo, aunque lo más destacado sin duda es su habilidad para introducirnos en la atmósfera que plantea Azzarello. Desde luego, si el primer tomo pudo plantear dudas a aquellos que lo leyeron, creo que con este segundo volumen se disipan todas ellas y consigue reclamar la atención de todos los lectores, y posíblemente de aquellos que miraban el título con ciertas reservas. Una vez más parece que el dúo Azzarello y Risso forma parte de una combinación ganadora.
Realmente, poco se puede decir del argumento que no hayáis comentado ya en mensajes anteriores.
Essex establece muy acertadamente ese paralelismo con Paletos Cabrones, pero no solo por el escenario sureño, sino porque vemos como Azzarello es capaz de cambiar de registro y escenario en este segundo arco argumental. Al igual que hace Aaron en su trabajo para Image, tenemos un foco central con una base noir, pero después va evolucionando del drama carcelario al terror más puro y salvaje. Creo que la serie se puede definir como un thriller de terror y género negro. Una combinación de lo más extraña y estrambótica, pero que gracias al fenomenal trabajo de ambos autores no solo funciona a perfección, sino que consigue atraparte página tras página hasta llegar al final del tomo. Sin duda, una lectura adictiva como pocas que además es un deleite visual gracias al trabajo gráfico de Risso.
Como decía, es toda una sorpresa ver como el guion de Azzarello se transforma ligeramente del planteamiento inicial. Cuando todo parecía que se centraría en esa pequeña comunidad de los Apalaches, da un giro de ambientación para dividir el protagonismo entre Lou Pirlo y Tempest, dividiendo nuestra atención en dos frentes perfectamente diferenciados pero que tienen algunos elementos en común. Por un lado, Pirlo se debate entre el drama carcelario y el terror gótico, en su huida hacia Nueva Orleans tras su fracaso con los Holt. La huida de la mafia le lleva a un campo de trabajo para presidiarios, donde el "regalo" de Tempest aflora su lado salvaje y puede ser la solución a sus problemas. Azzarello continúa el desarrollo de este personaje, ahondando en su pasado a través de esa voz en
off tan propia del
noir, dejando atrás sus desmayos, que son sustituidos por alucinaciones de lo más diversas. La verdad es que añade un punto de suspense interesante, pero también deja atrás ese esquema de repetición argumental, o por lo menos es algo que se nota mucho menos y está más pulido. En el primer arco argumental me pareció el punto débil de la historia a nivel narrativo, pero aquí consigue que enriquezca a una trama que por momentos se debate entre el género negro y el terror sobrenatural. Confío en que los autores den una explicación a todo esto, principalmente porque
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Por otra parte, tenemos a Tempest en la trama que más nos acerca a Paletos cabrones, no solo en la ambientación, sino en el carácter familiar. Una
femme fatal muy original y distinta a cualquiera que hayamos visto en el mundo de la ficción, y que constituye uno de los personajes más interesantes de la obra. Atormentada por su situación personal, es el paradigma de mujer que quiere escapar de un pueblo pequeño a otro lugar con un mayor numero de posibilidades. La terquedad de su padre adoptivo frena sus anhelos, por lo que utiliza a su hermano de sangre para construir planes en la sombra que sirvan a sus propósitos. Además, es poseedora de un valor añadido por su naturaleza, así como una belleza que pocos pueden resistir. Gánsteres dispuestos a conseguir el negocio del siglo con el whisky de Hiram Holt, encargados de arreglar lo que Pirlo estropeó, se las verán con unos hombres y mujeres rudos capaces de cualquier cosa para defender sus primitivos valores familiares y sus convicciones. Un escenario en el que el dinero deja paso al orgullo, y donde la sangre mana a la luz de la luna. Sin duda, este segundo volumen es un tren cargado de sufrimiento, al que debéis subir en marcha si es preciso, porque es un viaje que merece mucho la pena.