Me he visto
Tren a Busan.
Ya llevaba un par de intentos, que la cogía empezada o al final me echaba atrás, y es que le notaba un tufillo que, pese a las buenas críticas, pensaba que podía ser una macarrada sin mucho más. La impresión no era injustificada, y es que la película tiene una mezcla curiosa de cosas bastante, bastante buenas, y otras que son puro flipadas.
En las buenas, tenemos una peli de zombis de manual, bien rodada, con buen trabajo gestual y corporal de los infectados. Buenas escenas, tensión más que terror, y sangre cuando toca. En lo mejor, tenemos un constante dilema social de fondo sobre el egoísmo del individuo frente al colectivo. Lo podríamos resumir en que hay un señor de Vox, que usa a un currito engañado de Ciudadanos, después de haber apuñalado por la espalda a todos los del PP, solo para que Pedro Sánchez no llegue a la presidencia con sus amigos comunistas de Podemos. El que haya visto la peli ya sabe de quiénes hablo, el que no, que vote en blanco.
Y desde luego es esta lección moral de egoísmo y mirar por uno mismo, una contradicción tan asiática, que contrapone la obligación social de medrar aunque sea pisando a otros y la bondad y el altruismo de ayudar a los demás. Muy a lo The Dark Knight, es sin duda lo mejor de la peli.
En lo peor, pues todo lo que sea acción sin freno, explosiones, y hippies liándose a piñas con los zombis como si esto fuera el pasillo de Oldboy. Eso no lo compro, y enturbia bastante todo lo bueno, como el final de cadenas lucha a muerte Shaolin contra Abascal. A esas cositas habría que haberle dado una pensada más.
Con todo, buena peli de zombis, tiene sus momentos, y cuando se pone reflexiva, mejora, aunque la moraleja sea un poco efectista (música emotiva, luz bonita, gritos, ahora... llora).
Recomendable.