Estoy con adamvell y oskarosa en lo que se refiere a la continuidad: los editores, que supuestamente deberían estar ahí para indicar a los autores lo que los personajes han vivido ya, y por tanto establecer lo que tiene sentido que hagan y lo que no, son grandes responsables de lo que viene ocurriendo al respecto últimamente (y que tan bien refleja Essex en su ejemplo de personajes de la Patrulla-X, aunque igual su intención iba por otro camino). O tal vez, simplemente, ya no tienen voz en los cómics que editan.
Pensemos en Brevoort. El tío conoce las historias de los tebeos muy bien, lleva mucho tiempo de editor en colecciones clave y es un reputado guardián de la continuidad Marvel. Cuando le llega la idea para la típica miniserie de Millar sobre gente que se va a dar de leches en bandos totalmente artificiosos (un suponer), Brevoort sabe perfectamente que eso no cuadra de ninguna manera, o que ya se ha contado antes con un desenlace más propio de los personajes, o que esa muerte no tiene ningún sentido ni épica. ¿Qué hace? Se como con patatas lo que piensa al respecto porque sabe que (a) Millar es más importante para la compañía en ese momento que él, y que (b) no está el horno para quemar cosas que se van a vender de puta madre aunque cuenten cómo gana el Hombre Absorbente el Premio Nobel de Física.
De todas formas, el asunto ha ido ya demasiado lejos. Cada vez que pienso en la familia y naturaleza de ese par de gemelos tan conocidos, directamente me dan ganas de no leer ni un tebeo Marvel más de aparición reciente. Porque, para los superhéroes Marvel, la continuidad sí era importante. Más aún, era marca de fábrica.
Y si no, que se pase completamente de la continuidad, pero completamente, y se vaya a la serie Max de turno para contar lo que se quiera contar con libertad. A mi me parecerá genial. Lo peor son las medias tintas.