Día 212: The Amazing Spider-Man vol. 1 #162. 10 de agosto de 1976
Banda sonora: El Castigador no logra recordar quién es Puzzle, pero tal vez pensara que hay algo de él que le sonaba: "Something about you", de Boston:
https://www.youtube.com/watch?v=T0ofTPJ4g24Créditos: Len Wein (guion); Ross Andru (dibujo); Mike Esposito (entintado); (rotulación); Glynis Oliver (color).
Portada de Ross Andru.
Nos habíamos quedado en que el Castigador apuntaba con su arma a Rondador y a Spiderman, pensando que, uno de los dos como mínimo, intentaba hacerse pasar por él para cargarle cuatro asesinatos de inocentes civiles. Pero ¡sorpresa! No es ninguno de los dos el culpable.
Eso sí, para llegar a esa conclusión, deberemos pasar unas cuantas páginas de tiroteos, patadas y golpes varios. Rondador y Spiderman ya saben que ellos dos son inocentes y la pelea del número anterior fue un malentendido. Ahora ese malentendido lo tienen con El Castigador.
Hasta el obstinado Castle se acaba dando cuenta de que la pareja de superhéroes no son los asesinos. Aunque para convencerse de ello tenga que recibir una buena balacera de nuestro tirador de incógnito.
Para esquivar las balas, Rondador se ha teleportado a una cornisa cercana en un puente, y entonces vuelve a divisar al francotirador, escapando este una vez más. El elfo ha quedado agotado por el esfuerzo de teleportarse más lejos de la cuenta, algo que aún no habíamos visto en esta lectura cronológica. Los efectos de cansancio físico de Rondador al teleportarse serían un tema recurrente durante bastante tiempo.
Mientras Rondador se recupera, Spidey monta en la furgoneta del Castigador, con la que logra romper el cerco policial que pretendía atraparlos, ya que ambos son sospechosos de los cuatro asesinatos que llevamos contados.
Al pobre Peter Parker, toda esta faena superheroica le está haciendo quedar mal con Mary Jane, a la que dejó tirada en el parque de atracciones. MJ opta por pasar más tiempo con Flash.
Y pese a esto, no tiene más remedio que enfundarse las mallas otra vez para quedar, al caer la noche, con el Castigador, con la misión de cazar al francotirador. En lugar de recoger a MJ, es Castle quien recoge a Peter en la furgoneta. Kurt parece, por ahora, fuera de juego.
Sus pesquisas le conducen a una concentración cívica en un barrio, en protesta por el cierre de una empresa. Mientras Spiderman se despliega por los tejados, El Castigador se dirige a las calles. Y aquí es cuando descubrimos dos cosas: primero, el tirador tiene matones a sueldo. Segundo: hay una tercera persona dando cera a los malos, como atestigua esta viñeta. ¿Será que Rondador se ha "preparado" ya... o tal vez continúe agotado? Hum, tendremos que seguir leyendo.
Spiderman caerá, no obstante, en una emboscada de los malos, y entonces se revela la identidad del francotirador: es.... es.... pues es un tal Puzzle. Encantado de conocerle. Puzzle utiliza de rehén a Spiderman para atraer al Castigador y acabar con él.
Desde luego que Puzzle sabe cómo hacer una entrada, aunque ha cortado el rollo festivo de la protesta vecinal. En la revelación del villano, hay un momento bastante meta: Puzzle dice que él antes era un minion bastante pringadete, al que El Castigador destrozó la cara. Fue al estamparle la cabeza contra una cristalera, y ahora quiere vengarse. Sin embargo, sabe que El Castigador no recuerda quién es él. Pero nosotros tampoco. Y eso es porque se trata de la primera aparición del personaje.
Castle opta por atacar a distancia, de momento.
Esta confusión la aprovecha Rondador para aparecer con el elemento de la sorpresa. Y es que, sí, como sospechábamos, era él quien atacó al secuaz de Puzzle en viñetas anteriores y se disfrazó con su gabardina para infiltrarse.
Y a partir de aquí, todo ocurre muy rápido: el Castigador es localizado en una escalera de incendios. Pero con el despiste, Spiderman se suelta de sus cadenas y Rondador va repartiendo estopa. Pronto, los héroes tienen la situación controlada. Puzzle intenta escapar.
Ahora el arácnido retoma el protagonismo, que para eso es su colección, en una espectacular escena de acción sobre un camión de bomberos, en el que Puzzle se dio a la fuga. El malo ataca con agua a presión a Spiderman, pero al final la manguera se enreda en una rueda y ¡cataplom!
¿Es una buena onomatopeya "cataplom"? Bueno, ya me entendéis, el malo ha sido derrotado y solo queda esperar a la policía a que venga a recoger la basura. Nuestrso héroes invitados se esfuman, uno a uno, sin que Spiderman pueda despedirse en condiciones. ¡Qué asociales!
Y aquí acaba nuestra incursión, al menos por una temporada, en la colección del trepamuros. Hemos visto a un Rondador más evolucionado de un cómic a otro, la verdad. En esta segunda entrega, parece más el Rondador cordial que conocemos. En la primera, está más desdibujado. Pareciera casi como un monstruito de los 70. Probablemente porque lo que Wein pretendía era transmitir a un lector no familiarizado con los mutantes alguna sensación de amenaza a nuestro amistoso vecino, no sé.
Quizá de este cómic me quedaría con el mérito de que es una buena historia de acción, muy cinemática en cierto sentido, con villanos siniestros, tiroteos, ambiente urbano y persecuciones espectaculares. Capta muy bien el tipo de historias de acción que se veían en algunas pelis de la época, la verdad.
El caso es que ya volvemos a Claremont, de donde no debemos alejarnos mucho en su colección regular de The X-Men. ¡Volveremos pronto!¡Tened una magnífica tarde!