No ha colgado reseña desde la pelea de Magneto y Sauron, no? Me está dando la ansiedad.
Todo sea por contener la ansiedad:
Día 149: X-Men: The Hidden Years #13. Diciembre de 2000
Banda sonora: todos necesitamos encontrar una razón para seguir luchando, y Warren más que nadie. Así que pongamos la versión tan elegante como breve que Cat Power cantó de "I Found a Reason" de la Velvet Underground (1970):
https://www.youtube.com/watch?v=iIOPdOjVqy8
Créditos: John Byrne (guion, dibujo, rotulación); Tom Palmer (tinta); Gregory Wright (color).
Portada de John Byrne.
Hoy toca irnos al circo. ¿A un circo mental?¿A un circo real?¿O tal vez una mezcla de ambas cosas? En este capítulo Mente Maestra se pone las botas jugando con visiones implantadas en los mutantes. Como por ejemplo, hacer pasar a la Mole por Cíclope para trajinarse a Jean. Pero por la boca muere el pez, y la vulgaridad de la Mole le delata. Eso, y que Cíclope es tan pacato que nunca habría actuado de forma ni siquiera cercana. Es demasiado mojigato para eso, pero también muy caballeroso, todo hay que decirlo.
Atentos a un guiño al futuro, pues Mente Maestra dice que para embaucar a Jean haría falta algo más sutil y continuado en el tiempo. Una historia más creíble, en definitiva. Y todos sabemos que eso es lo que hará él cuando llegue Claremont. Pero no hagamos más retrospoilers.
La gracia está en que la Patrulla-X ha visto a la Mole y a Unus, pero no a Mente Maestra, por eso todavía no saben quién está manipulándoles mentalmente. Sin embargo, llegado un momento acabarán descubriéndolo, of course. El verdadero Cíclope está enjaulado junto con el Ángel y Candy Southern, quien sigue insistiendo en la misteriosa razón que le ha traído a la búsqueda de Warren, pero sin explicarla. Esta vez, el motivo sí se desvelará, pero al final del tebeo: Martha, mamá Worthington, va a casarse con su cuñado. De ahí la referencia a Hamlet, que Candy le dejó caer a Xavier cuando se entrevistó con él, en número anteriores. Algo huele mal y no es en Dinamarca. Espero que recordéis que el padre de Warren murió por obra de Jerry Siegel.
Pero volvamos atrás, que nos hemos ido directamente al final. La Mole y sus aliados -lo que presuntamente incluye a Jean- sueltan a Ciclo, Ángel y Candy en una pista de un circo, donde combaten contra bestias que se les echan encima, amén de otros seres aparentemente monstruosos.
Al principio, Cíclope se queda sorprendido de que sus rayos ópticos no funcionen. Eso hace que sea un rival débil en la batalla. Por no hablar de Candy, que no tiene superpoderes. Cuando está a punto de ser derrotado, piensa que no tiene sentido que sus poderes no funcionen. Y que puede que en realidad sí que lo hagan, solo que, mediante manipulación, alguien le hace creer que no es así. De hecho, parece que la Mole va a aplastarle el cráneo, pero ni siquiera está exactamente donde Ciclo cree. Al levantarse, atraviesa lo que no era sino una ilusión.
Cuando Cíclope descubre que todo es una treta mental obra de Mente Maestra, las cosas empiezan a ir de cara para la Patrulla-X. Disparando al suelo, es capaz de cavar un agujero que contiene a la Mole, que hasta ahora jugaba con ventaja.
El problema está en que, cuando dispara a otros de sus oponentes, como animales o la troupe del circo, desconoce hasta qué punto los objetivos son de carne y hueso o solo son ilusiones. Tienen que ir probando con cierta mano izquierda... como en este caso.
¿Dónde está la verdadera Jean, a todo esto? Pues no era tampoco aliada de la Mole y compañía, no, aunque Mente Maestra hizo que pareciera así. La realidad es que está en su celda, intentado escapar, abriendo la cerradura con su telequinesis. Sin embargo, al salir es reducida por Krueger.
¿Qué hace este tipo aquí? Pues no lo sabemos, pero sospecho que tendrá que ver con que no le gustará que le hayan pagado con billetes imaginarios creados por Mente Maestra y estará buscando venganza. Y la verdad es que la parte que se refiere a Mole y cía acaba así, con suspense. Cíclope y Ángel pelean contra la plantilla del circo y los mutantes malvados y Jean yace a los pies de Krueger, indefensa.
Mientras tanto, está ocurriendo algo también en Dunfee, Illinois, donde dejamos a Xavier, a Hank y a la pequeña Ashley, con su poder mutante descontrolado. Ashley, furiosa con Xavier a quien culpa de que su centinela se volviera malo, vuelve a ensamblar al robot para atacar a las visitas incómodas. Xavier, para evitar que la cosa se desmadre más de lo que está ya, se mete en la mente de Ashley, intentando domar su poder, aislándolo.
Finalmente, aun asumiendo el riesgo de dañar su mente de forma permanente, Xavier tiene éxito en contener los poderes de Ashley, que ahora sabemos que afectan no solo a robots y juguetes sino a toda materia inerte. Aunque Xavier queda agotado por la compleja operación.
Desde aquí nos desplazamos a la Mansión, donde Kaos, Lorna y Bobby han regresado para encontrársela vacía, con algún vestigio del paso de los 4F por ella. Allí detectan con Cerebro la señal muy potente de un mutante en el Himalaya. Con ello, se siembra otra nueva trama.
Sin embargo, esta parte del argumento quedará para sucesivos cómics, ya que, de momento, Bobby piensa, con razón, que primero hay que encontrar al resto de la Patrulla-X. Y así se queda la historia, y así nos quedamos nosotros también, preparados para irnos al sobre. ¡Adiós!