Día 111: Ka-Zar vol. 1 #3, 3ª Historia. Marzo de 1971.
Banda sonora: en los 70, Santana versionó canciones ambientadas en los 60, como este archiconocido "Black Magic Woman" de Fleetwood Mac, que seguramente Warren escucharía pensando en Candy Southern
https://www.youtube.com/watch?v=wyQUCYl-ocs
Créditos: Jerry Siegel (guionista); George Tuska (dibujo); Dick Ayers (tinta, rotulación); ¿? (color).
Seguimos con las aventuras del Ángel en solitario, en la 3ª Historia de Ka-Zar vol. 1 #3. ¡En el cubil del Deslumbrante! Por Jerry Siegel y George Tuska. Bienvenid@s a una nueva cita con los mutantes. Una cita que nos sabe a poco con esta historia de once páginas nada más, nudo del acto en tres partes de la breve incursión del creador de Superman en las desventuras de Warren Worthington.
En el capítulo anterior, los hombres del Deslumbrante habían acabado con el padre del Ángel mientras este se divertía con Candy Southern. Fred Duncan, del FBI, le aconseja embarcarse en una búsqueda del jefe de la organización, el mismo Deslumbrante. Esta historia continúa justo donde lo dejó la anterior, con Warren musitando oscuros pensamientos de venganza y Fred Duncan intentando convencerle de que tomarse la justicia por la mano no es propio del modo de vida americano. Además, Warren empieza a hablar como Magneto.
Warren parte a buscar a los asesinos de su padre, pero no sin antes pasar por casa, para atender a la pobre Martha Worthington. Sin embargo, finalmente no se encontrará con su madre, que no aparece en toda la historia, sino con una foto de Candy Southern y una inoportuna llamada de pompas fúnebres. Nuestro oscuro y atormentado héroe no puede perdonarse haber estado de juerga con Candy mientras su padre era asesinado, así que decide cortar con ella, culpándola, de forma muy amarga e injusta, del trágico destino del Sr. Worthington.
Pero, unas viñetas antes de eso, encontramos al Deslumbrante ocupándose de los cabos sueltos de su organización. Los asesinos de Warren Worthington han sido detenidos por la policía y se van a ir de la lengua. El Deslumbrante los pulveriza a distancia para evitar que le delaten.
Y eso lo hace mediante una máquina capaz de detectar unas minúsculas partículas en el uniforme de sus secuaces y transformarlas en antimateria. El artefacto también permite que el Deslumbrante pueda escuchar toda la conversación de los malos con la poli. A ver si un físico/a se digna en pasar por la sala, por favor.
Despachado el asunto de los delatores, ante la atónita mirada de las fuerzas del orden, el Deslumbrante dirige sus planes nuevamente a los Worthington. Ahora pretende continuar su ataque a la familia, teleportando a su base a su hijo. Y ese hijo no es otro que Waren Worthington III.
¿Con qué objetivo? No lo sabemos aún, como tampoco sabemos la causa del asesinato de Worthington padre, más allá de que parecía ser un soplón. Warren es abatido y encerrado en una mazmorra por los lacayos del Deslumbrante, pero lo que este no sabe es que Warren es en realidad ¡El Ángel!
Así que no le cuesta ponerse el traje, que llevaba debajo de sus ropajes civiles, y escapar de su encierro, atacando frontalmente al Deslumbrante. Sin embargo, no contaba con que el villano había capturado a Candy Southern, a quien mantiene en una cápsula de animación suspendida.
Ahora sabemos más de los designios del Deslumbrante. Había teleportado a Warren a su cubil para obligarle a hacer su voluntad bajo la amenaza de dañar a Candy. Sin embargo, nuestro malo del día sigue pensando que Warren se encuentra en la mazmorra, sin saber que lo tiene delante.
Como condición añadida a su rendición, el Deslumbrante quiere saber quién se esconde tras la máscara del Ángel. ¡Si eso pasa, se descubrirá la identidad secreta del héroe! Para averiguar como termina la historia, tendremos que leer el desenlace en Marvel Tales #30. Esto se debe a que el primer volumen de Ka-Zar solo duró tres números de nada, y este es el tercero, como bien sabéis. Pero al menos Siegel pudo terminar su aventura en otra publicación.
Como valoración provisional de estas dos primeras entregas, creo que puedo decir que es la primera vez, cronológicamente hablando, que veo funcionar de manera decente un intento de hacer colecciones de un Hombre-X en solitario. Lo que además tiene su mérito considerando que el Ángel es un personaje del que es difícil sacar mucha chicha. Y creo también que para efectuar algo así no ha hecho falta cambiar en exceso la personalidad del Ángel. El cambio está en el trasfondo, ya que la historia se envuelve en un ambiente oscuro y trágico. Siegel sabe añadir tensión a la trama sin olvidarse del "lore" mutante. No creo que estemos, en este caso, ante un cómic infantil.
Por ejemplo, es interesante el siniestro acercamiento de Warren a las ideas supremacistas de Magneto, aunque parece que solo reacciona así en caliente. Además de que la historia no se sitúa nunca en un contexto aislado, y se conecta bien con la etapa de la patrulla desmembrada, y Fred Duncan apareciendo para coordinar sus operaciones.
Con sus más y sus menos, creo, en definitiva, que esto es una buena historia. Aunque releyendo el final será cuando saquemos conclusiones más seguras. Hasta mañana pues.