No ha lugar a comparar a Bendis con Johns. Y no entiendo la discusión porque no hay nada que discutir salvo que la gente se empeñe en negar los hechos. Puede que Didio y Quesada sean igual de (in)competentes -que no lo sé realmente-, pero lo único que sé y me importa es que, al menos, Didio ha puesto al cargo de los cómics a alguien como Johns que respeta a los personajes con los que trabaja.
Y en el mismo saco que a Bendis meto Civil War aunque no sea de él: una de las razones por las que no me gusta Millar. Todo ese tipo de cómic, tan propio de Bendis y Millar, es cómic de serie B: frases contundentes para demostrar lo bueno que soy, poses corporales de grandeza, acción sin una base sólida y comportamientos de los personajes con frecuencia absurdos.
Que Johns no es perfecto, pues claro. Que a veces los diálogos no tienen la brillantez que deberían, cierto. Que está abarcando mucho y que puede dar lugar a una repetición de conceptos por el cansancio, también. Pero desde luego aún le queda mucho fuelle y aún está muy por delante de Bendis.
Los cómics de Johns no se leen en dos minutos y los de Bendis sí.
A Johns le gustan las escenas impactantes que tienen un significado para la historia global que quiere contar. A Bendis le gusta impactar con escenas que al final no son lo que parecían; como ejemplo, el final de Vengadores Oscuros #10, me parece que es en el que, al final, Osborn aparece arrodillado delante del Todopoderoso y demás personajes que destacan por su alto nivel de poder.
Johns sabe escribir cómics de grupos -véase la JSA- tratando a todos los personajes sin que los haya que sólo sirven para hacer bulto. Bendis no, en los grupos que escribe tiene a personajes que sólo sirven para hacer acto de presencia.
Johns sabe caracterizar a los personajes de acuerdo a su historia editorial, respeta a los personajes. Bendis no, ni mucho menos, escribe a los personajes como le interesa para la historia que quiere contar pasándose por el forro su pasado.
Johns respeta el pasado en las historias que cuenta: su retrocontinuidad añade datos sin eliminar lo que ya ha ocurrido sino, al revés, partiendo de ello y enriqueciéndolo. La retrocontinuidad de Bendis lleva a contradicciones y, si no, ahí está el supuesto nuevo origen del Todopoderoso o lo que pasó con los hijos de Wanda en Dinastía de M.
Johns explica sus historias sin engañar al lector, explica los conceptos que usa. Bendis no. Bendis toma el pelo y, si no, ahí está el juego con el Vigía: que si es el ángel de la muerte, que si es esquizofrénico y realmente Bendis no llega a aclararlo nunca.
Ahora bien, opiniones pues ya sabemos, todo el mundo tiene una y todas quieren ser respetables y acertadas.