1
Americano (otras editoriales) / NOCILLA NOVENTERA: Porque no todo fue malo en aquella época... ¿o sí?
« en: Hoy a las 16:32:11 »Leche, cacao, avellanas y azúcar, ….
NOCILLA NOVENTERA
Estaba pensando yo temas para la próxima lectura reglada tras cerrar la JSA de Johns y tener intención de hacer lo mismo, algún día, con los cuentos de Gaiman.
Una opción era seguir con el mismo autor y tirar o bien a algo desperdigado como su Legión, o bien a algo más extenso como su Flash, lo que implicaría meterse antes con el de Waid, y eso me da un poco de pereza ahora mismo.
Hacer con la JLA de Morrison lo mismo que con la JSA de Johns está ahí, pero aún no es el momento.
O liarme la manta a la cabeza y meterme con los 8 años del universo WildStorm original, hasta que lo compra DC. Aunque antes, querría dedicarle un par de hilos propios a la etapa de Ellis en StormWatch que llevó a su Authority y al de Millar, y a los WildCats, como equipo fundacional de ese universo, cuyo #1 del primer volumen sirvió de apertura y su #30 del quinto volumen lo clausuró antes de ser integrado en el Universo DC a través de los New 52.
Tengo por ahí olvidados los periódicos de Wednesday Comics, que me gustaría revisitar, porque en su día no recuerdo si terminé de leerlos siquiera.
Y cada vez leo más comics infantiles con mis hijos, y algunos son un verdadero descubrimiento, como los de Hilda o La pequeña genia.
Pero no, todo eso llegará en su momento, o eso espero, pero ahora me apetece Nocilla de la buena. Nocilla noventera. Y ya puestos, si está un poco pasade de fecha, y pasamos a los primeros dosmiles, con sus tropos y sus manierismos aún más exacerbados, mejor aún.
Pero nada de Marvel o DC, ni siquiera las series regulares de Image que todos tenemos en mente. Sino aquellas obras que al abrir una caja de grapas viejas de tu juventud, hace que te surjan preguntas del tipo ¿esto seguirá molando? ¿esto de qué iba? o ¿para qué ®€%&nes me gasté la poca pasta que tenía en esta mierda? Esas obras que (casi) nadie echa de menos, ni apenas recuerda su existencia. Esas de las que tengo, al menos, 4 cajas llenas, y que tengo intención de leer y comentar.
Obras en las que, en la mayor parte de los casos, el guionista o no está, o como si no estuviera, y el dibujo tiende al exceso, sacrificando por el camino cosas superfluas como narrativa gráfica, proporciones o composición, en aras del molonismo más extremo.
Pero como en toda lectura reglada, sobre todo en una tan anárquica como puede ser esta, hay ciertas reglas, o en este caso, una única regla, y 3 categorías para intentar poner un poco de orden.
REGLA: Han de ser lecturas noventeras, o de principio de los dosmiles, medio olvidadas, que leyera en mi juventud y que no haya vuelto a revisitar desde entonces. Da igual si se publicaron aquí o no. De hecho, las más cañeras son las que, con razón, no se han llegado a ver por aquí
CATEGORÍAS:
- Crossovers inter-editoriales que nadie había pedido: Ni Superman-Mohamed Alí ni Amalgam tienen cabida aquí. Aquí tendremos “joyitas” como Darknesss-Alien, Backlash-Spiderman, Ash-Azrael o X-Force – Youngblood.
- Mini-series noventeras olvidadas… ¿Y con razón?: Por aquí pasarán personajes como Lady Pendragón, Evangelyne, The Coven, Brass o Deity.
- Grandes autores, obras pequeñas: Porque todo el mundo tiene que comer, y Alan Moore, Garth Ennis, Tony Moore, Grant Morrison y Kurt Busiek, entre otros, no van a ser menos.
En vista de la calidad del material, aunque cuento con que no todo sea tan malo como parece visto a día de hoy con ojos de un cuarentón con muchas lecturas a sus espaldas, lógicamente a esto me meto solo, que para eso es la mierda que leía en mi juventud.
¿Y periodicidad?, os preguntaréis. En cómodos tomos tapa blanda aperiódicos. Cuando me apetezca desembotar un poco la cabeza de tanto diagrama argumental o lectura gafapastera, algo caerá.
¿Y habrá fan service? Pues no nos vamos a engañar, lo habrá, porque era algo inherente de al época, y uno de los principales motivos de comprar estos comics y no los Vengadores con chaqueta de cuero o a Batman llorando por las esquinas. Pero no debería ser lo único que nos encontremos. O eso espero.
Y como siempre, si a alguien se le despierta algún recuerdo de juventud al ver alguna de las obras comentadas, bienvenido será a comentar su experiencia.
Todo sea por las risas.