Los Vengadores Vol. 3 (2ª Parte)
BoME Los Vengadores Nº 2
Busiek y Pérez siguen imprimiendo un ritmo trepidante a la serie. En solo seis números pasan muchas cosas: se desarrollan varias tramas, se atisban algunas subtramas, se desarrollan los personajes, hay mucha acción, y, sobre todo, nos dan una lección de lo que debería ser un universo compartido. Quizá este aspecto sea el más destacable, ya que la formación de los Vengadores sufre cambios continuos. Personajes van y vienen, pero siempre con explicaciones razonables. No desaparecen porque sí. Todo tiene una explicación y la respuesta se encuentra en la serie regular del personaje implicado. Lo que sucede en el resto de colecciones tiene su eco en esta, sin que lastre en ningún momento los planes de Busiek para que todo sigua su ritmo natural. Las ausencias de Thor o Iron Man, incluso la marcha de Ojo de Halcón, tienen una incidencia directa en acontecimientos paralelos de otros lugares del Universo Marvel. Sinceramente, hecho de menos esta forma de hacer las historias, que si bien es cierto que puede pecar de clacisista, no deja de ser el mejor ejemplo de por qué la inmensa mayoría de los que crecimos leyendo Marvel seguimos en esto después de tantos años.
Por otro lado, Busiek sigue demostrando ser un experto en el pasado del Universo Marvel. Crea historias que recuperan tramas de diferentes momentos de lo que ha acabado convirtiéndose en una franquicia, retratando a los personajes en toda su esencia, permaneciendo reconocibles a los aficionados de toda la vida. El Capitán América es el líder indomable capaz de tomar las decisiones más difíciles por el bien común. El triángulo amoroso de la Visión, Hombre Maravilla y la Bruja Escarlata sigue avanzando despacio, pero con un paso firme. Las inquietudes de Ojo de Halcón se mantienen y serán exploradas en su nuevo papel de líder de los Thunderbolts. Y así con todos y cada uno de los miembros del equipo que van desfilando por esta serie. De ese modo, con pequeñas pinceladas, entre mastodónticas pelea perfectas para la habilidad y el arte de George Pérez, se van desarrollando multitud de tramas a caballo entre lo clásico y lo moderno, dejando atrás el efectismo de los noventa y abrazando con más fuerza que nunca un modo de hacer tebeos que puede haber quedado desfasado hoy, pero que aún funcionaba en los compases finales del siglo pasado.
Este tomo comienza con una historia que pone punto y final a un crossover titulado “Vive como un kree o muere”. Se trata de una historia que se desarrolló en las cabeceras del Capitán América, Iron Man y Mercurio para mostrar aquí su desenlace. En un intento por vengar la desaparición del Imperio kree, allá por Tormenta Galáctica, esta raza intenta apoderarse de la Tierra, transformando a los humanos en unos nuevos y mejorados miembros de su raza. Pero más allá de esto, tenemos el juicio a Carol Danvers, motivado por su problema de alcoholismo y su incapacidad para reconocerlo. De ese modo, tenemos el desenlace de una subtrama que se venía cocinando desde el principio de la colección, que propiciará la salida de Ms. Marvel de los Vengadores. Un momento cargado de dramatismo que ofrece la oportunidad de mostrar el lado más humano de nuestros protagonistas. Me gusta este número porque representa muy bien qué son los Vengadores; una mezcla entre amigos y familia, pero también un grupo de combate contra el mal, que no puede permitirse ciertos lujos. Además, la negatividad de Carol a aceptar la ayuda de sus compañeros no deja de ser una representación de la triste realidad.
A continuación, los Vengadores deberán enfrentarse a Moses Magnum y su gran ejército. Aunque la acción está garantizada, una vez más este es un aspecto que puede ser relegado a un segundo plano tranquilamente. Lo realmente importante son una serie de subtramas que van perfilando las relaciones entre los integrantes de los Vengadores. Por un lado, tenemos a Justicia y Estrella de Fuego, los jóvenes integrantes de los Nuevos Guerreros que dejan su estatus de reservistas para convertirse en miembros con plenos derechos en el seno del grupo. Vance Astro ha soñado con esto toda su vida, por lo que ver su sueño hecho realidad lo hace alucinar cada día que pasa con los Vengadores y en cada situación que vive, aunque solo sea desayunar con ellos en la mansión. Pero quién realmente alucino soy yo, ya que me he acordado de una historia de los Guardianes de la Galaxia clásicos, en la que el Vance Astro del futuro se encuentra con este Vance Astro, el cual ya adoraba a los Vengadores y los tenía como sus ídolos, además de otros superhéroes. Busiek vuelve a hacer sus deberes escarbando en lo más recóndito del pasado del Universo Marvel para demostrar que el comportamiento del personaje no es algo casual, ni siquiera lo ha inventado él. Mientras, Angélica parece disfrutar menos de esta situación, debido a los problemas de salud que le suponen el empleo de sus poderes mutantes. A lo largo de estos números, ambos personajes irán evolucionando, de manera que tanto Estrella de Fuego como Justicia acaben mostrando un pequeño atisbo de maduración. Yo diría que aquí tenemos un claro precedente de lo que muchos años después sería Academia Vengadores, pero con cierto toque retro, recordando aquellos años en los que había reservistas y Vengadores en fase de prueba, allá por la magnífica etapa de Roger Stern. Sin duda alguna, Busiek sigue demostrando como mantener viva la particular esencia de esta formación.
Por otro lado, tenemos a la Bruja Escarlata, cuyos poderes mutantes están cada vez más relacionados con la magia. Aunque ya tuvimos en el anterior tomo un pequeño adelanto del asunto, creando un nexo de unión con Chton y la magia del Caos, el guionista vuelve sobre sus pasos y utiliza como herramienta a Agatha Harkness para ampliar la información. Si bien es cierto que el tema del origen de los poderes de Wanda ha dado bastantes tumbos a lo largo de las últimas décadas, yo diría que gran parte de la culpa la tiene Busiek y lo que aquí nos cuenta. Por más que me pese, tras leer las explicaciones de la mujer que cuidó a Franklin Richards, la manera en la que Bendis utilizó al personaje puede tener algo de sentido. Aunque ya llegaremos a ese tema en su momento, el aumento de la relación de Wanda con la magia va en aumento y ya ha demostrado de lo qué es capaz y su origen oscuro, por lo que un momento de inestabilidad mental podría ser decisivo. Quizá lo que menos suele gustar es el atuendo gitano que adopta el personaje, que aunque muestra sus encantos de manera mucho más sexy, es bastante hortera, todo hay que decirlo. Aún así, puede tener su lógica si pretende acercarse más a sus raíces gitanas y su conexión con lo exotérico.
Pero la Bruja Escarlata tiene mucho protagonismo en estos números, ya que es la responsable de la resurrección del Hombre Maravilla, que será una de las incorporaciones al equipo. También regresa la Visión en cuerpo físico, aumentando la tensión en ese triángulo amoroso que Busiek explota bastante bien. Ese componente típico de las telenovelas y que no debe faltar en las habitaciones de la mansión. Sentimientos a flor de piel, corazones rotos y un romanticismo revestido de tintes dramáticos que contribuyen al constante desarrollo de los personajes y su entorno. Sin duda, una de las grandes bazas de esta etapa; una que prácticamente ningún autor ha sabido explotar de este modo desde entonces.
Uno de los aspectos más criticados de estos números son los personajes de nuevo cuño. Primeros tenemos a Silverclaw, una joven apadrinada por Jarvis que resulta poseer poderes metamórficos como la “la hija del dios Volcán”. En segundo lugar tenemos a Triathlon, un enigmático personaje que ha conseguido sus poderes gracias a una corriente de pensamiento que defiende la Comprensión Trina, una especie de secta. Además, parece que conoce los secretos de los Vengadores y aparece y desaparece en momentos claves, como si quisiese ganarse su confianza. Nadie negará que Jarvis es una persona con un corazón que no le cabe en el pecho, además de uno de los personajes más entrañables de la colección, pero el tema de la apadrinada con poderes no deja de ser un recurso pillado por los pelos. Con la cantidad de personajes que está desarrollando el autor, la presencia de esta muchacha es bastante innecesaria y no deja de ser un estereotipo totémico poco original. De Triathlon tendremos que hablar más adelante, pero lo de obtener poderes por medio del pensamiento suena muy zen, pero algo estúpido. Si bien es cierto que se está tejiendo una aureola de misterio a su alrededor que genera cierta intriga, el personaje tampoco es demasiado original. Si no recuerdo mal, y en defensa de Busiek, creo que el personaje fue creación de un aficionado, que ganó un concurso que organizó Marvel, o algo así. Hicieron algo parecido con los villanos y de ahí surgió Carbón, que acabaría integrándose en los Thunderbolts. No obstante, esta imposición no es óbice para que se cree una historia en torno al personaje con mayor interés, pero finalmente esto es lo que salió. No todo iba a ser perfecto, claro.
De este bloque me gustaría destacar el número en el que se celebra el aniversario de la formación de los Vengadores, en el que tenemos un auténtico desfile en honor al grupo y una ingente cantidad de cameos de personajes que han formado parte de él. Es curioso como el propio Busiek aviva el debate de si la Bestia es más mutante que vengador. Tampoco me parece desdeñable ver a Pérez dibujar algunas páginas en las que difícilmente cabe un personaje más, reflejando el vasto historial de integrantes que ha tenido los Vengadores a lo largo de su dilatada trayectoria hasta ese momento. Aunque aún me parece más curioso ver en segundo plano alguno que se unirán a la plantilla en un futuro no muy lejano, aunque no aporten demasiado, por desgracia.
Pero si hay un aspecto que me resulta especialmente interesante es la sensación de cómo las historias fluyen a través de un río imaginario. Ese recurso tan habitual del pasado de la Casa de las ideas que ha caído cada vez más en desuso en beneficio de los tomos recopilatorios americanos. Busiek orquesta diferentes tramas que se van engarzando unas con otras de manera que la definición de serie regular cobra sentido. El juicio de Carol enlaza con el enfrentamiento de Moses Magnum que, a su vez, nos dirige a los problemas del grupo, creando un nexo de unión con los poderes de Wanda, la resurrección de Simon Wililiams y el ataque por parte del Segador, retomando los problemas familiares entre los dos hermanos. Todo ello para enfrentar al grupo a una serie de viejos compañeros que estaban muertos y a los que presentan sus respetos durante el aniversario. Como curiosidad añadiré que por lo menos la mitad de ellos ya han regresado de los muertos. Aunque también me ha dado por pensar que Remender leyó con mucha atención esta historia para tomar apuntes y utilizar algunas ideas en Imposibles Vengadores. A pesar de todo, La Legión Letal es todo un clásico y la Legión de los No Muertos también, ya que nos tendríamos que remontar nada más y nada menos que a la etapa de Englehart. Cómo llevo diciendo todo el rato: Busiek hace muy bien sus deberes.
Finalmente, y siguiendo esa línea de engarce, Busiek reserva el último número del primer año de colección para seguir los pasos de Ojo de Halcón, uniendo los destinos de los Vengadores y los Thunderbolts. Estas dos cabeceras, ambas escritas por el guionista, tienes muchos lazos en común, no solo por la inclusión de un antiguo vengador como líder, sino por el esquema y la esencia de la que se alimentan muchas de sus historias. Esta no es la primera vez que cruzan sus caminos, y no será la última, pero sirve para que los exvillanos continúen su camino de redención con el beneplácito de los Héroes más Poderoso de la Tierra. Bueno, y una nueva excusa para que Pérez dibuje escenarios plagados de personajes. A mí me encanta el trabajo de este dibujante, pero si no fuese el caso, merece toda mi admiración solo por el simple hecho de ser capaz de dibujar a tanta gente en un mismo plano y con ese nivel de detalle. Para mí es una auténtica delicia visual, y nunca llegaré a entender como hay tantos detractores de este autor. Ojalá hubiese hoy día más dibujantes como George Pérez, ya lo creo que sí.
Continuará…