¿Pero qué...? Oh, tío, era mi día libre
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LOS NUEVOS GUERREROS
Eran comienzos de los 90, la que para algunos es la peor década de esta nuestra querida editorial, Marvel. Dibujantes "hot", personajes más chulos que un ocho, clones/versiones de casi todas las estrellas de la editorial, violencia extrema, armas rocambolescas... ¿Era todo así? ¿Se puede generalizar? Yo, sinceramente, creo que no.
Justo al final de la década de los 80, en diciembre de 1989, debutaban en las páginas de Thor los New Warriors. Un debut enmarcado en el crossover de series denominado "Actos de venganza". Aunque, la verdad, no era un debut absoluto. Excepto un personaje que aparecía por primera vez en las páginas de Marvel, todos sus componentes eran más o menos conocidos por los lectores veteranos de Marvel. Algunos nunca habían tenido gran protagonismo, otros eran meros secundarios hasta el momento, y otros habían gozado de cierta fama en una época que ya quedaba atrás.
¿Qué teníamos en este cóctel? A Destructor Nocturno, un enigmático nuevo personaje que montaba en monopatín, portaba una muy chula armadura y contaba con grandes dotes para la lucha. A Speedball, la maravilla enmascarada, creado por Steve Ditko años atrás. A Kid Nova, el cohete humano, que en el pasado había sido Nova a secas, y que ahora volvía a tener poderes después de perderlos años atrás. A Namorita, la atlante "prima" de Namor, el Hombre Submarino. A Marvel Boy, la contrapartida de la realidad 616 al Comandanta Vance Astro de los Guardianes de la Galaxia, que contaba con poderes telequinéticos mutantes. A Estrella de Fuego, la heroína mutante que nació a partir de una serie de televisión, y que debutó en los cómics como enemiga de la Patrulla-X y ya había contado con miniserie propia. ¿Cómo se habían juntado personajes tan dispares, pero unidos por un nexo común, su juventud?
La respuesta no llegaría de manos de sus creadores, Tom DeFalco y Ron Frenz. Las mismas dudas quedaban al terminar la saga de dos números (Thor #411-412). Esa tarea quedaba en manos de Fabian Nicieza y un "novato" Mark Bagley.
Así, en julio de 1990, comenzaba la andadura de una nueva serie, el título propio de los Nuevos Guerreros. La serie se vendía como protagonizada por "Los héroes de los 90". Y aquello, sin duda, fue todo un logro, si se tiene en cuenta que no se trataba de un grupo mutante, que eran los superventas en aquella época (había dos mutantes en el grupo, pero alejados del espíritu que imperaba en las series X).
La serie comenzaba contando cómo se reunieron estos jóvenes tan carismáticos. Y no podía ser más sencillo. Dwayne Taylor, en su identidad de Destructor Nocturno, había decidido combatir el mal con ayuda de sus habilidades de lucha y su fortuna tras ver cómo sus padres fueron asesinados delante de él (muchos habréis pensado en Batman, y seguro que esa era la idea inicial, pero había mucha tela que cortar respecto al señorito Taylor). Y para lograr tal fin, decidió fundr un supergrupo. Sus objetivos: Estrella de Fuego, Nova (a quien hizo recuperar sus poderes lanzándolo desde una azotea, así de directo era) y Marvel Boy acudieron a la llamada, pero hete aquí que justo en su primera salida, coincidieron con Speedball y Namorita en el campo de batalla. ¿El resultado tras derrotar al maloso? Unirse todos como New Warriors, acompañados por Cuerda, el entrenador y tutor de Dwayne, y Tai, su ama de llaves oriental.
¿No he dicho quién era el maloso? ¡Terrax, quien fuera heraldo de Galactus! Sin duda un bautismo de fuego impresionante.
Sin pausa pero sin prisa, poco a poco el grupo fue tomando forma, y aún más lo hizo la mitología propia que lo rodeaba. Con el paso de los meses se presentó a Silueta, la enamorada de Destructor Nocturno y quedó condenada a usar unas muletas para siempre por culpa de él. A Fuego de Medianoche, el hermano de Silueta y antiguo aliado de Dwayne convertido en enemigo. A Psionex, el grupo formado por Infarto, Matemaníaco, Bella Persuasión, Asilo e Impulso y condenado a ser lo que los Amos del Mal y la Hermandad de Mutantes Diabólicos habían sido para los Vengadores y la Patrulla-X, respectivamente. A Ladrón de estrellas, que se redimió y pasó a vivir con los Inhumanos, sin que nunca más se supiera de él. A la Fuerza de la Naturaleza, un grupo formado tanto por nuevos villanos como por antiguos (caso de El Mago del agua., rebautizado como Acueducto).
Y esto nos lleva a la primera saga que tuvo gran relevancia en la serie, independientemente del magnífico nivel ofrecido hasta el momento. Antes que la Era de Apocalipsis, en una saga de tres números, Nicieza y Bagley nos mostraban una realidad cambiada, en este caso gobernada por la Esfinge y en la cual Egipto dominaba todo. Vengadores, Hombres-X y demás héroes divididos en dos bandos. Quienes habían sido héroes, ahora no lo eran, y los villanos luchaban por la liberación. Una saga que merece ser recordada mucho más de lo que lo es ahora.
Por supuesto, he de reseñar que Silueta, a estas alturas, ya era un miembro más del grupo, totalmente integrada gracias a su capacidad de lucha, que no se veía mermada por su uso de muletas.
Y, aunque no lo parezca por lo que he contado hasta el momento, los personajes continuaron evolucionando, faltaría más. Speedball ya no era un simple saltimbanqui que rebotaba de aquí para allá, sino un rival muy a tener en cuenta, con unos poderes muy versátiles. Estrella de Fuego se había desligado totalmente de su mentora, Emma Frost, y era una heroína mucho más fuerte. Vance había declarado su amor a Estrella, mientras lidiaba con el odio que profesaba su padre a sus habilidades mutantes y los maltratos que ello conllevaba. Destructor Nocturno descubría poco a poco más y más pistas sobre la muerte de sus padres... y todo ello acabó alcanzando su culmen en la saga titulada "Nada más que la verdad".
La portada que he incluido arriba ya es escalofriante. Vance usa sus poderes telequinéticos cuando su padre trata de pegarle. Y pierde el control. Su padre entra en coma, y unos números más adelante muere. Finalmente, Vance sería llevado a juicio por homicidio. Esto no era un tebeo protagonizado por adolescentes despreocupados. Sino todo lo contrario. Y esta trama aportó una madurez que pocas veces he visto.
Pero no era todo. Mientras Vance y Angelica (Estrella de Fuego) afrontaban el juicio (con el bufete Nelson & Murdock a la defensa, para los interesados), el resto de Guerreros viajaba a Camboya para descubrir toda la verdad sobre el origen de Destructor Nocturno, y, de hecho, el suyo propio como grupo. Se obtenían todas las respuestas. Quién mató a los padres de Dwayne, por qué, cuál era el objetivo de juntar a los Nuevos Guerreros... TODO. No voy a revelar quien era el villano detrás de todo, pues es una de esas cosas que hay que leer.
El arco acababa con nuevos miembros en el grupo. Halcón Oscuro, o Darkhawk, muy en boga en aquella época, y Rabia, que había debutado en la serie de los Vengadores hacía poco, y que Nicieza no dudó en "mudar" a una serie en la que sin duda encajaría mejor. Pero también hubo una pérdida. Vance acabó encerrado en la Bóveda por la muerte de su padre, dejando a una destrozada Angelica atrás.
Y lo peor estaba por venir.