He leído Batman: Hong Kong.
Se trata de una historia que ya tiene su tiempo, publicada por DC originalmente en 2003, y que ha recuperado ECC a principios de este año. La verdad es que no sé como definirla. No es una miniserie, no es una novela gráfica, aunque se le acerca bastante, pero es una aventura que transcurre en 128 páginas, es decir, un señor tomo. La obra está escrita por Doug Moench y el aspecto gráfico corre a cargo de Tony Wong, una estrella internacional del manga. De ese modo, tenemos un producto a caballo entre el álbum europeo y el manga dando como resultado un tomo que como decía antes me cuesta catalogarlo de un modo convincente.
A mí, personalmente, me ha parecido una buena historia, bastante solvente, en la que vemos a Moench desenvolverse con un personaje que conoce bastante bien. En una fusión entre el manga y el cómic norteamericano, el guionista elabora una historia que parte de una película snuff en la que muere un oriental, siendo visionada por casualidad por un hacker. Esto dará como resultado una serie de asesinatos que conectan con un caso en las entrañas de Hong Kong. Allí se desplaza Batman para encontrarse con un inesperado aliado, el Dragón Nocturno, que le servirá para introducirse en una ciudad en la que se encuentra fuera de su ambiente. No obstante, Moench retrata la capital china como un trasunto de Gotham, en la que se mezclan los negocios turbios de las triadas y un asunto familiar que involucra al comisario de policía local. A través de una intensa investigación, los protagonistas llegarán al responsable de los asesinatos, destapando un drama familiar que afecta a los personajes secundarios de esta historia con tintes asiáticos.
Quizá el aspecto más destacable de todos es la forma en la que Moench introduce al personaje en un ambiente distinto al habitual, sin que nada chirrié excesivamente. Además, gran parte de la historia pivota sobre uno de los aspectos más interesantes del personaje, que no es otro que su faceta detectivesca, profundizando bastante en la intriga, el suspense y el tono policial de la investigación. Sin embargo su incursión en oriente no puede estar exenta de algunos componentes típicos de las películas de artes marciales, dando paso durante el nudo de la trama a grandes dosis de acción y exhibicionismo de este tipo de narrativa, en ocasiones algo exagerada. Tony Wong hace un buen trabajo narrativo, aunque abusa en ocasiones de posturas algo forzadas con un personaje creado para la ocasión que a mí me recuerda a Koji Kabuto. Incluso, ahora que lo pienso, su novia tiene cierto aire a Sayaka... En fin, que es evidente que el autor no renuncia a su raíces lo que nos deja un producto híbrido que no está nada mal, es muy entretenido y tiene buenas caracterizaciones de los personajes, pero también tiene en ocasiones un punto propio del manga que pueda chocar un poco. Con sus defectos y sus virtudes, me ha parecido una pequeña curiosidad interesante, bastante entretenida y que resulta curioso que estuviese inédita hasta el momento. Un tomo bastante disfrutable, pero que quizá no sea del gusto de todos los seguidores del murciélago.