No es casualidad que siendo tantos miembros en vuestro ridícula pandilla de indocumentados, no seais capaces de presentar ni un solo interlocutor en condiciones dignas. Soys como participantes de Humor Amarillo, golpeando una y otra vez vuestras ornamentales cabezas contra el inalterable y granítico muro del Criterio.
Cada una de vuestras patéticas diatribas os hunde más en el fango de la ignorancia, si bien a nosotros nos ennoblece y reafirma en nuestra posición de Belleza y Verdad.
Como un niño que le arranca las alas a una mosca por diversión, con el mismo desdén os arrojaremos a la papelera en cuanto dejéis de entretenernos, un acontecimiento cuya llegada es inevitablemente temprana.
Que pase el siguiente insecto.