Hoy vengo con la reseña de una obra muy especial, y diría que un poco desconocida.
Como siempre, os agradezco que la leáis en mi web
https://paranoiasecuencial.wordpress.com/2018/03/19/la-belette-de-dieter-comes/ que contiene imágenes, formato y secciones extra aparte de la reseña.
Y para el foro:
La Belette, de Dieter ComèsMe atrevería a decir que todos los lectores de cómics hemos sentido alguna vez la llamada instintiva de acercarnos a un tebeo totalmente desconocido, porque nos atrapa su portada, el título nos intriga o simplemente por una especie de magnetismo inexplicable. Esta sensación, la sentí yo hace un mes con la obra de la que vamos a hablar hoy; La Belette.
La culpa, la tuvo la portada. Mis dedos se deslizaban entre tomos de segunda mano en una tienda, y de repente, tuve que parar. Aquella enigmática mujer con gabardina y sobre todo, esa lechuza emprendiendo el vuelo se quedaron atrapados en mi cerebro y supe que tenía que llevármelo.
La Belette, comienza con una escena que sólo deja interrogantes, pero que ya plantea el tono que va a tener la obra; el mundo de lo místico y lo natural será uno de sus cimientos, a través de las dos misteriosas figuras que parecen estar ofreciendo culto a una diosa que nos recuerda a la Venus de Willendorf con sus formas femeninas exageradamente voluptuosas, símbolo de la fertilidad.
Pero tras estas dos páginas, cambiamos totalmente de tercio; ahora el escenario es una casa de campo en Amercoeur dentro de la región de las Ardenas, donde Anne (una mujer embarazada) y su marido Gerald, un pragmático y frío realizador de televisión, están discutiendo. A ella no le gusta la vieja casa a la que se han mudado, la soledad del campo le angustia, quiere volver a la ciudad.
La discusión es interrumpida por su vecino; el señor Renard, un personaje siniestro que quiere usar su teléfono. A su marcha, llega el párroco a darles la bienvenida y también se nos presenta a Pierre, hijo del matrimonio protagonista, que sufre de autismo y que jamás ha articulado palabra. Poco a poco, nos vamos sumergiendo en una historia tenebrosa en la que suceden actos realmente macabros en torno a esta familia.
Cada persona de la aldea es sospechosa, nos hacen sentir incómodos, nos hacen temerles. La lograda ambientación en blanco y negro es realmente desasosegante, sentiremos el frío viento continuamente, no hay nada acogedor en ninguna página.
Y en medio de todo esto, La Belette, una misteriosa mujer ligada a la religión mistérica de la zona, en la que se realizan ritos espiritistas, tejiendo una lucha entre tres cultos; el de la propia Belette, con sus raíces en la naturaleza, el catolicismo, y con menos fuerza la televisión, donde todo vale para mantener la atención de sus devotos; los espectadores.
El misterio será el hilo conductor de la historia, en la que todos los personajes tienen gran importancia en el desarrollo. Comès crea unas mujeres fuertes, y veremos en Anne una evolución espectacular al igual que con Pierre. Nada es lo que parece en Amercoeur.
Ocho capítulos y un epílogo que tratan de la incomunicación, la soledad y la desconfianza en un paraje desconocido y singular. Para mí ha sido una obra redonda, que se sitúa entre mis favoritas, y cuyo final me sorprendió mucho. Sin lugar a dudas la recomiendo a cualquier lector que guste del cómic europeo de autor.
Hay veces que una compra a ciegas supone el descubrimiento a nivel personal de un cómic que nos marca y un autor al que queremos seguirle la pista, esta ha sido una de ellas.
La Belette obtuvo el Premio Saint-Michael a la mejor BD en 1983.
Apartado GráficoLa obra se nos presenta en blanco y negro. Sólo veremos color en la portada, y pese a ello, no se echa en falta. Comès realiza un trabajo perfecto en el que la sensación de desolación, frío y temor se plasma en cada detalle.
El diseño de los personajes es muy radical, alejándose del tono realista y definiendo el interior de cada uno de una forma muy clara. Unos son muy esbeltos y de formas elegantes y angulosas, similares a elfos, y otros, en contraposición están achatados y deformes.
Los ojos tienen mucho que decir, y como en el refrán, son el espejo del alma.
Mención especial merece el diseño de los misterios personajes que rinden culto a Demeter, diosa madre; siendo el que va tocado con un cráneo de ciervo mi favorito, y de hecho, el que ilustra el encabezado de la web.