Día 185: The Defenders vol. 1 #16. Octubre de 1974
Banda sonora: es 1974, y U.F.O. hablaban, como es lógico, de un chico de las estrellas. Alfa nos va dejando mientras suena lacónicamente "Space Child" de fondo:
https://www.youtube.com/watch?v=Hw9kskIJuK8
Créditos: Len Wein (guion); Sal Buscema (dibujo); Mike Esposito (entintado); Gaspar Saladino y Charlotte Jetter(rotulación); Glynis Wein (color).
Portada de Gil Kane y John Romita Sr.
En The Defenders vol. 1 #15, habíamos visto que la clave del malvado Magneto para dominar al mundo, era disponer de un nuevo mutante prodigios, el llamado Alfa. El capítulo acababa con los héroes estupefactos contemplando a la criatura, pero no se le veía, y ahora la tenemos aquí por primera vez:
¿Tanto rollo para un mutante grandote con pinta de neardenthal lampiño? Tranquilos, que Alfa, aquí donde lo veis es más de lo que parece. De momento, tiene un campo de fuerza que puede repeler al mismo Hulk y a los poderes de Extraño.
La Mole, por su parte, se pregunta lo mismo que nosotros nos llevamos preguntando durante 180 y poco reseñas... ¿Por qué Magneto no mata nunca a los buenos ahora que tiene la ocasión? La respuesta del nefario antagonista no se hace esperar: así se regodea en su triunfo ¡Qué malo! No me canso de ver los caretos que Sal Buscema le hace a Magneto
Seguidamente, el villano provoca un derrumbe en la cueva que deja atrapados a enemigos y amigos en la gruta sin aparente posibilidad de escape. Sin embargo, Magnus aprovecha los poderes supremos de Alfa para ordenarle que teletransporte de allí solo a los malos.
Sinceramente, admirado Len Wein, y lo digo con cariño, a estas alturas este plan no tiene la más mínima intensidad. Como así pensábamos que ocurriría, los Defensores se abren paso fácilmente por la roca, y tras una nada emocionante no-muerte de Hulk (al caerle unas rocas encima, llorando Valquiria porque pensaba que habría muerto), los héroes buscan a Erik. Pero ¿a dónde habrán ido Magneto y sus malandrines? Xavier pone a trabajar su gran tarro y, gracias a las esencias malignas que desprende Magneto, lo localiza mentalmente en NYC. Se dirige al edificio de la ONU, parada habitual del malo en esta época. Así que van allí.
Esto de que Magneto emanaba una especie de esencias malvadas es algo que ya hemos visto en las primeras andaduras de la colección de The X-Men, y aquí Len Wein lo aprovecha. Muy lejos, pues, del Magneto no completamente malvado que veríamos luego.
Nuestro enemigo llega a la sede de ONU en compañía de sus camaradas e irrumpe en la Asamblea, haciendo valer sus demandas de dominio mundial. Como los dignatarios mundiales no quieren atender sus reivindicaciones, Magneto le ordena a Alfa que arranque el edificio de la ONU de los cimientos y lo lleve por los aires.
Como vemos, aquí Alfa empieza a dudar algo antes de cumplir con los comandos de Magneto. Además, podemos observar que su aspecto simiesco ha dado paso a unas facciones más humanas. Algo pasa aquí. Los gerifaltes del mundo están aterrados ante las tornas que han tomados las cosas. Y es que se encuentran de repente prisioneros en un rascacielos flotante.
Pero el combo Defensores+Xavier acude a salvar el día. Utilizando un hechizo de invisibilidad+teleportación (otro combazo), Extraño traslada a los héroes al rascacielos flotante de manera discreta. Pero son descubiertos por Mente Maestra, quien los "siente".
¿Es Wyngarde precognitivo también? ¿O acaso los héroes emanan esencias bondadosas?
Da igual. Al dar el chivatazo, Magneto ordena a Alfa que acabe con los buenos. Y aquí sí que la cosa llega ya a la discusión, porque Alfa se lo piensa mucho y cuestiona a su jefe antes de obedecer.
Alfa convoca, con sus poderes aparentemente ilimitados, a unos golems de roca que atacan a Los Defensores, pero tampoco estos adversarios nos impresionan, querido y añorado Wein. Los héroes acaban con ellos en tres leches bien dadas y avanzan al interior del edificio de NU.
El rival es tan flojete que no sé si interpretar la escena como una decisión consciente de Alfa de no lanzarle a los buenos lo peor que tiene. Sí, definitivamente será mejor pensarlo así
. Los protagonistas penetran en la sede de la ONU y se encuentran allí a la Hermandad. Cuando Magneto vuelve a ordenar a Alfa que destruya a los Defensores, esta vez el mutante definitivo se niega abiertamente a acatar sus mandatos. El villano acude entonces a la amenaza directa, para hacer que Alfa acepte atacar, renuente, a Los Defensores.
El hecho de que, como vemos en las anteriores viñetas, Hulk se precipite a atacar a Alfa, hace que este cumpla provisionalmente con el que hasta ahora era su superior, envolviendo al gigante verde en una película pétrea (o no sé si, directamente, lo convierte en piedra) para que no pueda moverse.
Haciendo uso de poderes cada vez más sorprendentes y variados, Alfa va reduciendo a los demás Defensores uno a uno, pero lo que llama la atención es que, en un momento dado, el rostro del mutante se ha transformado para revelar una cara con aspecto alienígena.
Los cambios de Alfa dejan de ser sutiles para escalar vertiginosamente. Magneto emplea entonces el subterfugio y le intenta convencer de que los malos son los buenos, y los buenos, claro, a la inversa. ¿Quién miente? Un poco a la moda egipcia, Alfa pesa las almas de ambos grupos en una especie de balanza cósmica. Me gusta bastante la viñeta
Y aquí sí que ya no hay dudas: los malos son... pues los malos ¡Quiénes iban a ser si no! ¿verdad? Magneto se guarda el as de la retórica: ahora le va a Alfa con la película de que, aunque le haya mentido, todavía es un mutante como él y su causa es legítima. Alfa, con su cabeza convertida ya en un portaaviones, considera inválidas las razones de Magneto y lo hace revertir a su primera infancia, junto a sus secuaces, con un rayo bien majo. ¡Atención, momentazo histórico!
En cuanto a los buenos, Alfa les comunica que ha comprendido que su lugar en el mundo no está con los humanos, sino entre las estrellas. Probablemetne los vestigios que Magneto encontró en aquella misteriosa gruta procedían de una raza alienígena. Así que Alfa se va, muy enigmáticamente, a buscar su destino, dejando a los villanos llorando como lo que literalmente son: críos.
Y con esto termina una aventura que ha estado más interesante de lo que pensaba, pese a que Magneto no puede ser más torpe con sus supuestamente infalibles planes maestros. Me ha pasado algo curioso leyendo este número: era la primera vez que lo hacía, así que cuando he visto cómo Alfa revertía a la infancia a Magneto y a los demás villano, he pensado que esta era el famoso momento que luego desencadenaría la "reconfiguración" de Magneto por
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más adelante. Aunque haya leído esto 4000 veces, no lo había visto nunca en el cómic original, y he tenido que buscar la amable confirmación de
Kaulso par aasegurarme de que estábamos ante el momentazo histórico que parecía ser
Y mañana... ¡piensa en verde! Y en algo más... chanchaaaaan