He leído Batman Nº 110/55.
Llegamos al final de la saga, que me ha transmitido esa sensación tan familiar de estar leyendo algo que ya hemos leído cientos de veces. Pese a que Tynion ha introducido elementos nuevos y ha metido al Joker en una dinámica ligeramente distinta a la habitual, todo me ha sonado un poco a más de lo mismo. Esta voluminosa grapa cuenta, además, con un especial del que se encargan un amplio grupo de autores, cada cual centrado en uno de los personajes que ha participado en la historia, para después concluir la macrosaga en el número 100 americano, que no solo nos deja un desenlace, sino también pistas de lo que pueden ser las intenciones futuras del guionista.
Tras la marcha de King, yo esperaba ver al Tynion de Detective Comics. Historias con oficio, con cierta dosis de entretenimiento, y buen tratamiento de los personajes. En algunos aspectos, el escritor ha seguido esa senda, en otros, parece que es imposible que un guionista de esta serie no acabe embarcado en largas historias que confluyan con otras de la franquicia, o que no pretenda contar una historia con grandes pretensiones para suponer un importante punto de inflexión. En esta ocasión, parece que el mensaje que nos manda es que Gotham ha cambiado, y por lo tanto su defensor debe también hacerlo. La guerra del Joker, más allá del caos y la destrucción de la que debe recomponerse la ciudad parece estar orientada hacia un cambio de mentalidad plural, sea lo que sea eso. En definitiva, es caer una y otra vez en aquello en lo que han errado otros guionistas que han legado a la cabecera con grandes ideas que una vez desarrolladas se han quedado en poco más que un bluf. Ojalá me equivoque, pero tengo la sensación de que Tynion comienza a encaminar su etapa en esa dirección, y salvo que los resultados sean muy superiores a lo que ya ha realizado, quizá sea un verdadero error.
En definitiva, una voluminosa grapa con un desenlace quizá algo más alargado de lo debido, más o menos sólido en el apartado gráfico, en el que se ha echado de menos un mayor papel de Catwoman y que también cuenta con varios epílogos que parecen anunciar sagas en las que se puede repetir el esquema de historias relativamente recientes, incluso en la propia etapa de Tynion, pero intercambiando al villano. Empiezo a vislumbrar el síndrome Snyder, en el que si Gotham no es semidestruida, o sumergida en un caos total y absoluto, pues no es una historia suficientemente relevante en la serie. Todo parecía que esta etapa podría ser un verdadero soplo de aire fresco, pero al final todo parece indicar que sigue las pautas habituales, aunque de momento, eso sí, es una lectura amena. Veremos como continúa en el siguiente arco, pero comienzo a cruzar los dedos...