He leído
Shaolin Cowboy Nº 1: La venganza del Rey Cangrejo y Mr. Excelente.
Esta semana estoy de relecturas, aunque en esta por lo menos me lo he pasado mejor que con las anteriores.
A mí en su día este tomo me gustó mucho y con el paso del tiempo no me ha disgustado, aunque reconozco que no es un tebeo para todo los públicos. Geof Darrow como autor completo tienes sus limitaciones y quizá se puede apreciar como su punto fuerte es la faceta artística, pero es que llegó a conseguir un Eisner por esta colección. Con esto no quiero decir que sea una maravilla, pero que debe afrontarse con la mente abierta y con cierta predisposición para disfrutar de las diferentes bizarradas que plantea aquí el autor, que combina las artes marciales con el western acercándonos al género fantástico con una imaginación tan desbordante como salvaje, llegando a un punto en el que incluso introduce un humor negro para amenizar el baño de sangre. Si tuviese que definir la serie, podríamos decir que estamos ante una extraña mezcla de manga, Lucky Luke y el clásico inmortal de "Las 36 cámaras de Shaolin", todo mezclado como si de una coctelera se tratase, bajo el abigarrado y barroco trazo de Darrow, que no escatima a la hora de dibujar multitud de detalles en una viñeta.
Este tomo lo publicó en su día Panini y cabe destacar la cantidad de errores que contiene. Destaca especialmente como han seccionado una página que debería haber sido un desplegable, perdiéndose gran parte del impacto y el detalle del número de enemigos que se presentan delante del personaje para matarlo. También hay muchos errores en los bocadillos, con palabras en las que no se han respetado los espacios, o el más sangrante, en la traducción, que para algunos chistes se ha españolizado hasta el punto de mencionar al Pryca (antiguo Carrefour) y cosas así. Además, la narrativa de Darrow implica la utilización de muchas splash pages, cuyos detalles centrales se han perdido en muchos casos. En realidad hay que agradecer que el tomo esté bien encolado, pero en ediciones posteriores se hubiese cosido también, permitiendo ver un poco mejor esas páginas dobles. No obstante, todo esto no es problema para poder disfrutar de la historia, si realmente es del gusto del lector.
La historia está protagonizada por, como el propio título indica, Shaolin Cowboy, un monje desterrado de su tierra que vaga por el desierto en una mula parlanchina, que a mí me recuerda mucho a Jolly Jumper. El protagonista apenas articula palabra, mientras que el animal se dedica a presentar cada número, hace chistes durante las interminables peleas y lleva, en cierta forma, el peso de la narración. Se echa un poco de menos el conocer la historia pasada del antiguo monje de Shaolin, pero se suple conociendo la complicada vida de la mula, que ha tenido desavenencias con loros, tiene las herraduras hechas de un material del que forraron los huesos de cierto canadiense, critica el hip hop y otros estilos musicales, incluso a la industria de la música y sus nuevos formatos, entre otras muchas cosas. Curiosamente, el léxico cultural de aquellos que participan en los diálogos es digno de mención.
En este deambular por el desierto, nuestro protagonista se topa con el Rey Cangrejo,
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
El enfrentamiento es puro Darrow. O lo odias o te encanta. Sangre, acción, piruetas imposibles y un derroche de imaginación como pocos, al más puro estilo del manga más fantástico.
En su segundo alto en el camino, nuestros protagonistas se ven las caras con Mr. Excelente,
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
En esta parte llegamos a un nivel mucho más
heavy. No tanto por la violencia u otro tipo de elementos, sino más bien porque todo parece una ida de olla monumental hecha para molar. Después el argumento cobra un poco de forma, cuando
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
La historia quedó parada en esa escena, tardando muchos años en reanudarse. Tanto es así, que en el segundo tomo americano se realiza un amplio resumen de varias páginas para poner en situación al lector. Yo he preferido leer directamente el tomo.