He leído Harley Quinn: Cristales Rotos
Uno de los frutos más exitosos de la nueva línea de DC, DC Ink, pensado para adolescentes.
Me ha gustado, en el sentido de que es entretenida y destaca colectivos que necesitan quizá más visibilidad en los cómics. Además, creo que a los adolescentes les gustará mucho más, mi hermana pequeña, que es la propietaria, ha disfrutado mucho del tomo, y seguro que lo releera.
Pero... ha habido bastantes cosas que no me han gustado tanto, y que me han sacado un poco de la lectura, y la verdad, que el Eisner me parece demasiado para esta obra. Ese ha sido yo creo uno de los principales problemas; las expectativas.
La historia es básicamente que Harley Quinn se muda a Gotham, y es acogida por Mama, un hombre que dirige un club de Drags, pero con serios problemas debido a la gentrificación. En el instituto, Harley Quinn conoce a Ivy (Hiedra Venenosa, pero aquí no lo demuestra, simplemente ama las plantas y ayuda en un huerto comunitario) y llevan a cabo alguna escaramuza en pos de conseguir que proyecten películas de mujeres y mujeres negras en el club de cine. Por otro lado, empresas Kane se está haciendo con el control de la ciudad y amenaza con sacar de sus apartamentos a la gente más humilde para construir pisos de lujo. En estas aparecerá un Joker en su faceta de "me aburro, vamos a poner las cosas interesantes" y complicará más las cosas.
En general, la caracterización de los personajes me parece acertada en es reinterpretación de los mismos, tenemos algo de la esencia de los mismos, pero al lector clásico de Batman y derivados, seguramente le chirriará el tratamiento que hace la autora de algunos, especialmente de Harley Quinn, que ya no está loca por culpa del Joker, sino que le viene de antes (aparte, claro está de que ella es totalmente independiente de él desde el momento cero, y no le deja que la controle ni nada, el que espere a la Harley clásica que se olvide). Son cambios buenos en el sentido del mensaje que le dan al público al que van dirigidos, pero que los más puristas encontrarán exagerados.
Es una buena historia, especialmente para el público juvenil, que no tengo dudas de que disfrutará de la lectura y releerá este cómic una y otra vez, pero como cómic en sí, no puedo evitar verle ciertos fallos. Evidentemente, no soy el público objetivo de Harley Quinn: Cristales Rotos, pero hay cosas que sencillamente no me han convencido. La primera es, que el principio de la obra se hace excesivamente lento y un poco pesado, la autora se centra demasiado en presentar argumentos y grupos sociales variados, dándoles voz (lo cual me parece necesario), pero olvidándose un poco de Harley en sí, que quizá debería haber tenido más peso en dicha parte. La segunda cosa que no me ha convencido es, que a veces, muchas cosas pasan porque sí, sin desarrollo, sin justificación, simplemente por necesidades de la historia, por poner un ejemplo, en las primeras páginas, Harley se muda a Gotham, a la casa de su abuela, que resulta estar muerta, y el casero, dueño de un local de Drags que hay debajo, la acoge sin pensárselo demasiado... ¿qué madre manda a su hija a casa de su madre sin llamarle antes? Vale que diga Harley que tenían poco contacto, pero de ahí a que esté muerta... y luego, ¿qué persona acoge de repente a una menor, así como así? Todo eso es necesario para presentarnos al grupo de Drags que serán parte importante del reparto y que dan mucho juego en la historia, pero las formas para hacerlo... chirrían un poco. Vale que es una novela gráfica para el disfrute, y no hay que examinarla al detalle, pero aún así hay ciertas cosas que hay que cuidar en una historia.
Luego el tema de todo lo que quieren meter de mensaje social, en el sentido de no racismo, inclusión de colectivos, propulsión de proyectos sociales y tal, a mí me parece muy bueno que estas cosas preocupen a los autores, y me parece necesario que se metan en las obras, son cosas necesarias y con las que hay que educar, pero la forma de hacerlo es lo que no me termina de gustar, meten las cosas muy directas, de sopetón, y sin prepararlo para la historia, simplemente incluyéndolo, y yo soy de los que opinan que cualquier cosa que metas en la historia, tiene que meterse de una forma inteligente y orgánica, porque si no, lo único que consigues es que quede impostado.
O sea, las formas no son del todo buenas si soy crítico, pero eso sí, el objetivo me parece muy loable, y lo bueno es que va a conseguir que muchos lectores en una situación complicada tengan un refugio aquí y se sientan identificados, que vean que todas las personas sufren, y que todas las condiciones personales son naturales y buenas, y que no hay que permitir que nadie te reprima.
Me he hecho un poco de lío con el comentario y espero que se entienda medio bien, en definitiva, historia entretenida, que seguro que es mucho mejor para su público objetivo, pero que abusa de meter de manera forzada muchas situaciones para generar un mensaje social necesario y que hace que la autora se desvíe de su historia descuidándola un poco.
El arte de Steve Pugh es impresionante, me ha gustado mucho, aunque a veces, cuando colorea las páginas sólo con esos tonos de azul tristón acaba saturando y aburriendo un poco.