Yo la tapa dura no la veo mal para los clásicos, aunque sólo sea porque muchos es la primera vez que se publican en color y tamaño originales. Tampoco me parece mal la tapa dura para obras que ya han pasado el control de calidad del tiempo.
Ahora bien, tapa dura que no se desencuaderne, bien editada. Que la tapa dura por sí misma no hace edición, ni definitiva ni digna.
Más: no quiero tapa dura para colecciones nuevas, porque son más caras (si bien es cierto que, en los últimos tiempos, no había mucha diferencia de precio entre la tapa blanda y la dura), disuaden de picotear (y por ahí se pierden lectores) y... ¿qué hacemos si la serie tiene éxito y se alarga, se alarga y se alarga? Mucha calidad tendría que tener la serie para que los lectores la aguantaran.
La tapa dura me parece sintomático del tipo de lectores que quedan: los ocasionales y los de toda la vida que sí, se gastan una pasta gansa en esos clásicos que nunca han tenido en condiciones, o que sí, pero bueno, eh, esta es la definitiva.
Hace tiempo, un alumno me preguntó que dónde podía comprar comics. Difícil, porque, aparte de que ya no en los kioscos y de que la librería especializada más cercana le quedaba a unos 26 km, ese chaval no creo que tuviese suficiente dinero para pagarse el transporte público (una pasta esto de los cercanías y el metro), llegar a la librería en cuestión y gastarse su escaso dinero en... ¿qué? ¿Un tomo en tapa dura? Es un riesgo. Si el tomo le gusta, volverá a por más (por poco que sea ese más y no creo que sea nunca suficiente), pero, si no le gusta... ¿le compensa toda el esfuerzo anterior? No. Y ahí se pierde un lector.
El apocalipsis del mundillo, como siempre.