He leído Batman: El príncipe oscuro Nº 1-2.
Batman, como icono popular, ha sido importado en otras ocasiones fuera del cómic norteamericano, ya sea al manga o el europeo. En esta ocasión, la editorial francesa Dargaud y DC Comics unen sus esfuerzos para proponer un proyecto al artista italiano Enrico Marini, del que surge esta miniserie que se publica en formato álbum europeo en dos entregas. Marini, conocido por obras como El Escorpión o Las Águilas de Roma, construye una historia muy amena y entretenida que toma como referencia las versiones cinematográficas del personaje. La historia gira en torno al cumpleaños de Harley Quinn y a los intentos del Joker por conseguir un regalo para su particular novia. Tras el intento infructuoso de robar un collar, decide trazar un plan para obtener el codiciado Gato azul, para ello implicará a Bruce Wayne, que sufre una demanda por paternidad. De ese modo, el Joker secuestra a la niña para extorsionar al millonario y que consiga el collar para él.
Aunque debo admitir que el punto fuerte de esta miniserie es el dibujo, con un Marini muy cinematográfico, demostrando con creces su merecida fama en la BD europea, el guion no me parece malo. Quizá no sea de un nivel sobresaliente, pero sí por encima de muchos de los que se escriben actualmente ne las dos grandes compañías de la industria norteamericana. cabe destacar principalmente el tratamiento de los personajes, ya que el artista italiano construye una historia sobre ellos. Además, crea un curioso e interesante paralelismo entre las dos parejas protagonistas, mostrando ciertas similitudes entre el payaso del crimen y Harley, y Bruce y Selina. No obstante, reconozco que Selina está un poco más de fondo, teniendo mucho más peso los dos villanos. Por otra parte, Marini juega un poco con el humor y la ironía, a veces con escenas que no están muy conseguidos como la del comisario Gordon vapeando, pero en otras sí que consigue cierto efecto, como la introducción del payaso suicida que no tiene mucha suerte. Un personaje que ofrece un poco de humor negro a su dramática personalidad.
Mientras leía la obra, tenía la sensación que Marini se estaba decantado por la acción desbordante, con increíbles escenas propias del celuloide. Sin embargo, realiza una trama elaborada en la que tenemos a un Joker muy bien representado, mostrando su faceta calculadora junto a su locura desmedida. Además, utiliza una narrativa con saltos en el tiempo, lo que ayuda a fomentar la intriga y el suspense sobre la identidad del padre de la niña, cuya resolución solo la tendremos en la última página, aunque algo antes ya se veía venir en cierto modo. A pesar de que es obvio que era una de las posibilidades posibles, ahí le ha faltado un poco de desarrollo al autor, aunque tengo la sensación de que era algo que tenía premeditado, para producir un final con cierto impacto. Quizá lo que menos me ha gustado es como se representa la relación entre Batman y Catwoman, sobre todo porque quedan eclipsados por el Joker y Harley. También parece que se juega a establecer unos mayores vínculos entre la identidad del murciélago y el multimillonario, con escenas en las que Bruce parece perder los nervios, y en los que alguien mínimamente observador podría sumar dos más dos. El tema de la identidad secreta del superhéroe quizá no es algo muy importante en la actualidad, o al menos es la sensación que me transmite este tema tal y como se trata en películas y otros medios, incluido el cómic, pero hay ciertos aspectos que creo que Marini ha descuidado un poco.
En líneas generales, debo admitir que me ha gustado bastante el trabajo de Marini. Gráficamente es una auténtica delicia, disfrutando cada viñeta y cada página, gracias al magnífico trabajo de este dibujante italiano, que me parece obvio que tiene un talento innato para la ilustración. Solo por eso, creo que ya merece la pena echarle un vistazo a esta obra, pero lo cierto es que además añade una trama elaborada, un tratamiento de los personajes bastante acertado y, en definitiva, una lectura amena y divertida. Quizá, como producto derivado de la BD se podría esperar algo de más calidad, incluso una mayor profundidad en ciertos aspectos, pero aun así creo que es un buen cómic que, por ejemplo, está por encima de la etapa de Tom King sin ir más lejos. Aunque eso tampoco es que sea muy dificil, pero bueno. La cuestión es que me parece un tebeo muy disfrutable para los amantes de Batman o de Marini, incluso de ambos. Eso sí, el punto noir y policíaco que dice querer imprimir el autor en el prólogo, yo no lo he visto por ningún sitio. Esto es más una historia con cierta base en los cuentos de hadas al estilo de Gotham. Y es que en la oscuras calles de la ciudad si una princesa tiene que ser rescatada, solo puede esperar un príncipe oscuro, porque el azul ya no está de moda.