Los Vengadores Vol. 3 (15ª Parte)Los Vengadores Vol. 3 Forum Nº 77 - 82.
Llegamos a la etapa escrita por Chuck Austen, la cual cuenta con dos arcos argumentales, que me voy a ventilar en un solo comentario. Al fin y al cabo, los malos tragos es mejor pasarlos lo antes posible. Voy a intentar, en la medida de lo posible, no incurrir en vulgaridades y expresiones soeces, por respeto a los menores y ese tipo de cosas, pero pido disculpas de antemano si se me acaba yendo la pinza, porque estamos ante la peor lectura que puede afrontar cualquier fan del grupo o de los tebeos en general. Tenemos un auténtico atropello, que bien merece la hoguera, algo que no pediría a cualquier producto culturar, por muy malo que fuese, pero es que esto no hay por donde cogerlo. ¡Qué desfachatez!
Chuck Austen es un dibujante que, por alguna razón que no acabo de comprender, acaba cogiendo con fuerza la máquina de escribir y se introduce en el mundo de los guionistas. No sé de quién fue la feliz idea, pero seguro que estaba borracho, porque a este hombre habría que ponerle una orden de alejamiento sobre cualquier procesador de textos. Y no lo digo como un eufemismo. Su etapa transcurre durante ocho números americanos, en las cuales desarrolla dos sagas. La primera de ellas, bajo el título “Corazón de León de Avalon”, traslada a los protagonistas a Inglaterra, donde tiene lugar el origen de un nuevo Capitán Britania, que termina uniéndose al grupo para cubrir la baja que ha dejado Sota de Corazones. El motivo del viaje viene motivado por la presencia de la Brigada de Demolición, que decide robar un banco en una ciudad europea. La acción vendrá acompañada de la magia y la mitología típica del escenario, recuperando algunos de los personajes más conocidos del lugar.
Sinceramente, hay tantas cosas desastrosas aquí que no sé ni por donde empezar. El primer punto destacable es que Pym recupera su uniforme de Hombre Gigante, sin demasiada explicación, cuando tras la marcha del autor retorna a Chaqueta Amarilla. Me gustaría saber que clase de droga alucinógena tomo Austen, o es que simplemente no se había leído los números anteriores. O quizá la culpa es de Oliver Coipel que, posiblemente, es lo único salvable de esta línea argumental que tiene lugar durante cinco números. Para seguir en esta fiesta psicotrópica, el autor decide que Janet obtenga los poderes del Hombre Gigante, pudiendo aumentar su tamaño, pero sin ningún tipo de control, metiéndose con la Brigada de Demolición a las bravas. Por cierto, Gonzalo Quesada los llama los Destructores. No sé si venía así en el original, pero este hombre ya llevaba su tiempo en esto, ¿no? Pero, bueno, lo importante es ver como vengadores curtidos actúan como auténticos novatos contra unos villanos que pueden ser idiotas, pero son bastante poderosos.
Pero a la hora de retratar a integrantes del equipo como si de auténticos desconocidos se tratasen, creo que el Capitán América se lleva la palma, protagonizando algunas escenas que son de vergüenza ajena, como la bronca a Ojo de Halcón y su comportamiento con alguien que le ha salvado la vida. Y ya no digamos con los hijos de la pobre mujer. Pero Clint tampoco se libra y es utilizado como una especie de bufón que mete la para constantemente, hasta el punto de iniciar una relación con Janet (si se le puede llamar así al calentón sexual), cuando esta y Hank están pasando por un momento de crisis, que se va acentuando cada vez más. En cierta forma, todo tiene cierta relación con lo que planteaba Johns, pero es que está tan mal desarrollado y revolviendo un tema que había quedado zanjado en la etapa de Busiek, lo que provoca que no solo sea cansino en sí mismo, sino que estigmatizan aún más al personaje y de forma gratuita. No hay intención de profundizar en nada, solo crear una situación propicia para que Janet caiga en los brazos de Clint para, a continuación, dar lugar a situaciones de tensión y malestar en el seno del grupo. Todo al más puro estilo de Sálvame o cualquier bazofia televisiva con la que nos bombardean en la actualidad.
Para rematar este cocktail de despropósitos, tenemos como telón de fondo una diatriba constante sobre el feminismo, la misoginia, el machismo y un montón de temas relacionados con los valores del género que se tratan de manera absurda y sin demasiado sentido. La conversación de Clint con Steve es poco menos que insostenible, teniendo en cuenta el tiempo que hace que se conocen. Otra forma más de retorcer las temáticas para introducirlas con calzador en un tratamiento erróneo de los personajes. Y es que todavía me estoy preguntando que hace Tony Stark con una mansión de los Vengadores de emergencia en Inglaterra, y por qué no se pone la armadura de Iron Man contra la Brigada de Demolición en lugar de estar en una actitud tan despreocupada y con labores administrativas.
Por último, destacar que Austen creo que confunde a los ingleses con los irlandeses, o ha leído demasiado a Ennis. Además de que tampoco representa demasiado bien las personalidades de la Brigada de Demolición, que no son unas lumbreras, pero tampoco son auténticos gilipollas, cuya aparición aquí es la peor de toda su historia, a pesar de que, sin ser personajes especialmente elaborados, sus entradas en escena suelen ser divertidas y aseguran una cuota de entretenimiento que aquí no se da en ningún momento. ¡Vaya desastre!
Lo realmente preocupante es que el tratamiento de los personajes no solo es uno de los factores más negativos, ya que el argumento avanza de manera atropellada y confusa, en una narrativa fallida en todos los aspectos imaginables. Los planteamientos no se sostienen y algunas situaciones se producen sin demasiada lógica ni discernimiento. El personaje que surge de esta historia podría ser interesante, quizá es el concepto que mejor sale parado, pero todo surge de una manera torpe y poco atractiva. Ni siquiera las dosis de dramatismo transmiten nada en absoluto, dando lugar a una nueva encarnación del Capitán Britania con la que es imposible empatizar. Sin embargo, la construcción del personaje y algunos elementos no están mal dispuestos, pero es que está todo tan mal narrado que lo único consigo es abrir la boca de aburrimiento.
La segunda saga tiene el esclarecedor título de “Invasor una vez…” Se rata de una saga que pretende crear un nexo de unión con algunos conceptos que trató Johns durante Zona Roja para dar salida a unos Invasores ligeramente diferentes a los conocidos colaboradores del Capitán América durante la Segunda Guerra Mundial, que fueron creados por Roy Thomas. A su vez, este arco argumental supondría el punto de partida a una nueva colección regular que se canceló en Estados Unidos antes de llegar al año de publicación; y no me extraña nada, porque se incluye el número cero de la misma y por poco no llego hasta el final. Eso sí, es una lectura perfecta para aquellos que padezcan de insomnio, porque caes rendido como una marmota.
La trama se centra en narrar como el nuevo grupo de los Invasores, liderados por John Walker y patrocinados por el gobierno, realiza una alianza con Namor para declarar la guerra a un país de Oriente Próximo, de modo que puedan quitar de en medio al tirano que lo gobierna. Una burda forma de expresar el conflicto de los americanos contra los árabes, en palabras del propio autor por el petróleo, con mucha menos calidad que lo que hizo Johns en Zona Roja, aludiendo al terrorismo que de alguna forma aterroriza al americano tras los sucesos del 11-S. Quizá el problema no sea la manera tan directa con la Austen suelta la crítica hacia su país, sino que viene acompañada del comportamiento algo fascista de unos personajes que defienden la libertad. También es cierto que el objetivo es presentar a un viejo conocido que es ahora un enemigo, enfrentando a ambos grupos, pero de nuevo se hace de manera torpe y muy burda. El dibujo de Scott Kolins tampoco ayuda, cuyo estilo no me termina de convencer para el tono que se pretende imprimir. Está mucho mejor que en la última saga que dibujó, pero es que el guión es tan pésimo, de una narrativa paupérrima y tan aburrido, que no se yo si el mismísimo John Buscema hubiese podido hacer algo para adecentar este desastre argumental. Y si ya hablamos del arranque de colección de los Invasores, damos gracias porque no la publicaran de complemento en los números siguiente, creo que quedó inédita, porque apunta maneras hacia un producto capaz de desencajarnos las mandíbulas por culpa de los bostezos.
En definitiva, estamos ante la peor etapa que he leído del grupo con mucha diferencia, a la altura de lo que podría surgir de un Kavanagh cualquiera o del nefasto final del Vol. 1. Una lectura que no le recomendaría ni a mi peor enemigo y que me deja un sabor amargo, después de los buenos momentos que me ha hecho pasar este volumen. Una auténtica pena que todo acabase así. Bueno, aún nos queda la saga de la polémica, con el que será mi último comentario de este “proyecto de lectura”.
Por cierto, en estas grapas tenemos en el correo de los lectores a un tal Bruno Orive, que mantiene una pequeña "discusión" con Raimón Fonseca sobre la dudosa calidad de los Nuevos Vengadores de Bendis. Además de que el encargado del correo le dice unas palabras proféticas: "¡Ya estás en Panini!".
También le confunde de ciudad, diciendo que es de Barcelona, en lugar de Oviedo, en alguna carta.
Finalizará...