Me declaro absolutamente fan de la Taneleer manía.
No solo por el excelente texto de introducción, de esos que te hacen sentir la taza de café entre los dedos, sino por el currazo que ha tenido que ser la traducción. El mamón del presi ahí, explotando de lo lindo el talento de los compañeros
Dicho esto, me ha parecido un texto sensacional, con multitud de datos, y una gozada poder leer desde dentro la visión de Thomas. Pero por desgracia, también tengo que añadir (no sería yo) que creo que Thomas no tiene ni puñetera idea.
Me explico:
Es obvio que estuvo metido en diferentes fregados y formó parte de muchos grandes momentos Marvel. Pero, en el grado de alusión al que Thomas se refiere aquí, es que
todos tenían que ver algo siempre. Incluso el hecho de meter la cuña con lo de Lobezno, me suena al portero del Bullpen, hablando de lo importante que fue que le abriera la puerta a Stan Lee ese día de 1961, porque si no fuera por él, allí seguiría The Man con cara de gilipollas intentando descifrar como funcionaba el pomo.
Quiero decir; claro que eres Roy Thomas. Claro que eres muy importante en la historia de Marvel, claro que tuviste mucho que ver con ciertas cosas, claro que eres un guionista de cierto talento con grandes aciertos.
Pero dicho esto; leer a Roy Thomas hablar de La Patrulla-X, no me parece distinto que oír hablar a Len Wein de Amazing Spiderman. Quiero decir: ¿Y? ¿Sugeriste, insinuaste, propusiste, medio hiciste, qué? ¿El nombre de un personaje? ¿La sombra de la semilla de una idea? ¿Escribir con el piloto automático los mejores números de una colección, cuyo mérito absoluto e indiscutible, está en los lápices e imaginación del artista que te acompañaba?
De nuevo: ¿Y?
Como digo, se me antoja demasiado secundario, demasiado irrelevante, asociar el nombre de Thomas a La Patrulla-X ni remotamente, por más que evidentemente estuviera allí. Pero ojo, también lo estaba Werner Roth. Y no creo que escriba introducciones para una serie en la que, aunque historia viva, es casi anecdótico.
Chris Claremont, Dave Cokrum, John Byrne, Stan Lee, Jack Kirby, Neal Adams, Len Wein, Louise Simonson, Ann Nocenti, Paul Smith...y entonces, a lo mejor, Roy Thomas.
A lo que me refiero es, a que se me ocurren tantos nombres que mentar antes que a Roy, tantos nombres que tuvieron una incidencia mucho más directa, muchas más participación, que creyeron mucho más en la serie, que aportaron mucho más, que hay tantos nombres en definitiva, que pensar en Roy Thomas con relación a X-Men me supone un esfuerzo extra de asociación.
No porque no estuviera, sino porque me ocurre igual con Len Wein o Jack Kirby en Spiderman (¿alguien se imagina al rey hablando de sus acercamientos al trepamuros como si pintaran algo?) o Chris Claremont en Vengadores.
Simplemente; son mundos distintos, que muchas veces no comprendieron bien, y con los que tuvieron mucha menos relación que los hombres que los hicieron verdaderamente grandes.
De nuevo, por favor, leed entrelineas, que no se trata de quitarle el mérito a Thomas, sino de hacer justicia con los muchos que van por delante de él para escribir un texto como este. A muchos creo que nunca se lo han pedido. Ni se lo pedirán ya.
En fin. No se puede estar en todas.
Estoy seguro (y he leído algunos de hecho) de que Roy Thomas tendrá grandes artículos y una gran afinidad con Los Vengadores o Conan, personajes a los que adoraba y a los que creo que llegó a comprender realmente bien, dejando su impronta en ellos.
Pero, no creo que sea el caso de La Patrulla-X ni remotamente.
Roy Thomas no tenía ni pajolera idea de lo que era La Patrulla-X.
Ni cuando escribió este artículo, ni cuando fue su guionista.
El infumable capítulo conmemorativo de este mes, sobre Shiro y Sean, deja muy a las claras que ni siquiera sus creaciones fueron nunca realmente suyas, ni entiende el potencial que guardan. Que sabía imitar, que sabía seguir con aquello, pero que nunca llegó a sentirlo, a hacerlo suyo.
Eh, es cuestión de afinidades.
No se puede estar en todas.
Y dicho esto, y acabado el café, un nuevo aplauso y ovación al maestro Taneleer, y me callo ya y dejo de dar el coñazo.