En estos días he estado un poco desconectado, pero he aprovechado el viaje de ida y vuelta a Madrid para leer algunas de mis lecturas digitales pendientes que paso a comentar:
Asgard integral.
Se trata, como su propio nombre indica, de un integral publicado por Norma que recoge los dos álbumes de la serie europea Asgard, escrita por Xavier Dorison, el autor de Long John Silver, y el dibujante Ralph Meyer. La historia gira en torno a Asgard, nacido bajo el estigma de la sociedad vikinga por la ausencia de una pierna, pero que su padre es incapaz de matar a la criatura, dejándola a su suerte. De ese modo, surge Pie de Hierro, un vigoroso vikingo que se convierte en cazador de monstruos. Con una peculiar tripulación inicia la búsqueda de una criatura legendaria que aterroriza varias localidades, y que muchos consideran un signo del Ragnarok, personificado en la mítica serpiente del mundo.
La historia no está mal del todo, ofreciendo un interesante perfil de la sociedad vikinga, cuyas tradiciones y creencias provocaban el rechazo de algunos de los suyos, así como las diferencias sociales que marcaba la esclavitud. Asgard es un relato de superación, pero también es una aventura que bebe mucho de películas del género como "El guerrero número 13" o "Beowulf", donde aguerridos guerreros vikingos se enfrentan a lo imposible, en una combinación de fantasía heroica y terror, pero en esta ocasión más centrada en la pura aventura y con cierta conexión con la realidad. El dibujo es francamente bueno, el planteamiento y desarrollo ofrece un lectura entretenida, y el tratamiento de los personajes es interesante. No obstante, creo que a la historia le falta algo. Tiene ciertas carencias en cuanto a originalidad, el algo predecible, y le falta un punto para ser una de esas obras tan interesantes que surgen en la BD de forma regular. A pesar de todo, cabe destacar la ambientación y la documentación de los autores, utilizando la cultura vikinga en muchos aspectos, incluido el lenguaje, de manera que se acerca a esta sociedad de bárbaros presentando muchas similitudes con la serie de televisión "Vikingos". Creo que quizá tanta cercanía con los cinematográfico y televisivo es lo que le resta originalidad, aunque desde luego es una historia muy entretenida. No puedo decir que no me haya gustado, porque mentiría, pero no ha sido una lectura plenamente satisfactoria como cabría esperar tanto por los autores implicados como por la temática elegida.
El Escultor, por el contrario, es una de las grandes lecturas del cómic americano más actual. Con un Scott Mcleod en plena forma, nos introducimos en la vida de David Smith, un escultor que toca fondo hasta le límite de ofrecer su vida a cambio de la habilidad de moldear con sus manos desnudas cualquier material, lo que él piensa que le puede convertir en un artista inmortal después de su muerte. Sin embargo, en mitad de esta odisea personal conocerá el amor de Meg, que dará un giro radical a su vida. Podríamos decir que es una historia dramática o una fantasía urbana, pero realmente es ante todo una historia tremendamente humana. Mcleod se centra en una serie de valores, centrando su atención en un escultor marcado por sus principios, los cuales no le dan para vivir, llegando a un punto de indigencia y alcoholismo. De ese modo, profundizamos en la diferencia que supone el arte como pasión y la mera transacción comercial obteniendo con ello éxito y dinero. El propio autor habla del precio del arte y el valor de la vida, en un trato con la mismísima muerte que sirve para entender hasta que punto el protagonista está obsesionado con ser un artista de renombre, aunque para ello no debe renunciar a una serie de promesas. Si ya la trama en sí misma no es lo suficientemente atrayente, tenemos una caracterización de los personajes fenomenal, de manera que es imposible no conectar con una artista soliviantado por sus problemas personales, pero que tiene una fe enorme en aquello que hace. Además, cuando entra en escena Meg tenemos una historia de amor tridimensional, que es capaz de traspasar las viñetas para llegarte a lo más hondo del corazón. Más de 400 páginas que se leen en un suspiro, ofreciendo una lectura tremendamente adictiva que nos llevan por el tortuoso camino del arte, la desesperación y el amor, hasta conquistarnos en un final tan dramático como evocador. Y es que un artista, gracias a su obra, tras su muerte, seguirá vivo. Magnífico tebeo, sin duda una de las mejores lecturas que yo haya leído este año. Imprescindible.
Void Iñigo (Vacío Añil) es una novela gráfica publicada por Marvel a mediados de los ochenta, escrita por Steve Gerber y dibujada por Val Mayerik. A mí personalmente no ha terminado de convencerme la propuesta de Gerber. No solo por ser una historia que continúa en una serie del mismo título que se publicó bajo el sello Epic, sino porque no termino de ver la dirección que quiere tomar. Comienza en un mundo bárbaro en el que dos enemigos mueren. Uno de ello se reencarna en un extraterrestre que llega al Tierra donde intenta integrarse, pero a su vez continúa con su ansia de venganza sobre su rival, que también parece haberse reencarnado. Gerber utiliza la historia como vehículo para introducir temas como la vida después de la muerte, la reencarnación uy la existencia de esa especie de vía lactea de otro plano de existencia que el Vacío Añil, pero no sé si es que yo no he prestado la suficiente atención, o es que tanta metáfora existencial ha acabado perdiéndose en otros aspectos muchos más mundanos y menos interesantes. Tampoco el dibujo de Val Mayerik me ha parecido estar a la altura habitual del artista, por lo que la sensación general es de una historia muy descafeinada, que no me ha transmitido gran cosa y con la que no he podido conectar. No se como continuará, ni si después Gerber mejora, pero tampoco puedo decir que me haya dejado muchas ganas de averiguarlo.
Para finalizar tenemos Tarzán tiras dominicales (15 de marzo de 1931-20 de septiembre de 1931).
La verdad es que he rematado mi tanda de lecturas con el peor material de todos. Estamos ante la etapa inicial, antes de la llegada de Foster, guionizada por R. W. Palmer y dibujada por Rex Maxon. Aunque tendría que confirmarlo, juraría que es la etapa inmediatamente anterior a Harold Foster, que destaca particularmente por un dibujo horrible. Quizá los guiones no están mal del todo, presentado un tono aventurero y con aire pulp muy propio de la creación de Burroghs, y que tiene cierta similitudes con el inicio de Foster en la tira. Tarzán se encuentra en la selva con los hermanos Trevor, a los que salva e intenta devolver con su padre. En mitad de todo esto se forja una amistad, se verán envueltos en diferentes aventuras con animales que les atacan o les ayudan, la presencia de pigmeos, piratas en busca de un tesoro o incluso cazadores furtivos. Una serie de elementos muy apropiados para las aventuras de Lord Greystoke, pero que viene acompañado de unas ilustraciones que dan vergüenza ajena. Es curioso ver como este nivel tan bajo se podía ver en esta serie, mientras otras tiras coetáneas eran auténticas joyas del cómic. A pesar de que el dibujo me parece una faceta importante de un cómic, no he llegado a sentir nunca tanto rechazo como cuando leía estas tiras, donde se puede ver uno de los peores dibujos que yo haya visto en un cómic. Desde luego, no me extraña que Burroghs quisiese echarlo de la tira, que no estaba haciendo justicia a su obra. Una curiosidad histórica no apta para estómagos sensibles.