Sobre los mejores comienzos de la literatura, suelen ser recurrentes:
El de Cien años de soledad:
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”
El de Lolita es una absoluta maravilla:
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.”
Los archiconocidos:
"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos"
"En un lugar de La Mancha"
Y no olvidéis nunca el de El Extranjero, de Camus:
"Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé."
Delibes:
Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así.
También podría citar algunos de Palahniuk, Bukowski, Kerouac, Carver y otros de la misma escuela.
Como habéis dicho, hay otra inmensidad en los Cortázar, Borges, Llosa, o incluso en Quiroga.
Personalmente, uno de mis favoritos es el de El túnel, de Sábato:
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
Bastante notables son también varios de Melville, Dostoyevski, Twain, Gogol... hay para elegir.
Cuando se dice que el comienzo de un libro es una de las partes más importantes del mismo, no se dice a la ligera.
Y en la gran literatura hay algunos que realmente te golpean en cuanto pasas la primera página.