Ostras, sí que le habéis dado caña al hilo
Sobre el debate que manteníais sobre Star Wars y sus elecciones, la verdad es que a los autores y creativos, por impopular que pueda ser (que lo es), nos la sopla a grandes rasgos eso del que dirán, la visibilidad, las cuotas, los grupos sociales y cualquier cosa-no-relacionada-con-la-ficción y que la historia sea buena por sí misma, vaya sobre una mujer transexual afroamericana pobre en el Himalaya, o sobre un patriarca rancio y homófobo de Kentucky. No es algo en lo que ningún escritor, guionista o creador piense al narrar o al crear, y el que lo haga, no es honesto. Y es así, porque no solo sería un limitante para la ficción, sino que algo similar a "me hace falta un personaje gay" suena bastante mezquino y ofensivo. El personaje será gay, negro, amarillo, blanco o hetero, mujer, u hombre, según lo necesite la propia ficción o lo que tú quieras contar.
En realidad, ocurre un poco como con la solidaridad; si lo haces pensando en la foto y en que todo el mundo te va a querer mucho, mejor no hagas nada. Hazlo sin pensar en qué dirán de ti, en privado y no en público si puede ser. En el momento en que piensas "qué solidario estoy siendo", ya la estás cagando. Se diluye la magia, el altruismo, el verdadero inconsciente de ayudar a alguien. Con esto ocurre igual. Si piensas "visibilidad" al crear, te estás equivocando. La creación de personajes que empoderen y visibilicen, debe salirte natural, y tratarlos como a cualquier otro personaje que crees. Y si creas una obra en la que todos son negros, pues genial. Y si todos son hombres, pues genial. Y si todos son mujeres, pues genial. Pero nunca mejor o peor, porque todo es lo mismo.
Malentendemos siempre la educación, la ética y la moralidad con el arte, y le pedimos a veces al arte que eduque, moralice y civilice, cuando lo que hay que ser, es considerado, integrador, inclusivo y cívico en público, en nuestro día a día, no en la butaca de un cine o ante las páginas de un libro. Eso del arte moralizador y el
exemplum, ya lo hizo la iglesia en la Edad Media, monopolizando toda la escasa ficción y narrativa que se producía. Y mejor no volver a eso.
Sobre la saga en sí, me gustan bastante Finn o Rey. ¿Es posible que Disney los incluya como cuota? Tristemente sí. Y es triste, porque deberían ser tal como son, negro y mujer, sin generar ningún tipo de debate o controversia, y sin tener que dudar del motivo (de nuevo; me estoy echando la foto con los niños pobres de Sierra Leona) de la productora. La verdad, me parece increíble que casi en 2018, una prota no pueda ser mujer y un co-protagonista negro y otro homosexual, sin que:
A) Genere controversia
B) Se creen por motivos equivocados (la ficción)
¿El problema?
Que en estos casos, como Star Wars, NO-EXISTE-EL-AUTOR. Star Wars no es una obra de ficción en este punto, más bien, como tantas otras cosas, un producto manufacturado creado por una gran empresa multinacional que monopoliza el entretenimiento como quien factura botellas, y para las que se contrata a creadores con una libertad prácticamente inexistente, a los que se dice "la fórmula es esta, quiero esto, esto, y esto, y mete esto, que está de moda, y quita esto, que genera inquietud". Y punto.
En este punto, si un autor solo debe preocuparse de la ficción, de crearla de forma honesta y sólida, de ser fiel a su arte, en el caso de las compañías os aseguro que lo que menos les importa nunca es visibilizar una mierda, y que todo lo que hagan será siempre un efecto colateral del único motivo que tienen; generar beneficios (bastante distinto del que pueda tener un autor, aunque hay excepciones).
En cualquier caso, si ni compañías (estudios, productoras) ni aficionados, dejan crear con libertad a los creadores (que son los únicos que crean; tanto aficionados como estudios no crean un carajo, cumplen la misma función; aportar pasta y pintan cero en la obra, la apoyen o no), las únicas que saldrán perdiendo a la larga, serán las historias.