Decir que yo no soy de mutantes es decir bastante poco.
Me gustan determinados mutantes héroes y villanos, me gustan algunas de sus aventuras y poco más. La idea de que se identifiquen con un pueblo o los mensajes "no has querido pasarme la sal, eso es porque soy mutante y me estás atacando" y "su hijo se ha levantado escupiendo fuego, somos unos desconocidos paramilitares que nos lo llevaremos para entrenarlo y luego enterrarlo"....etc, no me llaman para nada. Es más, si queréis oír un sacrilegio he tenido varias veces los Omnigolds de la Patrulla en las manos a punto de pasar por caja, pero los he vuelto a dejar en la estantería de la tienda.
Pero al leer este coleccionable o a este autor, me está transmitiendo muchas facetas particulares que otras colecciones han pasado de largo. El peligro de nacer mutantes, la indefensión frente a la sociedad, el santuario de la Patrulla-X, villanos que no piensan solo en su risa maligna, personajes que no sabes aún de que lado están y ciertos mensajes grises que dan pie a que tanto las historias como los personajes salgan de las viñetas y se coloquen en el mundo real. Quizá no haya dado con mi versión definitiva de los X-men, pero sí con los Nuevos X-men.