Sigo avanzando con el mundillo de Fables.
Han habido muchos números en los que no aparecía el Lobo. Así que de puta madre.
No sé si por este motivo o no, pero he disfrutado más estos tebeos. Le concedo a la serie un mérito grande al llevar para adelante tantas tramas y de momento no dejarse cabos sueltos. Al final creo que ese es el gran atractivo de la serie, que está tejiendo un enorme tapiz con las alegrías y las miserias de unos personajes que a mí, lamentablemente, no me están enganchando demasiado.
Fables la llevo después del camino heroico de príncipe sapo. Y agradezco mucho que este personaje, uno de su perfil, acaparara el protagonismo por un tiempo. Curiosamente leo en la introducciones que es más idea del dibujante que del guionista, que parece divertirse más con gente como el puñetero Humphrey Lobo. Por si no me cayera lo bastante mal el noir este de las narices, el cometario que hace sobre Israel (cojonudo el momento en el que he ido a leer ese tebeo) ya me llevó a unos niveles de sulfuración de casi tirarle el tebeo a la cabeza al primero que pasase bajo mi ventana.
Una cosa que tampoco me gusta, o que me escama, es la perspectiva tan occidentalizante, americanizante más bien, que tiene el autor a la hora de abordar personajes e historias que tienen de yanquis lo que yo de astronauta. Y que de este y el otro se asuma que tienen el inglés como lengua materna, cuando deberían hablar alemán o francés, lo que más me chirría es el tópico del samurai blanco, el indio blanco, el beréber blanco, etc, etc. Lo de Blancanieves suplantando a Sherezade ha sido una puñalada a mi coranzoncito lector. Eso sí, que escriba los personajes como le dé la gana, que para eso es su obra. No voy a pecar yo de mojigato censor. Yo de hecho, voy a seguir leyendo.
Por otro lado, también le estoy dando a la serie de Jack cuando le toca. Aquí también me ha decepcionado un poco el personaje. En Fables me parecía que podría tratarse de un gilipollas al que le acabas cogiendo cariño estilo Guy Gardner. Pero lo que empezó como una serie con un enfoque humorístico más salvaje, está derivando en una road movie protagonizada por el personaje más odioso de la historia, después del Lobo, claro. De momento, el estilo desenfadado, cafre y casi frenético sí que me gusta. A ver qué tal sigue.
Ya me pasaré a comentar cuando avance un poco más.