La caja del malLa historia más larga del grupo de esta semana es también la que más y mejor desarrolla el universo propio de Hellboy (frente a las anteriores que, principalmente, narraban sucesos anecdóticos y sin mayor relevancia en la vida del demonio rojo).
¿Qué nos cuenta esta aventura?
Hellboy y Abe investigan el robo de una caja metálica y unas tenazas en una casa. El ladrón se valió de "la mano de la gloria" para perpetrar el robo: la mano de un ahorcado secada y untada en cera que, a modo de candelabro de llameantes dedos y reconvertida en amuleto, puede abrir puertas e inmovilizar a todos los moradores de una casa. El agujero donde estaban los objetos robados tenía anteriormente un retrato de San Dunstan. Más tarde, descubrimos que este santo encerró a un demonio con ayuda de las tenazas en esa caja metálica. El ladrón es el señor Bromhead, quien ofrece a un matrimonio de condes los objetos robados. Cuando la condesa abre la caja, una mosca emerge de ella y se cuela en su boca, provocando una posesión por parte del demonio que había encerrado (un demonio inferior del infierno, pero demonio al fin y al cabo). Lo primero que hace es convertir en simio a su marido (qué obsesión tiene Mignola con los monos, ¿no?) y, aunque también intenta jugársela a Bromhead, éste tiene un amuleto de Dunstan que le protege. De hecho, el hombrecillo somete al demonio al llamarlo por su verdadero nombre: Ualac (la idea de demonios de identidad ignota que pueden ser subyugados al descubrirse su verdadero nombre lo hemos visto en muchas leyendas y también en obras como Hellblazer).
Bromhead pide al demonio riqueza y poder, y éste le contesta que la riqueza ya la tiene, pues hay un tesoro oculto tras las paredes del sótano de la casa en la que se encuentran. Respecto al poder, Ualac le habla de "la gran bestia portadora del apocalipsis", que está viva en el mundo y "ha renegado de su destino, pero no de su corona, que es invisible para él y para todos los hombres, pero la sigue llevando... y tiene el poder de desatar y controlar los más grandes poderes destructivos de la naturaleza". Ualac se está refiriendo, naturalmente, a Anung Un Rama, más conocido como Hellboy.
Cuando Abe y Hellboy llegan a la casa siniestra ("que se parece a la de La caída de la Casa Usher", según se refieren a ella en un bonito homenaje a Poe), el Conde (ahora convertido en simio con pistola) dispara a Abe y lo encierra en el sótano. Mientras, Bromhead doblega la voluntad de Hellboy al llamarlo por su nombre secreto y pronunciar unos conjuros arcanos, y se refiere a Ualac como "tu propio primo que te traicionó". A Hellboy vuelven a brotarle los cuernos y, repentinamente, aparece una corona dorada sobre su cabeza, que Ualac le roba inmediatamente, adquiriendo con ello un poder inmenso. Aunque la tentación inicial de Bromhead es matar a Hellboy a palos, el recién empoderado Ualac le para los pies: necesitan arrancarle la mano derecha mientras Hellboy aún esté vivo, pues, de lo contrario, su sangre podría envenenarlos. Bromhead pregunta para qué quieren la mano, y Ualac contesta que "es algo grande y antiguo... significa el acceso al poder que tanto deseas...", en referencia a desatar y controlar al dragón (Ogdru Jahad), a insuflar vida a los soldados muertos del infierno y a enviar a ese ejército en guerra contra el cielo. Así se nos descubre, pues, el inmenso poder latente que posee Hellboy gracias a su mano derecha (aunque tal vez no sea consciente de ello).
Mientras Ualac convierte las tenazas de Dunstan en una espada, un Hellboy apalizado entre en contacto sobrenatural con el trasgo de la pipa al que conocimos en el relato
El cadáver, que vuelve a estar acompañado de dos figuras misteriosas. El trasgo le pregunta cómo se llama, y Hellboy le contesta: Anung Un Rama... a lo que el trasgo le responde que ese nombre describe al destructor del mundo que lleva sobre la cabeza una corona de fuego; por tanto, al no llevar ya la corona, ese nombre deja de ser efectivo para él... Y Bromhead, como consecuencia, no puede doblegarlo como lo estaba haciendo. Los dos demonios comienzan a pelear, y Hellboy rompe en pedazos la espada/tenazas de Ualac. Tras unos cuantos mamporros, Hellboy se arranca sus recién crecidos cuernos (una vez más) y se los clava a su enemigo, que le había acusado de "haberse vuelto casi humano". Antes de morir, Ualac pide ayuda a Astaroth, y el demonio consigue huir del cuerpo asesinado en forma de mosca. Aunque Hellboy logra atrapar a la mosca, Astaroth la reclama ("¡Pobre Ualac! ¡Otro milenio encarcelado!", sentencia) y Hellboy le da a su demonio menor. A cambio, Astaroth le ofrece la corona de vuelta... a lo que Hellboy contesta: ¡Estoy harto de esas tonterías de la bestia del apocalipsis! ¡Yo no soy esa bestia, no lo quiero ser, ni nunca lo seré!". Astaroth, que no se da por vencido, le dice que se la guardará en el infierno, y que en el Pandemonium tiene un asiento reservado.
Mientras tanto, Abe logró escapar del simio, quien en un descuido cayó por un agujero en la pared del sótano y aterrizó sobre el tesoro oculto de la casa (aunque, dado que la caída fue mortal, se convirtió tristemente en un cadáver millonario). Por su parte, Bromhead, tras un forcejeo con Abe, pide ayuda a Astaroth para que lo proteja... y este, que se cobra muy caro los favores (tal como le advirtió Ualac), convierte en muro la puerta de madera de la habitación en que se encuentra, emparedándolo en vida, y como colofón (puesto que a Bromhead se la ha roto el amuleto de Dunstan que le protegía) convierte la mitad inferior de su cuerpo en un lagarto gigante. Cómo se las gasta Astaroth con sus súbditos...
Un
epílogo (realizado un tiempo después de la aventura principal) nos relata una conversación entre Kate Corrigan y Hellboy, en la que éste confiesa que durante mucho tiempo ha evitado investigar sobre su propio origen. "Me limito a hacer mi trabajo, que por lo general consiste en hacer morder el polvo a criaturas que se me parecen mucho". Tras el incidente con Bromhead, Hellboy se pregunta si debe seguir "con la cabeza metida en un agujero" o si lo más sensato es sacarla y afrontar su papel en este mundo. Corrigan lo anima a seguir haciéndose preguntas, porque cree que a la larga será bueno para él hallar respuestas sobre su verdadera identidad. Hellboy se muestra sorprendido, aunque ahora no quiere hablar de ello. Saca el viejo papel que le dio el cura Adrian Frost en
La mano derecha del destino (que rezaba en antiguo lemurio: "Cuidado con la mano derecha del destino") y lo tira al viento, mientras una suerte de águila negra lo coge al vuelo.
Una aventura muy interesante, que nos abre la puerta a futuras indagaciones sobre la identidad de Hellboy, así como a ciertas revelaciones sobre el poder de su mano derecha. Quitando algún elemento desconcertante (me sigue sacando de la historia ver un mono con pistola, qué le vamos a hacer), me ha gustado la forma en que Mignola teje esta historia, con momentos de intriga muy logrados (el comienzo, con el robo de la caja y la mano de la gloria, consiguió atrapar totalmente mi atención), otros de mucha mala baba (la forma en que Astaroth se venga de Bromhead) y, como no puede ser de otra forma tratándose de un cómic de Hellboy, unos cuantos mamporros de rigor.
Anung un Rama. Tendremos que aprendemos este nombre, o al renunciar a la corona, podemos olvidarnos ya de él? Supongo que todo dependerá de si más adelante volvemos a ver la corona en la cabeza de Hellboy o no.
Me da a mí que la corona aún dará mucho que hablar. Se la está guardando celosamente Astaroth en el infierno, y sabemos que Hellboy irá al infierno más pronto que tarde...
(pura especulación, ojo; no tengo ni idea de qué nos deparará el futuro)
¿Qué pasó en 1969?
Me ha resultado interesante este hombrecito de bigote prácticamente inapreciable, Igor Bromhead. ? Sabemos de sus pasados encuentros con AIDP o volveremos a saber de él?
A ver si se pasa por aquí Kaulso y nos cuenta. Yo no recuerdo haber visto a Bromhead antes, pero éste habla con Hellboy como si se conocieran de antes (le dice a Hellboy: ¿Me recuerdas? ¿Al cabo de tantos años? Qué emoción, estoy a punto de llorar...).
¿Conócenos ya los nombres de los seres que aparecen en el árbol cuando están a punto de cortarme las manos la Hellboy? Uno era el rey duende de "The corpse", el goblin de la pipa no recuerdo quién es, pero Hellboy reconoce su voz, y el/la tercero/a creo que es una incógnita todavía.
No sé si lo hemos comentado anteriormente, porque, además de en El cadáver, aparecían en otra historia. Creo que, de las tres figuras que se aparecen a Hellboy junto al árbol, uno se llama Dagda y otro es Edward Grey. Pero esos nombres no aparecen en el relato (al menos, no en éste). Sospecho que aún tendrán un papel relevante en futuras aventuras.
Un tópico de los tratos con el demonio es que este concede los deseos que le pides, pero no de la manera que tu quieres, y aquí se plasma en los 3 deseos formulado. La condesa desea que el demonio se le aparezca en una forma no muy aterradora, pensando en un atractivo caballero de mediana edad, y se le aparece en forma de mosca. Su marido pidió poder bañarse en oro cual tío Gilito, con corona y todo, y así lo encontramos en la última viñeta, aunque seguro que no esperaba tener forma de mono ni estar muerto cuando formuló su deseo. Igor Bromhead pide que le proteja de Abe, y acaba en una habitación tapiada y convertido en medio reptil, pero a salvo de mr. Sapient.
Muy buenas observaciones. Cuando vi la viñeta final del simio descansando en la pila de oro, no recordaba que era justo lo que había pedido cuando aún tenía su aspecto mortal
La caja del mal: Me gusta que ahondemos un poco más en el trasfondo de Hellboy. No ha estado mal la historia. ¿Se supone que hemos visto al del bigotito anteriormente? No lo recuerdo.
Me alegra que te pases por aquí, aunque sea para hacer un mini repaso de cada aventura
A la pregunta, que te conteste Mr. K