He leído
grito Nocturno de Borja González
Es la noche teñida de azules, de niñas perdidas obstinadas en no olvidar, de un demonio otaku y de un cucurucho aplastado en el suelo sangrando su granizado de fresa.
Es la poesía en cada página, el estruendo de la belleza en cada viñeta, el grito en la noche que nadie escucha y el horror cotidiano oculto bajo el hechizo de un cosplay de bruja.
Es un monopatín que aterra como lo haría un pañuelo incapaz de enjuagar el dolor. Es misterio, es magia, es delicia y es un fantasma que llora.
Y un final tan esperanzador; tan arrebatador por lo inesperado como sutil a la hora de narrarlo.