He leído
All Star-Superman de Grant Morrison y Frank Quitely.
Me ha dejado maravillado esta obra de mil millones de capas, de las que solo he alcanzado a entender la mitad más o menos. Tenemos al Morrison espeso y denso, y por tanto me he sentido como un bizarro intentando desentrañar la trama
Sin embargo, aun sabiendo que no estás pillando todo, en la lectura resplandece con mucha claridad la quintaesencia de Superman, un personaje al que dan ganas de darle un abrazo en varios pasajes de la obra, tal vez en numerosos como para mencionarlos pormenorizadamente.
All Star Superman es una especie de contradicción, porque es un verso suelto de Superman que al mismo tiempo rinde homenaje al pasado comiquero del Hombre de Acero. Algunas invenciones conviven con guiños al legado del personaje. Dada mi ignorancia en muchas de las historias de Superman, me ha costado identificar dónde empieza lo que se saca de la manga Morrison y donde se rinde el homenaje.
En esta ocasión, y dejando de lado ahora todo el "lore" de Superman, me ha parecido que el cemento de la trama de Morrison mezcla dos cosas: cierta espiritualidad y la física. Como aficionado que soy a la física (en un nivel de un tío de letras, sin exagerar
) y habiendo leído bastante sobre Einstein, Max Planck o Schrödinger, esta vez Morrison no me ha pillado en la segunda faceta y he sido capaz de identificar algunos guiños a la mecánica cuántica. Ninguna proeza, solo que me llego a preguntar cuántas cosas me habré perdido a la hora de interpretar los cómics de Morrison porque no dominaba alguna de sus movidas
Tendría que venir un físico a realizar algunos cálculos sobre la gravedad y la curvatura del espacio para dar cuenta de algún que otro cacho de trama, pero en general me ha parecido bastante divertido, como cuando tienes esa autosatisfacción tan tonta al saber que comprendes algo relativamente complejo.
La cosa, y esto es lo curioso, es que nada de eso importa tanto cuando te das cuenta de que estás leyendo un cómic tremendamente bonito del mejor superhéroe de la Historia, y que eso es lo principal y todo lo demás son efectos especiales. Es para disfrutar de principio a fin de este cacho de pan que es Supes, sin que por ello tenga que ser tonto, por supuesto. Es, en cualquier caso, un tebeo como muchos otros de Morrison, es decir, de los que invita a la relectura constante.
Sobre el arte, recalcar el enorme placer que supone ver a Quitely en exclusiva en un tebeo de Morrison. Lo de los X-Men fue un triste coitus interruptus, y aquí es sencillamente un gustazo ver a Quitely de principio a fin.
Finalmente, y en favor de esta edición, decir que esta vez el Pocket recoge todas las portadas y además unos cuantos extras en los que Morrison explica la galería de personajes que ha utilizado. La caracterización de Luthor y la dualidad que presenta con el propio Superman es lo que más me ha molado de su visión.
En fin, me la tengo que envainar reconociéndolo, pero, de todos los Pockets que llevo leídos hasta ahora, este es probablemente el único que me pillaría en una edición ultralujosa. Creo que porque algunas relecturas de Frank Miller ya venían muy resobadas y esto ha sido el descubrimiento de un cómic enorme.
Y todo por 10 euros. Gracias ECC