Langosta. A ver...
Las virtudes cinematográficas son innegables, el griego es un privilegiado. Sus conceptos son rompedores, las propuestas salvajes, visual y narrativamente, en cuestiones de ritmo, atmósfera y capacidad de construir la tensión, es un maestro.
Pero para mí se pasa de idas de olla
Eso y las manías (las escenas sexuales incómodas, que se realizan de forma mecánica, sea una gayola en un coche o un perreo con la asistenta, las normas sociales decididamente estúpidas y exageradas hasta la hipérbole que siempre forman sus universos, una tendencia evidente hacia el tremendismo injustificado) hacen que su cine resulte a ratos profundamente irritante. En este ayudaría también que se prolongara la parte del hotel, porque la del bosque es decididamente menos interesante. Lo mejor de todo, para mí, la mezquindad de los personajes y esa capacidad para mentir solo para decir lo que creen que el otro quiere escuchar.
Es la leche, especialmente con el personaje de la psicópata.
Con esta ya he visto todas las comerciales, Langosta, el ciervo y La favorita. Todas merecen mucho la pena por la suma de momentos y escenas geniales, y me alegra haberlas visto, aunque ninguna me enamora (quizás la que más La favorita, por el reparto femenino de lujo, y porque es la menos excesiva).
Pues eso, para incondicionales. Abstenerse espectadores del tipo "A Lynch se le va la pinza, vaya timo", por poner un ejemplo.
A ver si me pongo con Canino y Alps.