Día 245: Captain America Annual vol. 1 #4. 24 de mayo de 1977
Vamos con un extraño episodio, que nos trae de vuelta al Rey, Jack Kirby, El Capitán América se las verá con Magneto y su nueva y bizarra Hermandad.
Banda sonora: Hemos vuelto a 1977: Pink Floyd dedicó su álbum de ese año a algunos animales, parecidos a los que componen la nueva Hermandad de Magneto. Escuchemos "Pigs":
https://www.youtube.com/watch?v=gOqblSqx_VI
Créditos: Jack Kirby (guion, dibujo); John Verpoorten, John Tartaglione (entintado); Jim Novak (rotulación); George Roussos (color).
Portada de Jack Kirby.
Curiosa esta aventura autoconclusiva de Kirby, que nos devuelve a un estilo muy retro, pero que se disfruta igual pese a su simpleza. El comienzo no puede ser más revelador: alguien ha puesto un anuncio en el periódico para que se hagan cargo de unos mutantes necesitados.
Las dos personas que acuden son, del lado del bien, el Capitán América y, del lado del mal, Magneto. Nadie, ni Xavier, ni el FBI ni la CIA, ni SHIELD, han leído el inocente anuncio, hecho por un camionero que se encontró a dos mutantes -Mr. Uno y Mr. Dos- haciendo dedo en la ruta. El Capi y Magnus dejan su enfrentamiento momentáneamente para conocer a uno de los mutantes: Mr. Uno, un ser tan diminuto que sobrevive dentro de la esfera del reloj del Señor Keegan, el transportista que halló a los mutantes. Cuando ve al pequeño hombre, Magneto quiere apresarlo.
Es perfecto para sus planes -sean cuales sean esos, que de momento, no se dicen-. Pero Magneto no ha tenido en cuenta a Mr. Dos, un gigantesco tipo con aspecto de gárgola quien, al creer que Magneto va a dañar a Mr. Uno, le ataca por la retaguardia, destrozando su casco con sus poderosas extremidades.
Magneto es lanzado por la ventana y, herido en su orgullo, jura volver a tomar la revancha y hacerse con el pequeño mutante. Me encanta que aparezca la Magnonave
. El Capi, por su parte, decide ayudar llevando a los dos mutantes a SHIELD. Es curioso, pero no contacta en ningún momento con Xavier, algo de lo que más adelante se arrepentirá.
Una semana después, Steve Rogers visita al Dr. Halsey de SHIELD para ver los progresos de Mr. Uno y Mr. Dos. Halsey le cuenta que ambos tienen una extraña relación simbiótica. Mientras Mr. Uno piensa, Mr. Dos actúa cumpliendo lo que el primero pide. Es por eso que Uno no se mueve, pese a que sus extremidades son funcionales y no está afectado por ninguna discapacidad.
Mediante un artilugio de SHIELD, Mr. Uno puede transmitir sus pensamientos en pantalla. Y estos son que no quiere estar encerrado y necesita salir. Estos pensamientos se ven reflejados en el actuar de Mr. Dos, que aporrea la puerta de su celda para escapar, tras haber dejado hecho un Cristo su estancia.
Mr. Dos rompe la puerta de su celda y escapa. El encierro le pone agresivo cuando confronta a Rogers, pero Halsey le deja inconsciente con una descarga. Rogers concluye que lo que necesitan ambos mutantes es salir al aire libre y no ser enjaulados como animales.
Después, aprendemos por qué Magneto quería a Mr. Uno a su servicio. No me preguntéis cómo, pero Erik se ha hecho con un pequeño platillo volante. Sin embargo, está frustrado porque no puede abrirlo y desentrañar sus secretos. Para eso, el talento de Mr. Uno y, más en concreto, su pequeño tamaño, le vendría de perlas.
Magneto es interrumpido por Mirón, un mutante de ojos descomunales que conforma su nueva Hermandad, más paria todavía que la original. Mirón le informa de que ha visto al Capitán América entrar en un edificio de SHIELD así que seguramente tendrán allí a Mr. Uno.
Y es con esta ocasión que se nos presenta la Nueva Hermandad de Mutantes Diabólicos, formada por Mirón y, de izquierda a derecha: Compresor, Conmocionador, Elevador y Calcinador. Los cuatro últimos realizarán una distracción para entretener al Capi cuando está con Mr. Dos.
Mientras, Magneto se llevará a Mr. Uno de SHILED. La verdad es que el equipo se coordina bien. Mientras estaban haciendo una sesión de carrera silvestre, Mr. Dos se detiene para observar a un pájaro, en una escena muy Frankenstein. Pero pronto son emboscados por los malos.
Calcinador atrapa a la pareja en una anillo de fuego. Aunque escapan, Compresor enrolla al Capi cono su reptiliano cuerpo y Elevador lanza una roca contra Mr. Dos. Aunque este ataque es infructuoso, Conmocionador dejará tieso al coloso con una descarga, ayudando a Elevador allí donde la fuerza bruta no puede hacer su trabajo.
A punto de rematar a los caídos, los mutantes huyen al ser alertados de la presencia de SHIELD. De todas formas, su objetivo está cumplido y Magneto pudo secuestrar a Mr. Uno de las instalaciones del Gobierno.
Mr. Dos queda en posición sentada, pero sin señales vitales. Algo extraño. Ni vivo ni muerto. El Capitán América comprende por ello que en realidad no se trata de dos seres, sino de uno solo, que se distribuye entre dos cuerpos. En estos momentos, Mr. Dos ha dejado el edificio.
Magneto, que nada de esto sabe, está intentando que Mr. Uno entre en el platillo volante, para que le cuente qué hay dentro y dominar el poder que tenga el artilugio alien. Como quiera que Mr. Uno no se mueve, Magento le acerca una vela para amenazarle con quemarlo. Qué malo es.
Mr. Uno aprovecha que Magneto ha sido interrumpido por su Hermandad para, concentrándose, transportarse al cuerpo de Mr. Dos y que este le libere, con ayuda del Capi. Al ser uno y dúo, Mr. Dos sabe dónde Magneto retiene a Mr. Uno, de forma que puede guiar al Capi hacia su objetivo.
Sin embargo, Mr. Dos y el Capitán son detectados por la penetrante vista de Mirón a gran distancia. Así que Mirón avisa a los Mutantes Diabólicos de que tienen visita. Magneto deja a su Hermandad la respuesta a los intrusos para concentrarse en Mr. Uno.
Pero incluso sin la colaboración de Mr. Uno, Magneto ha descubierto, de casualidad, que, acercando al diminuto ser a un orificio del platillo volante, este se ensancha para dejar paso a Mr. Uno, tal vez confundido con un alien. Así que al final logra introducirlo en el platillo. No sé de dónde viene esta extraña obsesión de Erik por los ovnis, pero bueno, ahí queda el tema.
Mientras, la lucha arrecia y Mr. Dos y el Capitán América demuestran hacer buen team-up. Sin embargo, Mr. Dos acaba falleciendo tras un ataque de Calcinador, al cerrar sus poros para protegerse del fuego. Esto hace que se haya asfixiado "internamente".
Y estando en estas reflexiones, el Capitán América es sorprendido por una nueva faceta del poder de Mirón: el de lanzar rayos. El Capi bloquea por un pelo la descarga de energía y se deshace de Mirón lanzándolo hacia el sótano por una escotilla.
Ahora el Capi tiene vía libre para enfrentarse a Magneto, quien está sumido en sus experimentos con Mr. Uno y el platillo. Pero Rogers no puede ser rival para Magneto cuando tiene un escudo de metal. Erik lo hace girar en el aire y el Capi cae exhausto.
Magneto se pavonea exhibiendo su poder antes de acabar con el Capitán América, clavando unos cuchillos cerca de su cuerpo. Este error demuestra ser fatal. El Capi se revuelve, lanzando a Erik por los aires de una patada. Pero ¡ay! el resto de la Hermandad se acerca.
Pero mientras, no está ocioso Mr. Uno. Sabe que le quedan pocos momentos de vida. Al haber muerto Mr. Dos, la mente del ser volvió a Mr. Uno, pero sin los dos cuerpos vivos, el otro tampoco puede sobrevivir. Aprovecha sus últimos segundos para accionar la autodestrucción del platillo volante.
¿Qué artilugio no tiene una palanca, un botón rojo o similar, para saltar por los aires? Pues casi por ciencia infusa, Mr. Uno baja la palanca, provocando una enorme explosión. magneto se las pira por una de sus muchas escotillas de emergencia. El Capi a duras penas escapa.
Y es así como acaba la historia. ¿De dónde salió el platillo? No importa. Lo único relevante, querido lector, es que Magneto no está muerto y volverá a hacer de las suyas, el muy malandrín. Con esta certeza en mente, el Capitán se aleja, cabizbajo, por la muerte del mutante.
Un tebeo desde luego peculiar, como en medio de la nada, que es en buena medida un anacronismo. ¿Qué habría pasado si Jack Kirby hubiera seguido escribiendo y dibujando mutantes? Aquí tenemos una pequeña muestra: la del vil Magneto y sus monstruos de feria. Por otra parte, debo decir que me encanta el dibujo de Kirby. Es un soplo de aire fresco, paradójicamente, porque él es el rey por derecho propio de una etapa clásica que arranca en los 60. Es solo que le echaba de menos. La historia, eso sí, flojita y anecdótica.