Pedazo de relectura, enganchado como la primera vez o más.
En la web:
Queen & Country y Queen & Country: Confidencial, de Greg RuckaQueen & Country y Queen & Country: Confidencial, de Greg Rucka
“No es de la bala que lleva tu nombre escrito de la que tienes que preocuparte… sino de todas las demás… dirigidas ‘A quien concierna’.”
Queen & Country es una serie de 32 números (
Queen & Country #1-32) publicada por
Oni Press entre marzo de 2001 y agosto de 2007. Su creador y guionista es
Greg Rucka, que contó con un equipo creativo distinto para cada uno de los 8 arcos en los que se dividió la trama.
Lejos del
glamour, los
gadgets imaginativos y la acción explosiva e inverosímil vendidos durante décadas por la industria cinemátográfica,
Greg Rucka dio un paso al frente para mostrarnos la realidad del espionaje. Para hacerlo, eligió a
Tara Chace y al equipo del SIS británico, también conocido como MI6.
Y la primera cosa que aprendemos en esta lección magistral, es el precio de cada disparo. No es tan sencillo como entrar en la guarida del malvado villano, sacar una automática y liarte a tiros. Ni mucho menos. Apretar el gatillo cuesta una operación planificada hasta la extenuación, la necesidad de intereses políticos o un objetivo valioso. Y normalmente, después le toca al ejecutor salir corriendo y abandonar un país que está detrás suya, y en el que desde luego, no recibirá un juicio justo, ni ayuda de su agencia. Y la cosa no queda ahí, si logras llegar a casa, seguramente no te apetezca ir a hoteles de lujo, en un coche deportivo ni con una pareja despampanante, de hecho, tampoco te puedes permitir ninguna de esas cosas, y sólo tendrás la enorme carga de haber matado a alguien a sangre fría, en algunas ocasiones sin ni siquiera saber si lo merecía, sólo porque a alguien le interesa muerto, pero eso es lo que significa ser monitor del servicio de inteligencia de su majestad. Riesgo totalmente real. Riesgo con consecuencias. Riesgo.
Por supuesto, otras veces no tienes la suerte de que ese disparo esté planificado, y tienes que matar por tu vida, y verte otra vez en la misma situación, pero esta vez sin esperarlo. O puede que ni siquiera tengas la oportunidad de disparar y tengas que permanecer en un piso franco con la letal incertidumbre de cuándo descubrirán tu localización y se encargarán de ti. Las decisiones que tienen que tomar los monitores no son ni mucho menos algo que nadie pueda envidiar, pero lo que más miedo da, es que lo peor no está en la acción sobre el terreno, en plena misión, sino al volver a casa, en el tiempo entre misión y misión, donde puedes reflexionar y estás solo para hacerlo, solo o acompañado de conductas autodestructivas que seguramente incluyan el alcoholismo. Además, tus seres queridos (si es que tienes), no sabrán a qué te dedicas, y si mueres en una misión, seguramente el gobierno les cuente una mentira.
El lector tardará muy poco en darse cuenta de que las cosas distan mucho de ser bonitas o románticas, y que la “acción” es sólo una parte ridícula de todo un proceso enorme, donde lo que más peso tiene es la política. Toneladas de papeleo, y en contadas ocasiones operaciones de campo. Organizaciones, pirámides de poder, burocracia, obstáculos legales (pocas veces morales) y secretos; muchos secretos, no sólo entre gobiernos, sino también dentro de un mismo gobierno, e incluso dentro de una misma agencia, secretos detrás de secretos y detrás de todo eso, intereses. Todo esto obligará en muchas ocasiones al imponente director de operaciones,
Paul Crocker a tomar decisiones arriesgadas, saltarse eslabones de la cadena, órdenes e incluso la legalidad. Pero sin hombres como
Paul Crocker, no habría servicios de inteligencia, o al menos, éstos no serían efectivos.
¿Y después de todo esto, quién está tan desquiciado como para ser monitor?, bueno, eso tendrá que averiguarlo el lector a través de los tres monitores;
Tom Wallace,
Tara Chace y
Edward Kittering, aunque seguramente, no obtenga ninguna respuesta de ellos, simplemente actitudes muy distintas, y será el propio lector el que tendrá que conformarse con su propia respuesta. Pero aunque no tengamos la respuesta, sí que conoceremos perfectamente, no sólo a los monitores, sino a todos los personajes de la serie, todos tan distintos y tridimensionales que parecen personas de verdad, con sus miedos, sus inquietudes, sus carácteres… no sobra ni uno de ellos, todos tienen su momento y desde luego nos encariñaremos de muchos y algún otro irá por momentos, o directamente será objeto de nuestro odio. Por supuesto, la maestría de
Greg Rucka al escribir personajes femeninos protagonistas fuertes está muy presente con
Tara Chace.
Una vez dentro de
Queen & Country, llega la inevitable pregunta; ¿qué es real y qué es ficción?
Pues sin estudiar y buscar información sobre los conflictos que aquí se nos muestran es altamente complicado, por no decir imposible, saberlo. Detrás de esta serie hay una labor de investigación y documentación impactante por parte de
Greg Rucka, una necesidad por saber y por no conformarse con lo que ofrecen los medios de comunicación, casi una labor social. El grado de conocimiento del autor de todo lo que trata intimida, pero no lo usa de una manera pedante ni enrevesada; lo ofrece con inteligencia, de forma concisa, pidiendo el interés del lector, pero que asegura que si este lee con atención va a terminar la lectura siendo un poco más consciente de la realidad. Nada de darnos las cosas mascadas o de repetirlas hasta la saciedad para asegurarse de que nos hemos enterado, nada de información superflua, muchas veces entraremos a las escenas con diálogos a la mitad de su desarrollo, o habrá saltos en el tiempo, y aún así, nunca nos perderemos nada, todo lo necesario estará presente para que podamos disfrutar de la lectura.
Y lo más sorprendente de todo es que al contrario de lo que se podría esperar, la parte política y burocrática, las esperas y vigilancias o los tiempos entre misiones, están cargadas de tensión y emoción, consiguiendo atrapar y mantener en vilo tanto como las operaciones propiamente dichas, y esto, es algo que pocos escritores están capacitados para hacer.
Personalmente, creo que la serie sólo tiene un fallo, y es que hacia el final de la misma,
Greg Rucka empezó a contar parte de la historia en tres novelas (más adelante se incluye un orden de lectura), que no son necesarias leer para disfrutar la serie, pero que nos quitan información y nos hacen perdernos hechos importantes. Aún así, no creo que esto deba de hacer que nadie evite leer esta increíble serie.
En definitiva, estamos ante uno de los mejores trabajos de
Greg Rucka, y una de las mejores series del cómic americano “independiente” o de autor, por lo menos desde mi punto de vista, una visión realista al mundo del espionaje a través de unos personajes perfectamente desarrollados y humanos. Una obra irrepetible y que merecería estar en todas las estanterías de aquellos que estén mínimamente interesados en el tema.
Queen & Country: ConfidencialA raíz del éxito de
Queen & Country,
Greg Rucka sacó tres miniseries
spin-off de tres números, todas publicadas por
Oni Press. Las miniseries son:
Queen & Country: Confidencial #1 (
Queen & Country: Declassified Vol. 1 #1-3), publicada entre noviembre de 2002 y enero de 2003,
Queen & Country: Confidencial #2 (
Queen & Country: Declassified Vol. 2 #1-3), publicada entre enero de 2005 y febrero de 2006 y
Queen & Country: Confidencial #3 (
Queen & Country: Declassified Vol. 3 #1-3), publicada entre junio y agosto de 2005. Las dos primeras miniseries están guionizadas por el propio
Greg Rucka, y la última está guionizada por
Antony Johnston, con la supervisión de
Greg Rucka.
Cuando una serie me fascina, y me interesan sus personajes, la posibilidad de
spin-offs centrados en los personajes secundarios me parece un sueño hecho realidad. Este es el caso con las miniseries
Queen & Country: Confidencial. Por supuesto, un requisito imprescindible es que el producto no pierda calidad sólo por buscar sacar una serie más para que los autores se lucren; las miniseries tienen que tener razón de ser.
En este aspecto se puede confiar en
Greg Rucka. Estas miniseries aportaban exactamente lo mismo que la serie principal, con la misma inteligencia argumental y los mismos recursos que nos conquistaron al leer las aventuras de
Tara Chace, pero esta vez teníamos la posibilidad de unirnos a otros personajes en operaciones que realizaron antes de los sucesos de
Queen & Country.
En el primer volumen, veíamos a
Paul Crocker cuando todavía era un monitor, lejos de su mítico puesto como director de operaciones. Su carácter resolutivo ya estaría presente en su juventud, y el SIS le asignaría la peligrosa misión de sacar de la Praga comunista a un importante activo para el servicio de inteligencia. Los hechos de esta miniserie tendrán consecuencias que se verán en el quinto arco de la serie principal;
Queen & Country #5: Operación Frente Tormentoso.
El segundo volumen nos permite acompañar a
Tom Wallace hasta Hong Kong, días antes de su cesión a China, para resolver las causas del asesinato de uno de los dos miembros del puesto operacional local. Si ya en la serie principal
Tom Wallace acaparaba toda la atención cuando estaba presente, aquí tendremos la oportunidad de verle hacer uso de toda su astucia, para así confirmar las sospechas; si hay alguien merecedor de ser monitor uno, ése es
Tom Wallace.
En el tercer y último volumen podremos conocer un poco más a
Nick Poole, en sus tiempos como SAS en Irlanda del Norte. Pero lo que podría parecer una misión rutinaria se complicará con la salida de prisión de un miembro del IRA, conectando un crimen pasado con atentados en el presente.
Tres lecturas totalmente independientes y autoconclusivas, ideales para hacerse una idea de lo que ofrece la serie principal, en especial las dos primeras, ya que la última, al ser una misión de los combatientes del SAS, muestra procedimientos totalmente distintos al SIS. Una oportunidad tanto de leer algo de calidad como de ampliar la experiencia ofrecida por
Queen & Country profundizando más en tres de sus personajes más interesantes. En mi opinión, imprescindibles si te gusta
Queen & Country y el modo perfecto para probar si la serie es para ti, sobre todo teniendo en cuenta lo sencillo que es encontrar saldadas las tres miniseries en un pack.
Orden de LecturaHay varias posibilidades a la hora de leer la serie; con o sin los
spin-offs (recomiendo fervientemente leerlos, no porque aporten a la trama, sino por su calidad), y si se leen éstos, se puede hacer después de finalizar la serie, o según fueron publicados. Habiendo seguido ambos órdenes, me gusta más la última opción, ya que nos centramos en las figuras de ciertos personajes (uno en cada miniserie), viendo de dónde vienen después de haberlos conocido en la serie, y permitiéndonos cambiar nuestra apreciación de ellos, y cogerles más cariño, tras haberles compañado de una manera más íntima. Además, los hechos de
Queen & Country: Confidencial #1 nos permitirán una mejor compresión y mayor disfrute del arco argumental
Queen & Country #5: Operación Frente Tormentoso.
Como comentaba antes,
Greg Rucka tomó la decisión de tratar la trama y personajes de
Queen & Country también en forma de novelas. En el orden de lectura se precisa dónde irían ubicadas, pero se puede leer la serie perfectamente sin leer las novelas. Los hechos de la primera se explican de manera un tanto somera en el último arco de los cómics, pero lo suficientemente bien para poder comprender lo que ha pasado y por qué los personajes actúan como lo hacen. La serie en sí terminó también en las novelas, pero el final del cómic es satisfactorio en sí mismo ya que llega hasta la conclusión de la misión, aunque deja un cabo suelto que supongo se trató en las novelas.
Así de primeras puede echar para atrás el tema de las novelas, pero sinceramente, no creo que deba ser un motivo para no acercarse a esta magnífica serie, que se puede disfrutar totalmente sin leer los libros. De hecho, mucha gente lee la serie sin saber la existencia de estas novelas.
La cosa quedaría así:
-Queen & Country #1: Operación Tierra Rota (Queen & Country #1-4)-Historia corta de
Stan Sakai-Queen & Country #2: Operación Lucero del Alba (Queen & Country #5-7)
-Queen & Country #3: Operación Bola de Cristal (Queen & Country #8-12)
-Queen & Country: Confidencial #1 (Queen & Country: Declassified Vol. 1 #1-3)
-Queen & Country #4: Operación Blackwall (Queen & Country #13-15)
-Queen & Country #5: Operación Frente Tormentoso (Queen & Country #16-20)
-Queen & Country #6: Operación Diente de León (Queen & Country #21-24)
-Queen & Country #7: Operación Alforjas (Queen & Country #25-28)
-Queen & Country: Confidencial #2 (Queen & Country: Declassified Vol. 2 #1-3)
-Queen & Country: Confidencial #3 (Queen & Country: Declassified Vol. 3 #1-3)
-A Gentleman’s Game (NOVELA)
-Queen & Country #8: Operación Panda Rojo (Queen & Country #29-32)-Private Wars (NOVELA)
-The Last Run (NOVELA)
Apartado GráficoSi hay una cosa que me moleste, es leer una opinión sobre esta serie quitándole valor por su apartado gráfico. Las quejas suelen atacar la falta de consistencia en el dibujo, la calidad de los artistas implicados y el estilo de los mismos.
Y no puedo estar más en desacuerdo. Desde un punto de vista subjetivo, te pueden gustar más o menos los distintos dibujantes que van pasando por las páginas de
Queen & Country, pero la calidad de los mismos, en mi humilde opinión es algo innegable. Creo que el principal problema es que los estilos que aquí se ven son de corte bastante independiente y alejado de lo que se suele ver en cómics con mayor alcance, pero eso también contribuye al espíritu y la construcción de la serie, y en todos los arcos, la narración gráfica y la ejecución artística de la historia es intachable. Respecto a la falta de consistencia artística, puede ser un defecto en cómics en los que continuamente cambian los artistas, muchas veces sin orden ni concierto; de hecho, a mí me encanta leer una serie en la que el equipo creativo se mantenga intacto, pero aquí esos cambios de dibujantes no son un defecto, sino una gran virtud, ya que está hecho con cabeza, rotando los equipos cada nuevo arco argumental, por lo que dentro de cada historia tenemos siempre al mismo equipo, definiendo su propio tono y mostrándonos distintas facetas de la serie, y pese a estos “relevos”, el blanco y negro de las páginas y algo en común en todos los estilos (que es, precisamente, lo distintos que son a lo convencional), ayuda a dar una sensación de estar ante un producto tremendamente orgánico.
Desglosando cada arco argumental:
En
Queen & Country #1: Operación Tierra Rota tenemos el dibujo de
Steve Rolston. Desde fuera, su estilo un tanto caricaturesco nos puede engañar, pero una vez dentro de la historia, consigue hacer suya la acción y la narración gráfica con una facilidad pasmosa. Además, tiene el enorme mérito de diseñar, de manera inmejorable, todos los personajes de la serie, que tan reconocibles hace. Las portadas de este arco son de
Tim Sale con colores de
Matthew Hollingsworth, y también se incluye una historia corta escrita y dibujada por
Stan Sakai con su famoso estilo, que en lo personal, es el dibujo que menos me gusta de la serie.
En
Queen & Country #2: Operación Lucero del Alba el dibujante de la serie es
Brian Hurtt, un clásico de
Oni Press que aquí firmaba su primer trabajo con una gran expresividad y especial atención en las miradas de los personajes. Le entintan
Bryan Lee O’Malley (sí, el de
Scott Pilgrim) y
Christine Norrie. Las portadas de los capítulos son de
John K. Snyder y la del recopilatorio de
Durwin Talon.
En
Queen & Country #3: Operación Bola de Cristal el artista es
Leandro Fernández, que con su increíble estilo, sus exageradas expresiones y rasgos faciales deja huella en la serie. Su único fallo; su interpretación de
Tara Chace, que transmuta de una belleza particular a algo mucho más evidente, prototipado e incluso exagerado en cuanto a su cuerpo. Aún así es un precio a pagar insignificante viendo el resultado de sus dibujos.
En
Queen & Country #4: Operación Blackwall se encarga del apartado gráfico
Jason Shawn Alexander con el dibujo más realista de todas las series y un estilo precioso, con mucha personalidad y apoyado en las manchas de negro; un artista impecable.
En
Queen & Country #5: Operación Frente Tormentoso la dibujante es
Carla Speed McNeil con un estilo muy peculiar, efectivo en la narración, pero con unas cabezas y rostros un tanto peculiares que hacen que los personajes parezcan cabezones. Aún así consigue darle credibilidad a la serie y momentos realmente tensos.
En
Queen & Country #6: Operación Diente de León Mike Hawthorne nos sorprende con un estilo que pese a tener cierto aire caricaturesco resulta tremendamente crudo y afilado.
En
Queen & Country #7: Operación Alforjas y tras un número autoconclusivo a cargo de
Steve Rolston, es
Mike Norton el elegido para llevar las riendas del arte de la serie, con muy buenas caracterizaciones y enfoques en las viñetas. En lo personal, su trabajo aquí me gusta mucho más que en
Revival, donde no tenía la potencia que aquí sí vemos.
En
Queen & Country #8: Operación Panda Rojo el dibujante de las portadas de los números es
Brian Hurtt, pero el artista de los interiores y de la portada del recopilatorio es el aclamado
Chris Samnee, que nos deleita, una vez más con esa capacidad que tiene de hacer sencillo el realismo a la vez que personal. Mención especial a la expresividad de sus rostros y miradas y la capacidad que tiene de narrar en los silencios.
En
Queen & Country: Confidencial #1 repite
Brian Hurtt, que si ya lo hacía genial en el segundo arco, aquí le vemos todavía un poco más suelto. Las portadas de
Scott Morse, se alejan de todo lo visto anteriormente en la serie de una manera deliciosa que sólo él podría llevar a cabo.
En
Queen & Country: Confidencial #2 Rick Burchett nos obsequia con su interpretación del personaje de
Tom Wallace, que con sus medias sonrisas se abre paso por el mundo.
Y por último, en
Queen & Country: Confidencial #3 Christopher Mitten es el elegido para dar vida a los guiones de
Antony Johnston, configurando así el equipo creativo detrás de la serie
Wasteland. Tiene un trazo peculiar y plasma los cuerpos y rostros muy angulosos y desdibujados, se le ve un poco rígido pero el trabajo que realiza es totalmente correcto.
EdicionesPara leer
Queen & Country y
Queen & Country: Confidencial hay dos opciones tanto en español como en inglés (aparte de las grapas originales, por supuesto).
Empezando por las ediciones americanas, a cargo de
Oni Press, los primeros recopilatorios eran en formato
TPB, tamaño estándar y recopilando un arco por tomo, por lo que hay 8 tomos que recogen la serie principal y tres tomos para las tres miniseries
spin-off. Posteriormente, la editorial editó tanto la serie como los
spin-offs en cuatro volúmenes de lo que llamaron
Queen & Country: Definitive Edition, también
TPB pero esta vez a tamaño un poco reducido.
En España, las ediciones son paralelas en cuanto a características; la primera edición, a cargo de
Norma Editorial, fue dentro de su
Colección Cómic Noir, en concreto los volúmenes #4, #5, #6, #9, #18, #22, #33 y #40 para
Queen & Country y los volúmenes #16, #31 y #34 para
Queen & Country: Confidencial. El formato es en rústica, tamaño
comic-book estándar, a tomo por arco argumental y con extras muy interesantes en cada tomo; introducciones y artículos siempre interesantísimos de otros autores y apartados finales con bocetos, diseños y procesos creativos del autor de cada historia. Son muy resistentes y manejables, y para mí es un formato perfecto para leer la serie. Además,
Norma tuvo que saldar la obra y creó packs de la serie principal con un estuche de cartón que hace que la colección quede estupenda en la estantería. La siguiente edición, es de
Planeta Cómic, calcando la edición en cuatro tomos de
Oni Press (
Queen & Country: Definitive Edition).