He leído el número 21 de X-Factor y con esto ya he dado un buen repaso a los inicios de esta serie de Peter David. Solo he omitido las historias de complemento que conforman Especie en peligro, ya que el resto, que salieron en otras series de mutantes, no lo tengo, así es que solo puedo leer fragmentos de una historia más grande.
Generalmente, los lectores de X-Factor alabamos esta serie y, de hecho, yo mismo suelo hacerlo. Para mí, es, junto a New X-Men y Astonishing X-Men, de las mejores series de estos últimos 18 años. Sin embargo, en esta ocasión quiero hacer una crítica negativa.
Si atendemos al tomo Madrox (una especie de preludio a la serie regular), apreciamos la idea de que Madrox, Guido y Rahne se han montado una agencia de detectives en el Barrio Mutante, donde tratan casos relacionados con mutantes. Hasta aquí, todo bien.
El problema llega con la serie regular: como consecuencia de Dinastía de M, la mayoría de los mutantes desaparecen. Por tanto, ¿qué van a investigar... si ya no hay mutantes? Antes de comenzar, Marvel ya le ha pegado un tiro al planteamiento de David.
Esto lleva a la indefinición de la serie. Porque quiere ser una cosa, pero no puede serlo. De hecho, hasta el número 21 (que corresponde con el 24 americano), solo recuerdo dos secuencias en las que Madrox está en su despacho atendiendo un nuevo caso. Una al principio de la serie, que lleva investigar la desaparición de la hermana de una mujer, y otra más adelante, que trata sobre una familia que quiere recuperar a los nietos. Como se puede ver, es una agencia con poco trabajo.
Curiosamente, los dos casos están relacionados con los villanos a los que se enfrenta el grupo (Tryp y Huber), lo que le resta verosimilitud a la serie. A mí me hubiera gustado que en una historia investigaran un caso, que lo resolvieran... y a continuación, otro caso. Y, si acaso, que poco a poco se fueran desarrollando subtramas que entroncaran estas historias autoconclusivas. En cambio, parece que aquí todo tiene que formar parte de una gigantesca trama.
Y esta trama me parece confusa. Que si Tryp, que si Investigaciones Singularidad... pero luego resulta que Huber está detrás de todo. Me recuerda a los peores momentos de la Saga del Clon de Spiderman: cuando parecía que el Camaleón era el villano, pues no, era Harry Osborn; cuando parecía que Judas Traveller era alguien, pues no, estaba manipulado por Scrier; cuando parecía que Scrier pintaba algo, pues no, todo era cosa de Norman Osborn... En esta serie pasa lo mismo. La serie falla estrepitosamente con los villanos.
A falta de investigaciones, la serie se embarca supuestamente en descubrir quién provocó la diezma (consecuencia de Dinastía de M). Pero esto es algo totalmente irrelevante por varias razones: primero) los lectores ya sabemos quién la provocó (Bruja Escarlata), por lo que no nos aporta nada; segundo) si realmente hubiera algo que descubrir, no se desarrollaría en una serie secundaria como esta, sino en un título puntero de los X-Men o incluso de los Vengadores; tercero) cuesta creer que un grupo con tan pocos recursos va a descubrir algo tan complejo como qué pasó en la realidad alternativa de Dinastía de M. Al final, en un episodio llega Cíclope y les explica lo que ha pasado. De nuevo, fallan como investigadores.
Por si es poco, la serie se enfanga con Civil War. De nuevo, es una trama ajena a la serie y obliga a tratar temas que, a fin de cuentas, ni le van ni le vienen. Con la excusa, David recupera al personaje de Mercurio. Personalmente, no me gusta el tratamiento que recibe el personaje y me sobra totalmente.
Las intromisiones editoriales le hacen mucho daño a la serie. El final del número 21 es precipitado, porque en el siguiente viene Complejo de Mesías y toca cerrar la historia de Huber como sea. Suena a “Raimondi, tenemos que terminar esto y solo nos quedan dos páginas... haz que el tío se vuelve a su casa y fin”.
La serie destaca por el tratamiento de los personajes: cuando Madrox se lía con Theresa y Monet la misma noche, cuando los personajes son sicoanalizados por Doc Samson, cuando Madrox busca a uno de sus dobles y resulta que ha construido una familia... Todo eso es estupendo y es lo que hace que la serie gane en calidad y hasta tenga una personalidad propia. Pero siento que en la parte más “superheroica” o, mejor dicho, en la parte “detectivesca”, es un desastre.
No es culpa de David, pero también hay que decirlo: los cambios de dibujantes ponen en riesgo la confianza en la serie. Pablo Raimondi dibuja de maravilla, tiene un estilo elegante, narra estupendamente, pero solo dibuja unos pocos episodios y alguno hasta con ayuda. Los otros, madre mía, son para dejarse la serie. Solo se salva Sook, que apenas dibuja unos pocos números. Pero lo de Khoi Pham... lamentable. Es que cuando dibuja a Mercurio tres veces en la misma viñeta y digo “¿qué es esto? ¿Se supone que Mercurio se está moviendo a súper velocidad o se ha duplicado como Madrox?”