De aquella época en que los mutantes se iban a pique tenía pendiente una lectura, la del X-Factor de David. Tan solo conocía los nº pertenecientes a la infame Canción del Tarugo, que la verdad, no me animaron a explorar el resto de la colección. Lo curioso es que me ha dado por leerlos años después gracias a otra buena colección que tenía pendiente, Excalibur. Si Alan Davis podía hacer algo bueno con mutantes en aquellos ominosos años, seguro que Peter David también. De Excalibur aún me quedan algunos nº hasta terminar con Alan Davis, que ya comentaré en su momento.
Efectivamente estos X-Factor están bastante apañaos. Para empezar, creo que la cole no había tenido un nivel tan alto hasta entonces. Habrá algunos, quizá muchos, a los que los primeros números de Simonson les gustarán más. Pues vale, no es mi caso. De todas formas, salvo eso, todo lo anterior nada tiene que hacer ante los nº de David.
Peter David viene a ofrecer algo diferente a lo anodino del resto de series muties, salvando como digo a Excalibur y a revitalizar a unos personajes que habían perdido todo interés si es que alguna vez lo tuvieron. Cuando lo que molaban eran los machos alfa, las poses ridículas, los pistolones y los dientes apretados en medio de guiones inexistentes, Peter David ya parecía tener claro lo bajo que se estaba llegando y con su gran sentido del humor, usa esos elementos, los distorsiona y los parodia por medio de situaciones ridículas y diálogos muy vivos. Al final consigue montar una panda de descerebrados adorable a la que uno le coge mucha simpatía, para luego clavarte el navajazo de la tragedia, seña tan propia de este, uno de mis autores preferidos.
Sin entrar en tramas, creo que es una etapa muy recomendable. Lástima el dibujo, al menos para mí, porque no me acabó de convencer. Y no es que le viniese mal ese estilo caricaturesco, pero creo que no es que fuese algo de mucho nivel precisamente ni lo de Stroman. Lo de Jae Lee casi que peor. Quesadilla me gustó algo más.
Por cierto, que hablando de Lee y la Canción del Tarugo, ya sé que tiene delito, pero me la volví a leer por aquello de completar la parte de David. Recuerdo que cuando la leí hace algunos años ya me pareció mala. Aquella vez sin embargo venía de leer los Uncanny de Claremont desde su época dorada. Como quiera que la decadencia es paulatina, no fui plenamente consciente hasta qué cotas tan lamentables estaba llegando la serie. Ahora, saltando directamente de los guiones de David, Claremont y Davis a los de Lobdell y Nicieza, la digestión ha sido dura. El evento es bastante mojonero y hasta los tres números de David están muy lastrados por ello; sin duda, los peores de su etapa. Lo de Nicieza malo, pero mira, uno se tapa la nariz y hasta se lo medio puede tragar. Lo de Lobdell ya es de auténtica indigencia intelectual. Los pocos diálogos de Jean y Scott son dignos de parejas de Tele 5, la historia una retahíla de hostias sin argumento que ríete tú del decompressing storytelling de Bendis y un desfile de personajes mierdosos como Gambito, Bishop (enorme cómo monta guardia el tipo este,
), Pocaleche, el perrete de X-Force, el tarao de las espadas...¡Dyscordia! Vamos, y pensar que la cosa todavía no había tocado fondo
En fin, que creo que me pillaré al menos el primer tomo USA de la serie que tiene líneas argumentales bastante recogiditas.