Me recuerda a un compañero ciego que tuve en la uni. El mamón se aprovechaba de la falsa creencia de que todas las personas ciegas son buenas y hacía todo tipo de artimañas para beneficiarse académicamente de su discapacidad, especialmente en los exámenes. Ahí es que directamente se metía su manual en braile bajo la mesa y empezaba a copiar sin el más mínimo pudor.
La gracia estaba en que en mitad del control podías verle moviendo las manos a toda hostia bajo el pupitre con una expresión de éxtasis en el rostro, como si fuera un virtuoso del piano con la sonrisa de un tigre que acaba de hacer la primera sangre de la mañana.
Le acabaron pillando, claro
Se pensaba que por estar ciego él lo estarían también todos los demás.
Lo de Job igual, lo veo tan taimado, por la maldad tan grosera que supone, que ni los supervillanos de Marvel tienen intenciones tan perversas; como inocente, por pensar que Essex ni se iba a molestar en comprobarlo