En mi barrio, en mi niñez durante los 80, no es que no fuese popular leer comics, casi toda la gente leía, unos más, otros menos, niños, adolescentes y adultos, hombres y mujeres. Desde cuentos para niños, superhéroes, mortadelos y Bruguera, Conan, zonas 84 y comics para adultos, y sin olvidar de los comics eróticos y pornos. Incluso las marujas, con las fotonovelas (vale que no son dibujos, sino fotos, pero los elementos tipo tramas, formato, viñeras, globos, etc. eran básicamente los mismos). Y el que no, le daba a las novelillas baratas, tanto western, terror, detectives... o románticas. No te veían mal, yo creo que a nivel lectura popular, se leía más. Varias generaciones habían crecido mamando de lectura de kioscos.
A mi lo que ocurrió es que durante años me acostumbré a no mostrar mis aficiones culturales, sobretodo en público. En el barrio, (sin ser tampoco de los más chungos o violentos) llegado un momento de edad cuando eras suficientemente mayor para ir sólo pero no lo suficiente para evitar el acoso de los mangantes, ocultaba las aficiones excepto a la familia y los más amigos, porque una afición conocida, en un barrio donde todos nos conociamos, suponía ser un blanco para que te robasen en cuanto te veían si ibas solo. Los mangantes merodeaban los kioskos y otras tiendas como estancos, farmacias, tiendas de música, librerias, etc. para robar a los chavales el dinero a la ida, o a la vuelta mercancía.