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« en: 21 Noviembre, 2007, 15:24:15 pm »
Estoy escribiendo unos artículos sobre Marvel y quería postearlos para ver que os parece (y por si hubiera alguna inexactitud o algo, no sé). El primero es sobre los Vengadores, una petición que me han hecho para una revista. El segundo es sobre los New Warriors, que voy a intentar que me lo publique la Wizard. Si os apetece, echad un ojo.
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Los héroes más poderosos de la Tierra. Así es como se conoce, y no sin razón, a los Vengadores. Ya desde sus inicios se han caracterizado por incluir entre sus filas a los más grandes guerreros del lado del bien, cosa que siempre les ha dado una categoría de grupo de primera línea, llegando a estar por encima de otros como los 4 Fantásticos o los X-Men. Y, de hecho, a lo largo de la historia de los comics Marvel, no resulta extraño ver muestras de lo mucho que la gente los adora y admira, habiendo ocasiones en que el simple hecho de tener el estatus de Vengador (o incluso el de miembro en reserva) hacía ya a su poseedor objeto de un respeto popular que difícilmente habría conseguido de no pertenecer a tan magno equipo. Lo más curioso es que cualquiera que mostrase ser digno de ello podía aspirar a ser miembro del grupo sin importar si se trataba de dioses, monstruos, alienígenas, ex-villanos, ciborgs, leyendas vivientes, reyes o incluso humanos sin ningún tipo de superpoder. Hasta los mutantes, en sus tiempos más oscuros de persecución y continuo acoso por parte de sus muchísimos detractores, parecían ser aceptados por el populacho si pertenecían a esta gran familia.
Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿por qué? ¿Qué tenían los Vengadores que no tuvieran los demás súper grupos? Probablemente fuera su dedicación a defender la paz y la libertad lo que, unido a su carácter público, les haya llevado a esa situación. Tenemos a los 4 Fantásticos, una gran familia y grupo muy selecto (y normalmente cerrado) que se dedica especialmente a combatir amenazas a un nivel muy alejado de lo mundano. Están la gran rama de grupos mutantes, demasiado ocupados gran parte del tiempo con sus propios problemas como para preocuparse por ayudar a nadie más. Tenemos a los intermitentes Defensores, reunidos de tanto en tanto y con miembros variables para detener amenazas puntuales. New Warriors, Héroes de Alquiler, Thunderbolts… ninguno de ellos puede considerarse un equipo a la altura de los héroes más poderosos de la Tierra y, en cualquier caso, teniendo entre ellos un grupo de ex-villanos, otro de mercenarios y un tercero recientemente desaparecido, poco futuro podían tener como ídolos de masas y protectores del pueblo. Así, la gente veía en los Vengadores a sus paladines de la justicia, a quienes les defenderían de toda amenaza sin importar el coste. Y en ellos volcarían su admiración y apoyo más incondicional.
Es sabido que, si algo funciona, hay que aprovechar su tirón. Y en Marvel esa lección la tienen más que aprendida. Así, un tiempo después de la aparición del súper grupo, nacerían los Vengadores Costa Oeste (llamados en España Nuevos Vengadores, nomenclatura ésta que da lugar a confusión actualmente por la existencia de unos nuevos Nuevos Vengadores) y los Vengadores de los Grandes Lagos (que posteriormente cambiarían su nombre… un par de veces).
En el primero equipo nos encontramos con un grupo liderado por Ojo de Halcón y cuya función residía en ejercer las mismas tareas que realizaban sus homónimos, pero en la costa opuesta de Estados Unidos (de ahí su nombre, vaya) Y, pese a que funcionaron muy bien durante un tiempo, acabaron desapareciendo por decisión de Tony Stark.
En el segundo tenemos a un peculiar compendio de personajes sumamente curiosos, con nombres tales como Hombre-Puerta o Mr. Inmortal… y, si sus nombres podían ser ridículos, ellos no lo eran menos. Pero claro, la intención era esa: un equipo irrisorio y pelín burlesco, en cierto modo lo que jamás debían ser los Vengadores. Nunca llegó a funcionar, salvo como invitados ocasionales en distintas colecciones que necesitaban una inyección de humor (o en las que el humor era la situación habitual, y qué mejor para refrescarlo que invitar a un grupo tan sumamente absurdo).
En los últimos años hemos tenido ocasión de disfrutar, además, de los Jóvenes Vengadores. Una historia interesante y unos personajes muy trabajados, junto al carácter rebelde propio de la adolescencia, dan al grupo un aire fresco bastante interesante para los lectores. Y todo eso sin dejar de ser Vengadores (al margen de que fueran o no reconocidos por sus mayores)
No obstante hay que reconocer que ninguno de ellos ha sido, es ni será capaz de estar a la altura de los originales, los únicos que han estado ahí desde el principio y seguirán al final, por mucho que Marvel se empeñe en ofrecernos sagas como la desastrosa Desunidos. Los Vengadores nunca caerán, por el sencillo motivo de que son mucho más que un grupo: son un ideal. Y pueden morir los defensores del ideal, pero éste siempre permanecerá ahí. Mientras el mal amenace la paz existirán unos Vengadores para combatirlo.
Llegados a este punto he de plantear una pregunta que sin duda es de difícil respuesta: ¿qué se necesita para ser Vengador? Al margen de los ideales defendidos por estos superhéroes, ¿podemos definir algún otro rasgo común propio de todos ellos? Veamos. Por el equipo han pasado, como hemos comentado, seres de todo tipo. Hagamos un repaso.
Humanos con poderes artificiales. Aquí podemos incluir a todos aquellos con habilidades extraordinarias conseguidas mediante métodos no naturales, normalmente gracias a la ciencia. Algunos de los más destacados serían Hank Pym (en sus múltiples personalidades e identidades) o su a ratos esposa La Avispa. Incluso el Capi, símbolo de América y los Vengadores, estaría incluido en esta categoría.
Humanos con “accesorios”. Los que, pese a no tener poderes de ningún tipo, recurren a objetos de gran poder. El Caballero Negro con su espada mágica y Ironman y sus armaduras serían dos claros ejemplos.
Dioses. Thor y Hércules son dos de los más populares ejemplos de divinidades vengadoras (pese a que el segundo sea medio humano). Poder en estado puro, para desgracia de sus enemigos.
Ciborgs. Para demostrar que ni tan solo es necesario ser un ser vivo natural para ingresar en el grupo tenemos a Yocasta y a la mismísima Visión, que siempre ha sido uno de los miembros centrales del equipo.
Mutantes. En un equipo con dioses, ciborgs y extraterrestres, ¿cómo no iban a tener sitio los mutantes? Mientras que algunos como Bestia, Lobezno o Mercurio han alternado los Vengadores con grupos de mutantes tenemos a otros como Justicia o la Bruja Escarlata que han tenido su vocación muy clara desde siempre y, desde su entrada en el equipo, han sido fieles miembros de éste (salvo alguna escapada ocasional, por supuesto).
Humanos con habilidades. Sin poderes. Sin objetos poderosos. Así, a pelo, y con tan solo unas habilidades que nada tienen de súper poderosas, han logrado abrirse paso en un equipo que cuenta incluso con dioses en sus filas. ¿Y quienes son estos valientes? Pues ni más ni menos que héroes de la talla de Viuda Negra o el genial Ojo de Halcón. Y a pesar de su desventaja siempre han estado en primera línea del equipo.
Alienígenas. La inhumana Crystal, el tristemente fallecido Sota de Corazones o incluso el mismísimo Capitán Marvel original (así como su hijo) fueron en su momento miembros de pleno derecho del equipo, por solo mencionar a unos pocos. Y es que, ¿quién dijo que para ser uno de los héroes de la tierra era necesario ser terrestre?
Ex-villanos. ¿Quién no recuerda el conocidísimo momento en que, tras la separación de los Vengadores fundadores, el Capi se vio obligado a reclutar a nuevos miembros para poder seguir adelante con el equipo? Miembros que serían los ya mencionados Ojo de Halcón (villano confundido hasta ese momento) y los mellizos Mercurio y la Bruja Escarlata (que habían pertenecido a la malvada Hermandad de Mutantes de Magneto). Y, a pesar de todo eso, la palabra del Capitán América fue suficiente para el populacho, que pasó a considerar a esos individuos de peligrosos villanos a sus nuevos héroes. Y no fueron los últimos.
Reyes. Pantera Negra o Namor (el primero líder de un país, el segundo de una raza) han demostrado en innumerables ocasiones ser fieles aliados (y miembros en más de una ocasión) de los Poderosos Vengadores.
No obstante, y a pesar de la gran cantidad de héroes que forman sus filas, ni tan solo los Vengadores son perfectos. No son pocas las situaciones extremadas en las que se ha visto involucrado el equipo, siendo una de las más destacadas la saga Vengadores Desunidos durante la cual algunos de sus propios miembros mataban a otros: la Bruja Escarlata y Hulka acababan con la vida de Ojo de Halcón, El Hombre Hormiga II, la Visión y Sota de Corazones, sumiendo al grupo en uno de sus momentos más oscuros que culminaría con la disolución del equipo. Pero eso sería algo provisional, ya que el Capi y Iron Man, dos de los más importantes miembros del equipo de todos los tiempos, lo reharían con nuevos miembros (entre ellos Spider-man y Lobezno). No obstante ese breve período de renacer terminaría con la Civil War, saga de, en teoría, gran importancia en el Universo Marvel que dividiría a los héroes en dos bandos enfrentados entre sí, liderados por los mismos Vengadores que habían reconstruido el equipo. Con esto tendríamos una nueva crisis para los héroes más poderosos de la tierra, que culminaría con la creación paralela de dos equipos de Vengadores (los Poderosos y los Nuevos, según los nombres de sus cabeceras) enfrentados entre sí. ¿Y dónde deja todo esto al más grande grupo de superhéroes de Marvel? En una situación complicada, en la que los que antaño fueron amigos y compañeros ahora pelean entre ellos, echando por tierra todo lo que en su día significaba ser Vengador. Así, no es de extrañar, que numerosos fans del grupo renieguen de ellos actualmente, alegando que ya no pueden llamarse Vengadores. Y es que cuando los héroes que defendían a los ciudadanos comienzan a pelear entre ellos por un conflicto de ideales, ¿qué es lo que le queda al hombre de a pie? Tan solo la amarga sensación de que se han quedado solos y el deseo de que, algún día, el significado de ser Vengador prevalezca por encima de todo lo demás y las cosas vuelvan a ser lo que eran.
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NEW WARRIORS,
UN FENÓMENO EN DECADENCIA
En los años 90 Marvel vivía una época de cambios y experimentos con sus personajes, demostrando a posteriori la máxima de “si algo funciona, no lo cambies”. Fue entonces cuando Fabian Nicieza se lanzó con un proyecto al que nadie daba muchas esperanzas: el autor seleccionó, tras una laboriosa tarea de investigación, a seis jóvenes, personajes secundarios del Universo Marvel que hasta el momento habían pasado por diferentes colecciones con más pena que gloria.
Teníamos a Richard Rider, el antiguo Nova desafortunadamente rebautizado (aunque por poco tiempo) como Kid Nova. El autodenominado cohete humano, poseedor del poder cósmico propio de un cuerpo de defensa espacial resultante de un fallido intento de emular la Green Corp de D.C. por parte de los chicos de Marvel. Capaz de volar a gran velocidad (de ahí su sobrenombre), con superfuerza y capaz de emitir energía en contadas ocasiones. Con él ya teníamos al indiscutible ariete del equipo.
A continuación encontramos al principal apoyo en combate, la versión femenina de Namor (y prima de éste), llamada Namorita. También con vuelo y superfuerza era la compañera perfecta para Nova, y no solo por su complementación en el combate, sino también en el ámbito personal (como quedaría demostrado a lo largo de la serie).
En tercer lugar está la dulce y adorable Angélica Jones, más conocida como Estrella de Fuego (y famosa por aparecer junto a Spider-man y el Hombre de Hielo en cierta serie de animación). Mutante y ex-miembro de los Infernales de Emma Frost (en sus días como Reina Blanca del Club Fuego Infernal), demostró ser uno de los miembros más poderosos a medida que ganó control sobre sus habilidades de emisión y control de los microondas. Y también ella encontraría a su compañero ideal en el equipo, aunque de una forma mucho más tormentosa que los anteriores, dados los problemas familiares de nuestro siguiente héroe.
Y es que Marvel Boy (más tarde re-nombrado como Justicia), otro mutante que en realidad sería Vance Astrovik, de los Guardianes de la Galaxia, tendría no pocos problemas a causa de los constantes maltratos físicos a los que lo sometía su padre, llegando a matarlo accidentalmente al tratar de defenderse usando su telequinesis y pasando una temporada en la cárcel por ello. Este personaje es, probablemente, uno de los que mejor evolucionaron a lo largo de la serie, aumentando y mejorando sus poderes así como su control sobre ellos y, a la vez, madurando enormemente como personaje hasta llegar a convertirse en el hombre que siempre deseo ser: un Vengador de pleno derecho, luchando por defender a los demás. Y lo haría acompañado de la que se convertiría en su compañera, Estrella de Fuego.
En quinto lugar teníamos a un joven bocazas y despreocupado, con unos desconcertantes poderes cinéticos que le dotaban de invulnerabilidad a la vez que le daban la curiosa habilidad de rebotar de forma compulsiva y descontrolada. Robbie Baldwin, conocido como Speedball, ponía la imprescindible nota cómica al grupo.
El último miembro en realidad fue el artífice de la creación del equipo, el que reunió y convenció a los demás para formar parte de los New Warriors. Sin duda, la columna vertebral del grupo. Dwayne Michel Taylor, conocido como Night Trasher, que no podía dejar de recordarnos a Batman: perdió a sus padres siendo un niño y decidió usar la fortuna familiar para enfrentarse a los malvados y vengar así su tragedia personal. Como dice en el primer número de la colección: “Mis padres fueron asesinados cuando yo era un niño. Haré que todos los criminales paguen por lo que hicieron”. Para conseguirlo se equipó con un traje protector y una serie de utensilios de apoyo y combate (siendo el más hilarante un monopatín con cuchilla retráctil) y, unos años después, reunió a los que formarían parte del grupo.
A lo largo de sus primeros números no serían pocas las amenazas a las que deberían enfrentarse: Terrax, el Pensador Loco, Juggernaut (en su debut en la colección de Thor), I.M.A, los Infernales y la Reina Blanca, Gideon y muchos otros. Pero, como todo grupo de súper héroes que se precie, también disponían de su propia galería de villanos: Fuego de Medianoche, Psionex, la Fuerza de la Naturaleza, Esfinge o el Círculo Envolvente, siendo el más terrible de ellos la propia ama de llaves del grupo (esto hay que leerlo, prometo que no es tan malo como suena).
Aunque, por supuesto, no estaban solos. A lo largo de sus páginas se pudieron ver apariciones de los Vengadores, Punisher, Namor, X-Force, el Señor del Fuego y muchos otros héroes que les ayudarían en no pocas ocasiones.
Pero todo grupo que quiera mantenerse con el paso de los años ha de tener nuevos miembros, así como bajas (que, normalmente, vuelven al redil). Algunos de esos reclutas fueron Silueta (paralítica que podía fundirse con las sombras), Darkhawk, el ex-Vengador Rabia o Turbo, con variable identidad civil según quién vestía el traje que daba los poderes.
La cosa iba estupendamente, habían pasado alrededor de cuatro años de colección y los New Warriors seguían gozando de un gran éxito. Y, por si fuera poco, gran parte de sus miembros gozaban de colecciones propias: Nigth Trasher, Nova, Justicia, Darkhawk… El futuro no podía pintar mejor para el grupo. Y fue entonces cuando Fabian Nicieza dejó la colección. A partir de ese momento todo empezó a ir cuesta abajo, nada parecía funcionar. Desastre potenciado en España a causa de los sucesivos cambios de formato de la colección, que no parecieron gustar a nadie. Marvel hizo lo posible por evitar la catástrofe, reforzando el grupo con nuevos personajes de éxito (como la Araña Escarlata) en un desesperado intento de evitar el cierre de la serie. Pero fue en balde. Primero en España y más tarde en EEUU, los New Warriors fueron cancelados, primero como serie regular y, después de varias series limitadas de escaso éxito, permanentemente.
Los años fueron pasando, y el grupo olvidado. Hasta que Marvel decidió dar un último uso a los héroes que tantos éxitos habían dado en el pasado. Y para hacerlo eligió a un equipo venido a menos. Nigth Trasher, Namorita, Speedball y Nova, unidos a dos personajes más bien cómicos y burlescos: Microbio, un chico gordo y tímido que habla con los microbios, y Detritus, una joven bravucona cuyos poderes aparecen definidos como “imán telequinético de bajo nivel” o, como dice Namorita, “remover basura”. Y, por si no era suficientemente malo así, los pusieron como parte de un reality show de superhéroes, en el que cada semana aparecían ellos enfrentándose al malo de turno. Pero claro, para eso un equipo de televisión tenía que seguirles por todas partes. Finalmente, con la ausencia de Nova, el grupo se enfrentó a unos supervillanos entre los que se encontraba Nitro, produciéndose en la pelea una explosión brutal que acabaría con cientos de vidas, incluyendo la de los involucrados en la batalla, aunque con la excepción de Speedball y el propio Nitro (causante, por otra parte, del eufemísticamente llamado “incidente”). Ya estaba hecho. Los New Warriors habían muerto, y lo habían hecho como villanos causantes de numerosas muertes, iniciando así la Civil War y teniendo a Speedball como cabeza de turco. Un inmerecido final para un grupo que, años atrás, había ganado el bien merecido título de Héroes de los 90. Y, por si no fuera bastante, al único superviviente (sin contar a ex-miembros, como Justicia, Estrella de Fuego o Nova) fue sometido a todo tipo de humillaciones y vejaciones, además de intentos de asesinato. El resultado fue la transformación del otrora alegre y bromista Speedball en el amargado y oscuro Penitencia, el superhéroe más odiado del mundo.
La decadencia no podía haber sido más radical. Ni más trágica. Marvel se frotaba las manos ante lo que llamaban el evento del año, mientras los muchos seguidores de los New Warriors lamentábamos profundamente el final dado al grupo, rememorando con añoranza aquellos buenos años con Fabian Nicieza al frente de la cabecera que ya nunca volverían.
¿O tal vez sí? Con el fin de la Civil War nos encontraremos a unos nuevos New Warriors, con Kevin Greviux a los lápices y un nuevo Night Trasher como cabeza del equipo, estéticamente idéntico al original, que actúa desde la clandestinidad oponiéndose a la ley de registro finalmente aprobada y luchando por cambiar el mundo, de forma muy similar a como surgió el grupo original a finales de los 80.
¿Y ahora? ¿Qué secretos y misterios encerrará el nuevo grupo? ¿Qué sorpresas nos tendrá preparadas? No podemos saberlo. Lo que es seguro es que, veinte años después, los New Warriors regresan, renaciendo de sus cenizas. Quizás no sea el mismo grupo, ni los mismos miembros. Pero no hay duda de que es el mismo espíritu. Disfrutemos el momento.
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. En realidad quería decir X salón del comic de madrid, o X Expocomic 
:o