Habéis comido hasta hartaros de la mesa de Año Uno. Horrorizado con La broma asesina, despellejado y amado por igual las dos entregas de TDK. Bebido de las fuentes de Brubaker, saciado en las aguas de Rucka, defenestrado y aclamado a Snyder por igual, y caído en las redes de King con pasional abandono.
Entra pues, Batfan, en la última morada. Pues tú, que lees estas palabras, presenciaras por siempre jamás a:
Sí, Batman Jones. El cruzado imberbe de la capa. El Kevin de Jesús americano. El niño tocado por los hados, revelados como un pinchazo en una rueda y un coche descontrolado, para ser el héroe definitivo. Un héroe toca cojones, porque sí, porque es Batman Jones. Bat manjones. Un capricho del destino que llevó a unos inocentes padres a agradecer como pudieron, al hombre que los salvó. Y la forma de agradecérselo, fue crear un monstruito que tomaría el nombre de pila del héroe al que debían la vida.
Batman. Batman Jones.
Si los hubiera salvado Butragueño, sería Butragueño Jones. Si Elton, Elton Jones. Pero eso no hubiera sido ninguna sorpresa. Ellos querían más. Lo querían todo. Querían un hijo que fuera impermeable al bulling. Un adalid de la ortopedia. Querían un carnet de identidad que rezara Batman Jones, y un cura que no se escandalizara. Querían, pues, ser los reyes del mambo. Del mambo jones.
Ahora tú, fiel creyente, ya conoces la historia. Ve y difunde la palabra. Que existió un Batman Jones y se hizo hombre. Que dio por culo y por saco por igual. Que cayó en el baúl de los juguetes rotos no bien hubo dicho Bob Kane "...Man Jones".
Así que recuerda a nuestro héroe, perdido en la Batalla por la capucha. Un héroe que murió por nuestros pecados, en un mundo demasiado cínico para aceptar a un niño de 10 años que se llama Batman Jones y resuelve casos en bici antes de acostarse. Recuérdalo.
Porque algún día, un frikazo calvo vendrá y te sacará un drama multiversal psicodélico con el señor Jones. Y tú querrás decir "yo estuve ahí", "yo lo sabía".
Porque algún día, Batman Jones volverá a caminar entre nosotros.
Así sea.
Batman: "Te voy a poner esta mordaza en la boca para que no chilles mientras te violo salvajemente".
Robin: "Y yo pienso disfrutar de cada segundo".