Ayer tuve un día cargadísmo y no pude responder a Essex.
A ver, demos por cierto que el calamar no funciona bien en la gran pantalla (yo no estoy de acuerdo, pero lo vamos a dar por cierto), a mí lo que me molesta no es su ausencia, lo que me molesta es que la solución adoptada pervierte por completo la esencia del cómic, su mensaje final, su moraleja...
En el cómic, una humanidad al borde de la autoextinción se une al comprobar que no estamos solos en el universo. La tragedia de Nueva York abre los ojos a los dirigentes de las grandes potencias. Somos una mota de polvo. Es un final, dentro del drama, edificante. En cambio, en la película la humanidad no se une, la humanidad se acojona y decide dejarse de historias por pánico a una amenaza, no por nada tan bonito como el altruismo y la solidaridad. Por miedo. Punto.
Es una subversión del mensaje final del cómic absolutamente vomitiva e intolerable.
Pero más allá de la traición a la moraleja del cómic, es que además la solución adoptada es un sinsentido. El Dr. Manhattan es un tipo que nació en Estados Unidos, es el tipo que gana la guerra del Vietnam para Estados Unidos... ¿Y los soviéticos se creen sin chistar que ha actuado independientemente? Psé...
Pero es que además es un disparate: si a Manhattan le importa tanto la humanidad que siente que tiene que hacer algo para salvarla, lo tiene tan fácil como cargarse todas las armas nucleares del mundo o con matar a los líderes de las superpotencias y avisar de que hará lo mismo con sus sucesores si van por el mismo camino. ¿Pero matar a cientos de miles de humanos? ¿En serio alguien se cree eso? Eso se ve obligado a hacerlo Veidt porque es humano, pero Manhattan puede hacer lo que le salga del rabo. ¿Para qué va a matar a cientos de miles de inocentes?
Dice Essex que le chirría la supuesta presencia de un extraterrestre en un tebeo en el que no los hay. No entiendo por qué. Ahí está la magia de la reacción de la humanidad, al asombro al comprobar que hay vida más allá de este planeta. Y como ya se ha comentado, no aparece ahí de manera casual, Moore ha venido dando pistas sobre ello durante toda la serie. La isla, los científicos desaparecidos, los bocetos de la criatura, todo es parte de una obra de relojería de precisión suiza. Yo cuando lo leí de niño lo vi perfectamente coherente con el resto de la historia, y las sucesivas relecturas nunca me han hecho sentir que chirriaba.
En cambio, la solución de la película para mí hace aguas por todos lados. Es de una incoherencia que a mí particularmente me acojona.
Si el problema era el calamar, se tendría que haber buscado algo que quedara mejor en pantalla, pero desde luego lo que no se debía hacer era cambiar esperanza por miedo. Eso es pervertir por completo lo que Moore pretendía con su obra.
Saludos.