Los Vengadores: Omnigold tomo 3: ¡Unidos en Combate! (1967-1969) Entra John Buscema… pero no del todo.El tercer tomo de las aventuras de los Vengadores supone un importante cambio en el apartado gráfico: John Buscema se hace cargo de los lápices. No hace falta decir que la mejora con respecto a la anterior etapa dibujada por Don Heck, es enorme. Sin embargo, todavía tendremos que esperar unos cuantos números para ver a Buscema al 100% de sus posibilidades.
El problema de estos números está, a buen seguro, en los entintadores. Geo Bell y Vinnie Colletta sientan como una patada al trazo del gran John. Pese a todo, no es menos cierto que el mayor de los Buscema no está aún en su plenitud, porque algunas pocas posturas se ven poco realistas, y no parece que sea un problema del entintador de turno.
Posteriormente es George Tuska quien coge el relevo como entintador, y tampoco me convence. En su primer número su entintado es demasiado invasivo, aunque en los posteriores se modera y mejora.
En cuanto a Roy Thomas, pues sigue la senda del anterior tomo, aunque diría que algo peor. Creo que aquí Thomas vuelve a los tiempos de Stan Lee, pero los de la primera mitad de los 60 y no en sus momentos más inspirados.
Entre los primeros arcos cabe mencionar la primera aparición del Guardián Rojo y la recuperación de un villano de la serie del Hombre Gigante, Torbellino, antes conocido como Trompo Humano. Se abre la puerta a que el tipo sea un mutante, buena idea que explicaría el por qué de sus poderes, ciertamente bastante ridículos en sus primeras apariciones.
En medio está el larguísimo anual 1. Algo así como una de esas superproducciones hollywoodenses con multitud de estrellas, que se usan como reclamo para el gran público, pero luego te encuentras que no hay tanto que rascar. Todos los superhéroes que han formado parte del grupo hasta el momento, quitando a Hulk, se unen contra un grupo de supervillanos liderado por el Mandarín.
Más adelante nos encontramos con el segundo anual, bastante flojo. Estos dos anuales, dibujados por Don Heck, junto a un par de números de la serie mensual por parte de Heck y de George Tuska, son los únicos del tomo que no son obra de John Buscema. Bueno, y también la aventura en solitario del Caballero Negro, publicada en el número 17 de Marvel Super-Heroes.
El arco que enfrenta al grupo a Magneto tampoco es que sea gran cosa, aunque el último número, de los tres que se compone, mejora bastante.
Es aquí donde se nos presenta a un nuevo superhéroe, el Caballero Negro, en un número de origen muy forzado. Resulta que el antiguo Caballero Negro, el villano, en su lecho de muerte de golpe y porrazo se arrepiente de sus maldades y le implora a su sobrino que use sus poderes para hacer el bien. Y Thomas se queda descansado.
También hay que aguantar una tanda de mentalidad reprobable de la época, como los ya conocidos signos de machismo o xenofobia. Esta vez en carne de la Avispa, quien hereda una millonada, y posteriormente presume de derrochar en caprichos. Y encima esos caprichos no son otros que estolas de armiño. Cosas de su tiempo.
Por lo menos Thomas empieza a trabajarse la profundidad de los personajes. Así, Ojo de Halcón entra en cierta depresión tras la marcha del Capitán América del grupo, Goliat lo mismo porque sus poderes le están afectando negativamente, Mercurio acaba recelando de los humanos y volviendo con Magneto y Hércules vive su propia aventura en un Olimpo desierto tras haber desaparecido sus moradores.
Al fin, John Buscema al completo.Ya en el último número de la anterior historia, John Buscema prescinde de todo entintador y pasa a completar él solito todo el arte gráfico. Y el resultado es inmejorable, al fin podemos disfrutar al 100% de uno de los más grandes dibujantes que han pisado Marvel.
Tan sólo son unos pocos números, los agraciados, ya que a continuación vuelve a entintar George Tuska, que no lo hace nada mal pero no es lo mismo.
Lo verdaderamente bueno viene justo después con el entintado de George Klein, primero y de Mickey Demeo a continuación. Dos grandes trabajos a las tintas gracias a que guardan sumo respeto por los trazos originales de John.
En lo que respecta a Roy Thomas, el guionista parece contagiarse del buen hacer gráfico y sus diálogos empiezan a resultar más interesantes.
Los primeros números no pasan de correctos, quitando el colosal trabajo gráfico, claro.
Entre otras historias, tenemos el regreso del Coleccionista, que como reclamo para atrapar a la Avispa utiliza ¡un peine!
Y también el crossover con la Patrulla-X, con la previsible pelea entre ambos grupos, francamente con motivaciones de patio de colegio.
Lo más destacado es la entrada en el grupo de Pantera Negra, al tiempo que Hércules lo abandona.
Lo mejor de esta etapa y, de hecho, de todo lo que llevamos de colección, viene a partir de la aventura contra los nuevos Señores del Mal, donde además se nos presenta a Ultrón-5.
Los números de la llegada de la Visión son para mi el culmen de esta época. La historia te mantiene con la vista pegada a sus páginas, y el personaje de la Visión desde el primer momento suscita interés. Un sintezoide con recuerdos y pensamientos humanos que busca saber quién es. La contribución en la historia de Ultrón, Hank Pym, el Hombre Maravilla… Un Buscema inmenso y Roy Thomas que se hace adulto aquí. Poco más se puede pedir.
Tras ello se encuentra la historia de presentación de Chaqueta Amarilla, francamente disparatada, pero a mí siempre me ha parecido divertida. Mientras que antes de la historia de la Visión tenemos un número más modesto, el viaje al pasado para certificar la muerte de Bucky, un número quizás demasiado sentimentaloide.
Estamos ante el tomo más interesante de los Vengadores, hasta ahora. Si bien es bastante irregular, el último tercio me parece bastante recomendable a nivel de guión e inmenso en cuanto a dibujo. El resto es un tanto mediocre, de nuevo exceptuando el apartado gráfico de John Buscema.