En un claro a la luz de la luna, más allá de donde la mano del hombre holla con su toque imperfecto aquello que es puro y que por lo tanto trasciende la eternidad, los foreros de Universo Marvel 3.0 cantan, bailan, ríen y debaten con Estela, Dawn, Slott y los Allred.
Desde los lejanos arbustos, agazapado cual animal carroñero, vigila Kaulso, fruncidos sus labios en una mueca de odio irracional, hincados sus dientes en la carne de sus propios nudillos como gesto de muda y ciega ira. ¿Cómo se atrevieron a llegar allí antes que él? ¿A descubrir ese hermoso lugar sin su guía? ¿A disfrutar (¡no digamos ya celebrar!) de la recompensa que él no había percibido y presumido antes que ellos?
Observa a Morgan disfrutando y alabando un gran tebeo Marvel, observa a adamvell y Chapas charlar con Dawn y Estela y reír y emocionarse como cuando leían cómics siendo niños, observa a Mc Carnigan releyendo una y otra vez el último número, observa a OMNIGOLD reencontrándose con el Criterio, observa a Pastanaga sonriendo como si hubiese visto nacer a un hijo... y acto seguido se marcha, conteniendo sus lágrimas de impotencia, porque todos son felices sin él. No le necesitan.
A lo lejos, en un camino abierto entre los maizales bañados por la Luna, otro forero en las sombras contempla al grupo, tentado de unirse a ellos, pero una mano en el hombro le retiene.
-¿Ibas a alguna parte, Jtull? -le preguntó el Estela Plateada de Lee y Buscema.
-Es que... Parece que se lo están pasando muy bien -respondió Jtull, dubitativo.
-No los necesitas. No necesitas a nadie salvo a mí.
Y acto seguido, rodeando sus hombros con el brazo, lo alejó de la gloriosa multitud, volviendo a los oscuros maizales, a la espesura negra donde no baña la Luna.