Es que los dialogos de esos cómics hacen mucho. Y esto ya desde el minuto uno.
Vamos, que si esos primeros cómics te aguantan una lectura en la actualidad es básicamente por los dialogos.
Pues sí, porque los cómics dialogados por Larry Lieber (horror) o por un novato Roy Thomas son, en muchos casos, un peñazo de leer. Si encima eso lo combinamos con unos flojos Don Heck o Arnold Roth, que no es tanto que fueran malos dibujantes sino que no eran apropiados para cómics de superhéroes, apaga y vámonos.
Es un caso curioso el de Larry Lieber: cuando lo enchufa su hermano Stan como "chico para todo" ya era un treintañero, pero queda claro que carece de la gran imaginación y capacidad de escribir de su pariente. También se pone a dibujar y entintar páginas, a pesar de tener solo modestos conocimientos artísticos (estudió en sus años de instituto en la Art Students League de Manhattan). Para mí su mejor obra es el Amazing Spider-Man Annual #4, que resulta aceptable, pero otros cómics suyos son terribles.