No puedo evitar percibir que choca casi como algo contracultural el hecho de que Rondador Nocturno sea uno de los 4 personajes más importantes de la Historia de Marvel.
Creo que cuando no se comprende esto hay cierta brecha generacional. Rondador nunca ha tenido la sobreexplotación que ha tenido Lobezno. Nunca ha tenido serie propia, eso es cierto. Pero porque donde destacaba era en su casa, la Patrulla-X, casualmente la serie más renombrada de la Marvel de los 80 por bastante margen.
¿Es Rondador más importante que Lobezno, Cíclope o Jean Grey? Probablemente no. Nunca ha sido una gallina de huevos de oro.
¿Es de los personajes que más gustan? Sí.
O depende. La pregunta sería: ¿Leíste la Patrulla-X de Claremont cuando tenías entre 7 y 15 años? Porque si la respuesta es que sí, probablemente hayas votado a Rondador Nocturno y te guste más que Lobezno o Cíclope. Como es mi caso. Aquí hay gente que está en esa situación, me atrevería a decir que buena parte de los votantes de Rondador, aunque no todos. Rondador destacaba de otra forma distinta. No había espectacularidad. No había unos poderes muy importantes, aunque estéticamente sí que molaran.
Rondador era la brújula moral de la Patrulla-X, junto tal vez a Tormenta como única rival en eso, en unos cómics que nos presentaban de lleno, y con mucha fuerza, el mal que podía hacer la ignorancia. Rondador era fácilmente un personaje con el que sentirse muy arropado cuando te sentías diferente (lo normal en esas edades). Lo suyo no era tanto la espectacularidad de la batalla como las pequeñas escenas cotidianas, los partidos de softball, que era cachondo cuando la situación lo requería, pero igualmente implacable éticamente cuando hacía falta. Es ahí donde Rondador me daba la seguridad de que la Escuela de Xavier era un lugar seguro donde poder ser tú mismo. A partir, por supuesto, de las propias metidas de pata y las inseguridades de Kurt Wagner. Era como un hermano mayor, pero uno con fallos. Lo que lo hacía molar más todavía. Si no, habría sido una especie de gurú. Y no era eso tampoco.
Todo este angst adolescente me ha quedado como secuela permanente, lo siento
No como algo que me pase hoy sino como un eco cuya onda sigue resonando a día de hoy y no tiene pinta de apagarse.
A mí parte de lo que me gustaba de la Patrulla-X era que me hacía imaginarme que yo era un estudiante de la Escuela Xavier, tan pringao que ni siquiera salía en las páginas del cómic, pero que era testigo, desde ese lugar seguro, de lo que ocurría, casi desde dentro. A eso sin duda ayudaba que Claremont desarrollara tan bien a los personajes y situaciones que casi pudieras tocar, oler y ver en tres dimensiones lo que leías.
En ese contexto, lo de Rondador no es nada extraño. Si te extraña, es porque no viviste aquello de esa forma. Una forma muy propia de inadaptados como un servidor. Pero yo es que nunca me creí la publicidad de Panini de que la gente que leía tebeos era triunfadora o particularmente inteligente