Con frecuencia, cuando peinamos canas (y calvas xdd) y vemos a los más pequeños de la familia crecer (hijos, sobrinos, etcéteras...) toleramos mejor las lecturas que antaño nos parecieron tediosas. Ocurre con los comics, pero curiosamente también con libros. Hoy día yo me pirro por casi todo lo de Stan y Kirby. Hace dieciocho o diecisiete años hubiese escogido de cabeza a Rob Liefeld.