He localizado en internet el artículo que escribió el remitente de la primera carta, John Butterworth. Creo que es bastante interesante para tener en cuenta el impacto e influencia que estaban teniendo estos personajes, así que a continuación lo tenéis traducido.
Spiderman lucha por reconocimiento en el competitivo mundo de los superhéroes hipócritas
¿Conseguirá Spiderman, ejemplo principal de los superhéroes realistas, reemplazar a Superman y a los otros llamados sentimentalistas? Esa es la pregunta que plantea una moda reciente en la industria del cómic. ¿De qué sirve, se preguntan los seguidores de Spiderman, ser más rápido que una bala si uno no es sincero?
Algunos editores parecen sentir que Superman es demasiado superior para la generación literaria de Holden Caulfield. Parece tomar mucho por sentado, y es posible que el exitoso y de ingenio rápido Superman sea un farsante.
Hay pruebas para apoyar esa idea. Recientemente, tras una aventura en el pasado antiguo con Hércules y Sansón, Superboy (Superman de joven) se despidió de los dos héroes con un rápido “Adiós, Hércules y Sansón”.
Resultaba claro que Superboy no sólo estaba mostrando falsa emoción, sino que también se le había agotado la súper conversación.
En contraste con eso, los editores de Spiderman han intentado llevar a los mercaderes fuera del templo. La base de su tratamiento realista puede ser expresado en una palabra: Fracaso. La nueva generación de superhéroes es incapaz de lidiar con la sociedad, fuera del reducido mundo de criminales y científicos degenerados.
Un grupo de ese tipo de superhéroes casi tuvo que retirarse recientemente debido al fracaso de sus inversiones en bolsa. Otro se encuentra con que su compañera le ralentiza porque siempre se pinta los labios antes de salir a una misión.
Fallos de manera constante
Pero Spiderman siempre falla, incluso cuando gana. Su trayectoria resulta dificultada por sus frustraciones, neurosis y, a veces, incluso un complejo de inferioridad, todo ellos intensificado porque es un adolescente.
Una viñeta reciente muestra al excluido Spiderman observando envidiosamente a otro superhéroe rival conduciendo un Sting Ray, rodeado de chicas guapas. A uno se le queda la sensación de que, si Charlie Brown vistiera un disfraz ceñido y luchara contra el crimen, sería Spiderman.
Su principal problema es su incapacidad para reconciliar su carrera como superhéroe con su deseo de ganar dinero. Y por supuesto que necesita ese dinero, porque en la vida real es el tímido adolescente de clase media baja, Peter Parker, luchando por mantenerse tanto a él mismo como a su tía viuda. Al principio de convertirse en Spiderman esperaba ser rico y famoso, así que optó por el negocio del espectáculo.
Casi lo consiguió, pero para poder mantener en secreto su identidad recibió su cheque a nombre de Spiderman. Cuando trató de cobrarlo ocurrió la siguiente escena:
Empleado del banco: Tengo que ver su documentación.
Spiderman: ¿No le basta mi traje?
Empleado del banco: ¡No sea tonto! Un traje lo lleva cualquiera. ¿Tiene el carnet de la seguridad social o de conducir a nombre de Spiderman?
Ningún lugar al que ir
Eso sólo fue el principio. Su intento de unirse a un grupo de superhéroes también supuso una derrota porque eran una organización sin ánimo de lucro. Como dijo uno de los miembros: “¡Este no es tu sitio, amigo! ¡Esto no es la ‘General Motors’!
A día de hoy, Peter Parker gana un precario sueldo viviendo como fotógrafo de prensa, tomando fotos de los criminales que Spiderman captura. ¿Consentiría Plastic Man una vida tan ajetreada?
Spiderman también es vulnerable… en una aventura reciente se rompió el brazo. Realmente podría ser el cliente pionero de una Cruz Roja* superheroica. Una pequeña maravilla que la ilustración le muestre yéndose corriendo.
Pero ni siquiera el público de Spiderman está de su parte. El editor del periódico para el que trabaja Peter Parker adopta una postura altamente reaccionaria, sermoneando contra Spiderman como un fanático que toma la ley en sus propias manos. Quiere que la gente preste más atención a héroes reales como su hijo, un piloto de pruebas. Quizá solamente el Llanero Solitario es lo suficientemente conservador para estar a salvo.
Pete se rebela
Peter Parker también es un paria entre sus compañeros de instituto, porque es un buen estudiante y parece muy enclenque. Pero su aceptación de ello no es tan estoica como la del joven Clark Kent.
Recientemente ha proclamado que se está cansando de “todo el asunto de débil y tímido” y que, si las cosas no cambian, “alguien va a perder unos cuantos dientes”. Pero su mejor revancha hasta la fecha ha sido difundir el rumor de que su archienemigo, el abusón de instituto Flash Jonson*, era en realidad Spiderman. Ciertamente, no es la salida más satisfactoria para la hostilidad.
Será interesante ver qué efectos tiene este derrotismo sobre el mundo del cómic. Quizá con el tiempo, Spiderman evolucionará en algo más que Superman con una actitud negativa. Pero, por ahora, sus editores pueden considerar este lema como la mejor expresión de su filosofía: “Spiderman sufre por ti”.
* Aquí se menciona a Blue Cross, pero lo he españolizado.
** Así aparecía en el original, y así lo he conservado
