Sinopsis:
Después de que Spiderman frustre uno de sus intentos de robo, el Camaleón decide llamar a un viejo conocido, Kraven el Cazador, para que elimine al superhéroe en su nombre. Tras presenciar en calidad de reportero del Bugle las habilidades del exótico villano durante su llegada a los muelles, donde además una desafortunada coincidencia con Liz Allan provoca los celos de Betty, Spiderman se encuentra con su nuevo oponente por la noche y, sorprendido por su fuerza y agilidad, es envenenado por éste y se ve obligado a dejar que escape. Al día siguiente, atormentado tanto por un temblor de manos constante fruto de la toxina de Kraven como por la absoluta confianza de su adversario, que anuncia su inminente triunfo final sobre él en el Daily Bugle, Spiderman decide buscarle por toda Nueva York para poner fin a la caza. Finalmente el joven héroe consigue localizar a su objetivo en un parque, pero este resulta ser el Camaleón disfrazado para distraer su atención y atraerle a diversas trampas mediante las cuales el verdadero Kraven casi es capaz de derrotarle, si bien, gracias a sus superiores ingenio, fuerza y habilidad, el trepamuros logra alzarse con la victoria una vez más. Como resultado, ambos villanos son deportados del país y Peter consigue vender las fotos de la batalla a Jameson, lo que no impide que su relación con Betty sufra otro de sus habituales altibajos y que, tras una infructuosa llamada a Liz, nuestro héroe concluya la historia solo, amargado y sin nada mejor que hacer que contemplar desde el muelle un aparentemente apacible barco que se aleja hacia el horizonte.
Edición española:
Spiderman vol. 1 #7 (Vértice) Spiderman vol. 3 #8 (Vértice)Antología del Cómic vol. 1 #12 (Vértice)Classic Spiderman vol. 1 #8 (Forum)Spiderman: Stan Lee y Steve Ditko vol. 1 #2 (Forum)Biblioteca Marvel: Spiderman vol. 1 #3 (Forum)Best of Marvel Essentials: Spiderman de Steve Ditko vol. 1 #2 (Panini)Marvel Gold: El Asombroso Spiderman vol. 1 #1 (Panini)Datos importantes:
-Primera aparición de Kraven el Cazador.
-Segunda aparición del Camaleón tras su debut en The Amazing Spider-Man #1.
-Primera aparición de Anna May Watson, vecina de tía May y tía de Mary Jane Watson (aunque en ningún momento se dice su nombre).
-Primera mención a Mary Jane Watson (aunque en ningún momento se dice su nombre) y primer intento de citarla con Peter por parte de sus respectivas tías.
-Primer encontronazo de Betty Brant y Liz Allan.
Reseña:
La trama arranca con un rápido y conciso despliegue de acción autocontenida, durante el cual un cada vez más habilidoso Spiderman consigue detener a un grupo de atracadores de bancos tan solo con sus lanzarredes… si bien, en su alarde de confianza, el líder de la banda, que resulta ser el esquivo Camaleón (al que vimos por primera y última vez hasta la fecha en el mítico The Amazing Spider-Man #1,
reseñado por Essex), logra escapar saltando por una ventana y cambiando su aspecto en la calle para que el trepamuros no pueda reconocerlo. Así, en tan solo 2 páginas magníficamente ejecutadas tenemos una rápida demostración de las habilidades del superhéroe y el regreso de su primer gran villano, siempre y cuando no contemos como tal al asesino de tío Ben.
Tras huir para luchar otro día, el Camaleón, en la soledad de su opulenta guarida, medita sobre lo sucedido, ponderando que la existencia de un Spiderman cada vez más talentoso en su oficio de justiciero es un peligro al que debe pero no puede poner remedio por sí mismo. Tal consideración de su propia debilidad le lleva a pedir ayuda a un conocido capaz de acabar con el héroe en su nombre, decisión que conecta con la siguiente escena, en la que el siempre jovial J. Jonah Jameson acude con su secretaria Betty Brant y nuestro reportero favorito a la que denomina “la noticia más grande del año”: la llegada de Kraven, el mayor cazador de todos los tiempos y el nuevo enemigo de Spiderman.
La presentación de Kraven el Cazador, que en un tebeo actual habría ocupado una splash page por sí sola, aquí se resume a una única y acertadísima viñeta.Como no podía ser de otra manera, la llegada de Kraven coincide con un accidente durante el desembarco en el cual varias bestias salvajes se liberan de sus jaulas, momento ideal para que el cazador luzca sus habilidades, las cuales incluyen una velocidad superior a la de las cobras, una fuerza combativa capaz de tumbar a varios gorilas salvajes y una droga tranquilizante para reducir a sus oponentes más problemáticos. Definido por un sorprendido Spiderman como “un ejército de un solo hombre”, Kraven culmina su exhibición de poderío devolviendo a todos los animales fugados a sus respectivas jaulas sin que el hombre araña tenga que intervenir… ni como héroe ni como fotógrafo, lo que convierte la sonrisa triunfal y relamida de su editor en un grito de incontenible frustración. Para colmo de males, los persistentes celos de Betty y la no menos constante inquina de Flash dan lugar a otra escena desagradable para nuestro protagonista cuando Liz Allan, también presente en el lugar, le arregla la corbata torcida a su "Petey" frente a las narices de los dos jóvenes.
A pesar de sus intentos de disculparse con Jameson y Betty por su manifiesta incompetencia profesional y emocional, Peter suma dos nuevos fracasos e inicia su aproximación al tercero cuando en una conversación de su editor con Kraven este afirma haber venido hasta Nueva York solo para cazar a Spiderman, al que considera su mayor presa hasta la fecha; un comportamiento que ni siquiera el siempre entusiasta Jonah es capaz de aprobar abiertamente. Abrumado por su creciente número de desgracias en ciernes, un abatido Peter Parker reflexiona sobre los escasos beneficios que le proporciona su papel como superhéroe en contraposición a los tebeos que solía leer de pequeño, lo que podría considerarse tanto un pequeño gag irónico como un autohomenaje de Stan Lee por la extraordinaria madurez que ha alcanzado y abanderado en el género.
Pese a sentirse ligeramente seducido por la idea de cazar a Spiderman como si fuera un animal, Jameson muestra aquí sus principios más nobles al posicionarse contra tan primitiva propuesta.Desde su primera aparición en este tebeo Kraven ha logrado con muy pocas palabras configurar una personalidad más visual e intimidatoria que muchos otros villanos de Marvel; mérito, en gran medida, de un siempre portentoso Steve Ditko. Así pues, a nuestro temible antagonista le toma tan solo un bocadillo de diálogo esbozar el origen y excepcionalidad de sus habilidades mientras se deleita tomando un trago, pasando en la misma página a ocupar de nuevo su rol de cazador estudiando a un excelentemente coreografiado Spiderman luchar contra una banda de ladrones dispuesta a tal fin por el Camaleón. Sin embargo, si algo acreditó la batalla del muelle contra las bestias fugadas es que Kraven no es un hombre contemplativo, sino de acción, y sin perder más tiempo inicia su primera confrontación directa con el trepamuros.
Pese a su enorme fuerza y velocidad, Spiderman es cogido por sorpresa por su decidido oponente, que reafirma su interés en derrotarle a modo de reto personal al mismo tiempo que lo estrella contra el suelo y consigue dormir su brazo izquierdo con su “puñetazo aplastanervios”. Paladeando de forma anticipada lo que ya considera una victoria inevitable, Kraven se dispone a rematar a nuestro héroe, quien afortunadamente consigue recuperar el ritmo de la pelea en el último momento, demostrando a Kraven que incluso con una sola mano podría derrotarle. Lejos de venirse abajo por su repentina inferioridad, el cazador lleva a cabo un rápido cambio de táctica y consigue alcanzar al héroe con una de sus armas envenenadas, incurriendo tras ello en el primero de sus errores como supervillano al posponer su victoria para otro momento, retirándose a la guarida del Camaleón para regodearse mientras un muy mareado Spiderman llega a su casa solo para darse cuenta de que su estado empeora por momentos, puesto que ambas manos han empezado a temblarle incontrolablemente. No obstante, como suele decirse, una buena noche de descanso lo cura todo, de modo que el joven héroe opta por acostarse y confiar en que al despertar se haya recuperado.
El primer enfrentamiento de Spiderman y Kraven es breve pero bastante gráfico, siendo nuestro superhéroe tomado por sorpresa, superado y herido pese a su mayor fuerza, velocidad y reflejos.Por fortuna para Peter, efectivamente una noche de descanso es suficiente para contrarrestar los peores efectos del veneno de Kraven, aunque no tarda en descubrir que el persistente temblor de manos no ha desaparecido, lo cual le obliga a disimular frente a tía May, quien como buena Celestina le ha concertado una cita a ciegas con la sobrina de su vecina, la señora Watson, puesto que querrá “una chica que sea buena ama de casa”. Con el nivel de cortisol por las nubes, nuestro protagonista acude al Daily Bugle, donde discute de nuevo con Betty y además descubre que un muy confiado Kraven se ha reunido con Jameson, alcanzando una especie de acuerdo para acabar con Spiderman que el editor insiste en mantener estrictamente dentro de la ley. No contento con su mala racha, la siguiente parada de un cada vez más abatido Peter le lleva a una de sus clases de ciencias, momento ideal para que, manipulando distintos productos químicos, el temblor en sus manos reaparezca por todo lo alto, rompiendo varias probetas y provocando las burlas de sus compañeros y una riña por parte del profesor Warren.
Cada vez más alterado por la inminente e inevitable revancha contra Kraven, cuyo derroche de seguridad en su victoria ocupa incluso la primera plana del Daily Bugle, Spiderman decide retomar la iniciativa y buscar al cazador para colocarle una de sus arañas rastreadoras (usadas por primera vez en The Amazing Spider-Man #11,
reseñado por Eleder) y así poder saber siempre dónde se encuentra y si se dispone a atacarle. Desgraciadamente el temblor de manos impide que el héroe pueda balancearse a través de la ciudad como acostumbra, lo que le obliga a sacar brillo a su extraordinaria agilidad saltando de un edificio a otro en pos de su enemigo, quien, en la siempre grata compañía del Camaleón, planea el modo de acabar definitivamente con el arácnido.
La gran humanidad de Peter Parker y el desarrollo de sus problemas y preocupaciones sigue siendo fundamental en la colección.Haciendo un uso bastante extraño del sentido arácnido a modo de radar y detector, Spiderman consigue localizar en un parque al cazador… o mejor dicho, cree localizarle, puesto que en realidad se trata de un impostor disfrazado, en un astuto ardid de Kraven para distraer la atención de su presa y atraparle en una red prácticamente irrompible. Incapaz de liberarse mediante fuerza bruta, nuestro héroe vuelve a mostrar que la inteligencia es uno de sus mejores recursos, buscando rápidamente el eslabón más débil de la red y haciéndolo ceder para crear una abertura por la que escapar… solo para caer en una trampa aun peor cuando, confundido por las notas del tambor del falso Kraven, baja la guardia el tiempo suficiente para que el verdadero le coloque a traición sendos brazaletes de metal en su pierna y brazo derechos.
Pese a que en un inicio Spiderman se burla de dichos brazaletes, resultan ser una molestia más que considerable, puesto que tienen una campanilla interna que delata su posición con cualquier movimiento y además se atraen magnéticamente el uno al otro con más fuerza a cada instante que pasa, tratando de unir su muñeca con su tobillo para dejarle indefenso. Altanero en su ya acostumbrada posición de superioridad, Kraven le revela a su cada vez más acorralado oponente que la llave que abre ambos brazaletes cuelga de su cuello, y acto seguido inicia una persecución contra el superhéroe, incapaz de contratacar mientras sus esposas metálicas van desgastando su energía y le impiden moverse con normalidad.
Pese a ser dolorosamente inferior en fuerza y agilidad, Kraven se vale de sus cacareadas cualidades como cazador para sorprender a Spiderman cada vez que tiene ocasión y tomar ventaja.Esquivando las redes del cazador, Spidey arranca los fusibles de una farola para dejar todo el parque a oscuras y silencia las campanillas embadurnando los brazaletes de fluido arácnido, lo que le permite tomar la delantera de la cacería, descubriendo tras unos arbustos al falso Kraven y desenmascarándolo como (era previsible) el taimado Camaleón, quien lejos de asumir su derrota, confía en que su compañero todavía pueda vengarle. Sabiendo el potencial de la guerra psicológica contra el ánimo de cualquier combatiente, Spiderman localiza al auténtico Kraven y arroja la máscara del Camaleón a sus pies, lo que le provoca un repentino ataque de nervios, emprendiendo la retirada para trazar un nuevo plan de acción.
Sin embargo, el cazador se ve reducido a cazado cuando descubre que Spiderman puede seguirle por todo el parque y encontrarle en cualquier escondite, lo que le obliga a tratar de emboscarle infructuosamente, pues el superhéroe arácnido demuestra que una vez que ha medido la fuerza de Kraven, incluso con los brazaletes magnéticos limitando sus movimientos es muy superior a su fornido pero humano contrincante. Tras comprobar que es incapaz de alcanzar ni una sola vez a su adversario, el villano entra en pánico y emprende de nuevo la huida… como lo había planeado nuestro trepamuros favorito, preparando una trampa a tal fin. Cegado por su miedo y cobardía, Kraven no ve la telaraña tendida entre dos árboles hasta que queda atrapado en ella, lo que le permite a Spiderman quitarle la llave con la que liberarse de los brazaletes y además burlarse de él a placer, descubriendo de paso y convenientemente que el ejercicio enérgico era lo único que hacía falta para contrarrestar los últimos efectos del veneno de su oponente.
Al igual que en su primer enfrentamiento, el duelo entre héroe y villano vuelve a ser breve pero muy directo, con una gran coreografía de combate dirigida por Lee y ejecutada por Ditko.Una vez detenido Kraven por la policía junto con el traicionero Camaleón, que intenta echarle las culpas de todo, Peter entrega las fotografías de lo sucedido a un exultante Jameson, quien, desbordante de alegría y orgullo a partes iguales y en un despliegue a la par que derroche de su habitual generosidad, concede al reportero una de sus barritas de chocolate personales a modo de recompensa. No obstante, nuestro fotógrafo estrella ni siquiera tiene tiempo para disfrutar de su dulce obsequio, pues conforme su querida Betty le pide disculpas por su actitud intransigente vuelve a hacer alarde de la misma en toda su extensión en cuanto Peter le revela que no puede quedar con ella esa misma noche, ya que es el momento escogido por su tía May para que conozca a la sobrina de su vecina (si bien tiene el buen tacto de no compartir esta información con la angustiada secretaria).
La suerte Parker está lejos de terminar, puesto que conforme llega a su casa, Peter es avisado por una afectada tía May de que finalmente la sobrina de la señora Watson está enferma y no podrá verle, razón de que con una mal disimulada sonrisa llame de inmediato a Betty para quedar como ella le había pedido… solo para que ésta se niegue en base a sus habituales aunque no por ello menos irracionales celos. Despechado, nuestro protagonista procede a tratar de sustituir a su chica por Liz Allan, pero resulta que ya ha salido con Flash Thompson, lo cual le deja nuevamente con un palmo de narices y en su acostumbrada soledad. Sin nada mejor que hacer, Peter se enfunda el traje de Spiderman y se dirige a los muelles con la intención de tomar el fresco, desconocedor de que en el mismo barco que contempla con anhelo se encuentran los deportados Kraven y el Camaleón, el primero de los cuales jura venganza contra el héroe.
El carácter habitualmente jovial y generoso sin medida de Jameson podría haber dado inicio a un positivo cierre de tebeo para nuestro héroe, pero Betty tiene otros planes. Valoración:
The Amazing Spider-Man prosigue su muy positivo rumbo como cabecera con otro número de alto nivel que nos presenta a un nuevo y prometedor antagonista en la mejor galería de villanos de toda Marvel. Aunque a lo largo del tebeo la imponente figura del cazador se va desvirtuando progresivamente, primero al convertirlo en un fanfarrón y por último en un cobarde, resulta encomiable su presentación y desarrollo como villano sin poderes, capaz de poner en serios aprietos a nuestro protagonista con su habilidad, astucia y unas pocas trampas a su favor. Por su parte, Spiderman continúa su evolución como superhéroe, pues si bien se ve inicialmente sorprendido y superado por un inferior Kraven en hasta dos ocasiones distintas, es capaz de aprender tanto de sus propios errores como de los aciertos de su enemigo y terminar por derrotarle gracias a la mezcla de voluntad e inteligencia que tan buenos resultados le ha dado en anteriores batallas contra villanos como Octopus (The Amazing Spider-Man #3,
reseñado por Eleder) y Misterio (The Amazing Spider-Man #13,
reseñado por oskarosa).
Así pues, pese a sus formidables poderes, seguimos asistiendo al crecimiento de un héroe todavía inexperto, definido más por su valor e ingenio que por su creciente talento en combate. Tales debilidades (que no son tales para el lector) configuran, gracias a la maestría de Stan Lee como guionista y de Steve Ditko como dibujante, enfrentamientos perfectamente secuenciales y coreografiados, que en pocas viñetas representan a la perfección tanto las distintas habilidades de los contendientes como sus puntos fuertes y débiles, la actitud que mantienen en combate y el ritmo marcado por la batalla.
En cuanto a los secundarios, pilares que elevan el balanceo del lanzarredes por encima de sus competidores editoriales; Jameson sigue haciendo suya cada viñeta en la que aparece, tía May persiste en su dulce papel de contrapunto a la dualidad de Peter como audaz héroe y vulnerable sobrino, empieza la guerra fría entre Liz y Betty, Flash Thompson no pierde la ocasión de atacar y menospreciar a quien todavía cree un simple empollón mientras al mismo tiempo venera a su alter ego arácnido… Como ingredientes perfectamente medidos, estos personajes encuentran en su cocción conjunta un resultado perfecto de variedad, diversión y cercanía con el lector que es de forma indiscutible superior a la suma de todos ellos.
En consecuencia, frente a otras colecciones estancadas número tras número en argumentos prácticamente idénticos, nuestro trepamuros preferido sigue derivando parte del peso de sus aventuras en el factor humano que le define más allá de su heroísmo incontenible, en la relación del cada vez más maduro joven con su entorno y con unos secundarios que le quieren u odian como Peter Parker o el Asombroso Spiderman. Adolescente, empollón, amigo, vecino, sobrino, fotógrafo, novio (o intento de serlo), fracasado y triunfador; así es el personaje más popular de Marvel en la época primigenia que le definió y convirtió en el héroe de millones, una de las mejores etapas de la historia del tebeo americano que en este número, todavía en rodaje, demuestra de forma incontestable las virtudes que le ganaron tal reconocimiento. Nuff said!